No tienen prisa las palabras
Por Rebeca García Nieto.
No tienen prisa las palabras. Carlos Skliar. Editorial Candaya, 2012. 157 páginas.
Dice Carlos Skliar que ha escrito este libro caminando. Se podría decir, por tanto, que No tienen prisa las palabras es un libro escrito más con los pies que con las manos… Pero lo cierto es que, sobre todo, está escrito con los ojos. En este sentido, la cita elegida como punto de arranque de este peculiar viaje, extraída de Tworki (El manicomio), la genial novela de Marek Bienczyk publicada en España por Acantilado, es toda una declaración de intenciones: “Es del fondo de mis párpados fríos, del nacimiento mismo del río, que han venido al mundo estas palabras”. De esta forma, en el último libro del argentino, la mirada se pasea por el mundo y traza sobre él un dibujo a vuelapluma:
“La extensión de un paisaje parece depender de la abertura de los párpados. Quizá un pájaro sea la planicie más extensa, si la sigues desde que nace hasta que se pierde”.
La figura del paseante es también clave en No tienen prisa las palabras. Se nota que la patria del autor se asemeja a la de Peter Handke, hecha a base de esperas, paradas y estaciones, y a la de otros escritores que siempre están en camino, como Erri De Luca, Claudio Magris o Cees Nooteboom. Estos autores, entre otros, harán las veces de compañeros de viaje en la travesía de nuestro paseante por Barcelona. De todas formas, aunque el libro se compone de notas, que el autor toma “como otros toman aire o toman té o toman lo que no les corresponde”, bocetos de pensamiento y, en definitiva, retazos de vida, no nos encontramos ante un cuaderno de viajes al uso. Más bien se trata de un singular recorrido por lugares unas veces reconocibles, como la Sagrada Familia, y otras, las más, por espacios que no figuran en los callejeros y para los que no está configurado el GPS.
A través de los microrrelatos, aforismos y apuntes al natural que dan forma a No tienen prisa las palabras, Carlos Skliar regala al lector una serie de reflexiones sentidas (o “sensamientos”, en palabras de Jorge Larrosa) sobre la escritura, la lectura, el olvido o la locura. No se olvida tampoco del otro, ni se muestra indiferente al sufrimiento de las personas con que se cruza en su caminar, como el mendigo fotografiado por los turistas: “El “no humillarás” debería ascender a la categoría de undécimo mandamiento”. Pero, por encima de todo, Carlos Skliar nos propone una nueva forma de mirar, una manera distinta de estar en el mundo:
“El mundo es casi todo lo que no ves y donde no estás. Esto es evidente para los perros, algunas flores y los niños. Por eso buscan. No saben qué, pero buscan. O sí saben qué, y siguen buscando”.
No tiene prisa el paseante… Ni la tendrá el lector por llegar al final de este trayecto. Este libro no defraudará a los lectores que se detengan a leerlo, a vivirlo. Sin duda, muy recomendable, especialmente para los lectores que tienen esa necesidad de seguir buscando.
SOBRE EL AUTOR
Carlos Skliar (Buenos Aires, 1960) es investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Argentina, y del Área de Educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Desde 2005, junto a Diego Skliar, conduce en Buenos Aires el programa de radio Preferiría no hacerlo.
Es autor de los libros de poemas Primera conjunción (1981), Hilos después (2009) y Voz apenas (2011), y del libro de aforismos y ensayos La intimidad y la alteridad (2006).
Ha escrito diferentes ensayos educativos y filosóficos, entre los que destacan: ¿Y si el otro no estuviera ahí? (2001); Derrida & Educación (2005); Entre pedagogía y literatura (2007, con Jorge Larrosa); Experiencia y alteridad en educación (2009, con Jorge Larrosa); Conmover la educación (2009, con Magaldy Téllez); Lo dicho, lo escrito, lo ignorado (2011); Experiencias con la palabra (2012) y La escritura: de la pronunciación a la travesía (2012).