Entrevista a Juan Gómez-Jurado por «La leyenda del ladrón»
Por Benito Garrido.
A propósito de su última novela titulada La leyenda del ladrón (Editorial Planeta, 2012), hemos entrevistado al escritor madrileño Juan Gómez-Jurado.
Juan Gómez-Jurado (Madrid, 1977) es periodista. Ha pasado por las redacciones de algunos de los principales medios españoles (Radio España, Canal+, ABC, Cadena SER, Cadena COPE). Escritor de relatos y novelas como Espía de Dios (2006), Contrato con Dios (2007) y El emblema del traidor (Premio de Novela Ciudad de Torrevieja 2008). Sus libros se publican en más de cuarenta países, se han convertido en bestsellers mundiales y han conquistado a millones de lectores. En Hollywood hay planes para adaptar varias de ellas a la gran pantalla. Es el escritor español contemporáneo más traducido junto a Javier Sierra y Carlos Ruiz Zafón. Fruto de uno de sus reportajes periodísticos, durante un viaje a EEUU, surgió La Masacre de Virginia Tech (2007), su hasta ahora único libro de no ficción. Escribir La leyenda del ladrón, su novela más ambiciosa hasta la fecha, le ha llevado casi cuatro años de trabajo y de mucha documentación.
La leyenda del ladrón. Juan Gómez-Jurado. Editorial Planeta, 2012. 664 páginas. 21,90 €
Sevilla en el año 1587 era la ciudad más importante del mundo. Con más de cien mil bocas hambrientas y la peste que ya se había llevado por delante muchas vidas, era el lugar ideal para la picaresca y el hampa, el trapicheo y la corrupción. Mendigos y prostitutas, nobles y comerciantes, espadachines y ladrones convivían tras sus murallas. La leyenda del ladrón es la imagen de un mundo convulso, una novela que recupera el género clásico de aventuras para ficcionar las vidas de personajes tan interesantes como pueden ser Sancho, Clara, o la de unos jóvenes escritores como Miguel y Guillermo que incluso pudiesen haber coincidido en un corto espacio de tiempo.
El amor, la pasión y la venganza son los pilares de esta una estupenda novela de acción que gira en torno a un niño salvado misteriosamente de la muerte, que crecerá para erigirse en la última esperanza de los desfavorecidos. El destino de Sancho y el de quienes le rodean hunde sus raíces en los secretos orígenes de la literatura.
Gómez-Jurado trama una novela que actualiza el género clásico de la picaresca y lo fusiona con el de aventuras, sin descuidar el entretenimiento, esencia de la literatura de evasión. Siempre al servicio de la historia, el autor utiliza una prosa fluida, pegadiza y accesible, que canaliza el relato principal y da voz a la leyenda del inigualable Sancho de Écija.
Entrevista:
P.- ¿Qué busca Gómez-Jurado a la hora de escribir una novela como esta?
El lector que me conoce sabe que yo hago una promesa, lo que yo llamo la garantía: si no le divierte le devolvemos el dinero. Tengo tolerancia cero al aburrimiento. No me gusta que me aburran, y eso viene de mi manera de concebir la literatura. Siempre he pensado que el escritor antes de ser escritor tiene que ser lector, y antes, un niño sentado al borde de la cama esperando a que llegue su padre para contarle una historia porque quiere seguir despierto. Entretenimiento total. Mi única religión y prioridad absoluta es que el lector se lo pase bien.
Yo busco que la trama esté bien construida, que la acción no sea vacía, que esté justificada, y que haya siempre diversión permanente. Esa es una de las razones por las que he tardado casi cuatro años en escribir este libro.
P.- ¿Cómo surgió la idea de escribir esta novela de aventuras enmarcada en un escenario histórico?
La idea me llegó como un mazazo muy fuerte, sobre todo porque lo primero que me vino fue el final. Se la conté a mi mujer y ella me planteó si estaba lo suficientemente maduro como escritor para desarrollar esa idea, y yo le dije que sí. El trabajo de documentación se presentaba entonces como una ardua labor. Considerando el volumen que implicaba la historia y la documentación, entonces tenía que buscar la garantía comentada antes y mantenerla durante casi setecientas páginas. Me enfrentaba a la locura, a armar una historia muy larga y que implicaría mucho tiempo. Pero bueno, por fin aquí está, y estoy realmente satisfecho. Si hasta ahora necesitaba de unos dieciocho meses para escribir una novela, en esta he empleado casi cuatro años.
P.- ¿Cómo fue el proceso de escritura?
Yo, conforme voy recavando información, voy armando la trama. Dispongo en casa de una pared gigantesca que uso a modo de panel de información, como los policías de las películas. Según iba haciendo esto, me planteaba la dificultad del reto, y al final del tercer año, me consideraba con las ideas y la información necesarias para empezar a ordenar y escribir la historia. Demasiado tiempo, me quedé consumido, sin energías, fue como subir al Everest. Pero bueno, aquí estoy, aunque los nervios me han tenido bastante atenazado, como cuando vas a un examen y estás seguro que te lo sabes todo, pero precisamente es cuando peor lo pasas.
P.- ¿Entretenimiento y rigor histórico tienen que ir de la mano en una novela como esta?
La trama tiene que ser verosímil de ahí que el rigor histórico sea muy importante. La trama tiene que estar muy bien urdida pues quiero que sea entretenida y compleja, y el lector nunca puede saber antes que tú lo que va a suceder. Y todo esto debe ir al servicio del disfrute de la lectura, con lo cual a veces es mejor utilizar una palabra más sencilla y directa que lucirse. Yo creo que hay dos clases de escritores, los que escriben para sí mismos y su mamá, y los que escriben para los lectores. Yo escribo para contar historias que todos puedan disfrutar.
P.- Retrato preciso de una época de las más atractivas de la historia de nuestro país: el siglo de Oro, y además en una ciudad como Sevilla.
Hay ciudades que han marcado épocas y civilizaciones: la Roma de los césares, la Atenas de los filósofos, la Nueva York contemporánea y está la Sevilla del siglo XVI donde todo sucede. Esta era una de las justificaciones para la ambientación de la novela; la otra es el secreto que se oculta tras la leyenda del ladrón, que ya descubrirá el lector. La ciudad se convierte en un protagonista más, un antagonista de Sancho, como entorno tremendamente hostil, como un enemigo más al que hacer frente. Y son las acciones de los protagonistas los que terminan definiendo ese entorno.
P.- Personajes de ficción a caballo entre la picaresca y el costumbrismo social de la época, sumamente atractivos y bien perfilados. Empatía total ¿cómo se hace?
Pues la verdad es que no lo sé. Una cosa es la marca como escritor, otra es la obra que recibe las críticas, y otra cosa es la persona que intenta aprender y hacer las cosas bien. Yo me identifico mucho con Sancho, pues es el que lleva las cartas más malas en el juego (junto con Clara), y es por tanto, el que tiene que tirar del carro y salir de la mierda, quiere ser la mejor versión de sí mismo. Este contexto se parece mucho a nuestra realidad contemporánea. Si Sancho se define a través de la acción, Clara lo hace a través de la dignidad, como hija bastarda de una esclava tiene aún peores cartas que Sancho. Son personajes atractivos que se revelan contra su destino. Y también están muy trabajados.
P.- También muchos personajes reales. ¿Es necesario que se combinen con los de ficción para dar verosimilitud al resultado final?
Para mí era importante que apareciesen (y el lector lo entenderá mejor cuando llegue al final de la novela) no las leyendas literarias que luego fueron, sino los hombres, Miguel y Guillermo, que están a punto de convertirse en otra cosa. La vida de Cervantes es realmente apasionante, ya incluso casi más que las propias historias que llegase a escribir. Yo traigo aquí a este personaje, junto con Guillermo para que vivan aventuras junto a Sancho. Y prefiero no hablar más para no desvelar nada de la novela.
P.- ¿Realiza quizás Sancho el viaje del héroe que busca la venganza y el amor?
A través de la voluntad y el poder de la imaginación, Sancho pasa de ser el niño abandonado a convertirse en un héroe dentro de la historia. El amor y la venganza son las razones que le impulsan. El lector tiene que ir descubriendo el resto.
P.- He leído que te llaman el Ken Follet español por tus ventas y continuas traducciones y publicaciones. ¿Qué te parece?
Me parece genial. Yo tenía catorce años cuando leí los pilares de la tierra seis veces seguidas y me di cuenta que yo quería escribir algo así. Me gustó tanto, me enganchó tanto que compararme con él es todo un honor, y a veces también me hace mucha gracia. Cada generación tiene que levantar nuevas chispas que se enciendan sobre las de otros ya establecidos, y así hacia el futuro. Aunque algunos puedan verlo de otra manera, a mí no me parece mal, me encanta.