Asturias, más allá del mar

 Por Javier Alonso Ezquerra

Playas como la del Silencio o la de Santa Marina, el río Sella, los Picos de Europa… Si buscas emociones y disfrutar de un fin de semana o un “puente” de manera diferente, Asturias es la opción ideal. La comunidad ofrece la mezcla perfecta para los amantes del senderismo, el mar y todos aquellos que simplemente quieren contemplar algunos de los paisajes más bellos de la península.

Situado en la costa oriental de Asturias, a 80 km de Oviedo y a 118 de Santander, encontramos Ribadesella, una hermosa localidad, partida en dos por el río Sella. Su estructura urbana está condicionada por un puente que divide en dos el puerto pesquero. En dicho puente, se sitúa la meta de la fiesta más representativa de Asturias, el Descenso en Piragua del Río Sella. Su casco histórico, ubicado al este de la localidad, ha sido declarado Bien de Interés Cultural. En él pueden comprarse todos los miércoles alimentos de la comarca.

Playas

Si hay algo que llame la atención de Ribadesella son sus playas. La más popular es la de Santa Marina, conocida popularmente como “La playa de los Picos de Europa”. Está ubicada junto a la propia localidad y cuenta con un kilómetro y medio de longitud. Debido a las mareas, resulta ideal para la práctica del surf. La playa guarda además una sorpresa para los turistas que visitan Ribadesella por primera vez: huellas de dinosaurio. En el extremo occidental, en la bajada al acantilado, pueden verse rastros de pisadas de saurópodos.

Hacia el este se sitúan dos playas de menor tamaño y de acceso más difícil, pero más tranquilas: La Atalaya, una pequeña cala de 100 metros a la que se accede a pie desde la margen oriental de la villa; y la playa de Arra, situada en una zona de acantilados. Hacia el oeste de Ribadesella encontramos la playa de Vega, con casi 1km y medio de longitud.

Muy cerca de esta localidad asturiana se haya la cueva de Tito Bustillo, una de las joyas del arte rupestre de Europa. Parecida a la de Altamira, esta cueva impresiona más por sus estalactitas que por sus pinturas. Cuenta también con un museo de hallazgos prehistóricos del área. La entrada está limitada a 375 visitantes al día.

Descenso del Sella

Una de las actividades más conocidas de la comarca y que más gente está deseando practicar es, sin duda, el descenso del río en canoa o callac. El descenso se inicia en la localidad de Arriondas, desde el mismo puente que las piraguas el día de la competición.

El tiempo estimado es de tres a cuatro horas, contando paradas y descansos que se hagan a lo largo del recorrido. Antes del descenso, un monitor imparte un breve cursillo para el manejo de la pala y la canoa así como unos consejos de seguridad.

Una vez concluido el descenso, miembros de la empresa con la que hemos alquilado la canoa y todo el material para disfrutar de la actividad se acercarán a recogernos para llevarnos de vuelta al lugar de partida.

El primer sábado de agosto tiene lugar la competición oficial del descenso del Sella, una de las fiestas más populares de toda la cornisa cantábrica. Miles de personas llegadas desde distintos puntos de la península se acercan hasta Arriondas para adentrarse en las aguas del río Sella.

La ruta del Cares

Situada en el Parque Nacional de los Picos de Europa, encontramos la Ruta del Cares, un precioso de recorrido de 11 kilómetros entre las localidades de Poncebos (Asturias) y Caín (León), que sigue el curso del río Cares.

Originalmente la ruta empezaba en Posada de Valdeón, 10 kilómetros antes, lo que dificultaba mucho las posibilidades de realizar el trayecto de ida y vuelta en un solo día. De ahí que finalmente se haya visto reducido al actual entre Poncebos y Caín.

Si tienes previsto realizar la ruta es aconsejable que lleves buen calzado ya que el camino está salpicado de piedras. Tampoco deben faltar el agua y algo de comida ya que apenas hay sombras a lo largo de la travesía y en cualquier momento pueden aparecer la sed o el hambre.

Lagos de Covadonga

Antes de abandonar la zona oriental de Asturias, no podemos dejar de visitar los Lagos de Covadonga, en plenos Picos de Eurpa. Este puerto de larga tradición ciclista (ha sido final de etapa en unas cantas ediciones de la Vuelta) y de unos 12 kilómetros de ascensión ofrece unas vistas y unos paisajes inigualables. En lo alto de la cumbre y rodeados de verdes prados encontramos los lagos, dos de ellos de gran tamaño (Enol y La Ercina) y otro más pequeño (El Bricial), que sólo tiene agua cuando se produce el deshielo en las montañas.

Casi al comienzo del puerto se haya el Santuario de Covadonga, convertido en un símbolo gracias a la leyenda y la historia del lugar. Muy cerca de allí está la Santa Cueva, excavada en la roca, encima de una cascada de agua. Para acceder a ella hay que subir por una larga escalera. Cuenta la leyenda allí mora la patrona de Asturias desde hace más de 1.300 años.