La culpa es tuya (I)
Por Facundo Calbó Leyes.
Los españoles tenemos la absoluta certeza de que la calidad de nuestros políticos es la que es: mala, muy mala. Predicamos de estos que son vagos e incompetentes cuando no ladrones y egoístas, que están despreocupados por el bienestar del país y que nunca hacen nada a derechas. Decimos, también, que hay buenos políticos (de haberlos haylos) pero que ninguno llega al poder porque el poder está ya corrompido. Por ende, los malos políticos son clasificados y retratados en una casta, la casta de lo político, siendo la casta responsable máxima de lo que pasa y de lo que pueda pasar cuando se trata de algo malo.
Hablar de ellos asociándolos a una casta no es baladí, permite criticar todo lo que queramos criticar a sabiendas, claro, de que en nada pertenecemos a esa casta. Es como tirar una piedra al río y esperar que no nos salpique. Digo, que el conjunto de las acciones de la casta política, que son las criticadas, no coinciden nunca con el conjunto de las acciones de la casta a la que pertenecemos el resto de personas; por lo tanto, la crítica nunca vuelve a nosotros y no nos zarandea, nos deja dormidos. Así todo es más sencillo y aséptico. Por establecer una analogía, la crítica que hace una generación anterior a una generación posterior es de este tipo ya que el conjunto de las acciones de una generación ya no pertenece a la otra; nuestros abuelos generan una critica (<<yo a vuestra edad…tal cosa>> o <<en mis tiempos…tal otra>>) hacia las acciones que nosotros llevamos a cabo actualmente, siendo unas acciones que ellos cometieron en el pasado pero no en el presente.
Si he dicho todo esto es para formular las siguientes preguntas: ¿no será que no existe una división clara entre la casta de los políticos y el resto de personas? y de ser así: ¿no tenemos alguna responsabilidad los españoles sobre la mala calidad de nuestros políticos? Tal vez, nos convenga responder afirmativamente a las dos preguntas si queremos cambiar algo las cosas.
Pasa, en realidad, que el conjunto de las acciones que llevan a cabo los políticos sí tiene que ver con el conjunto de acciones que llevamos a cabo el resto de personas. Las malas acciones que decimos que cometen nuestros políticos empiezan por las malas acciones que cometemos los demás; por ello somos responsables de la irresponsabilidad política. Los españoles en algo nos estaremos equivocando si de nosotros emanan los políticos que conocemos. Será que somos malos políticos de nosotros mismos pero, a la vez, esperamos que los políticos de profesión sean buenos políticos para con el resto. José Ortega y Gasset, preocupado por la circunstancia española, pensaba que la vida política era un reflejo del nivel general y cultural del país; ¿y si tenía razón?
En ningún momento diré que los políticos no son todo eso que decimos que son: unos sinvergüenzas; lo que diré también es que debemos cambiar nuestra crítica hacia ellos, debe ser tal que nos salpique el agua al tirar la piedra. Mejor aún, debe ser como un boomerang que empieza en nosotros y vuelve a nosotros.
El cambalache de una crítica por otra, que es a lo que han llevado estas cavilaciones, propone silogismos duros de aceptar y que, de hecho, no aceptaremos. Ejemplo, una vez más, de que los políticos son un reflejo de nuestra cultura; una cultura incapaz de cambiar, una cultura abnegada para empezar por sí misma en vez de por el de en frente. ¡Qué fácil es tener un padre responsable de uno mismo, y qué difícil es ser responsable!
- Los mala calidad de nuestros políticos es responsable de la crisis.
- Somos responsables de la mala calidad de nuestros políticos.
- Luego: somos responsables de la crisis.
¿Calidad? … ¿qué no han pasado la ISO 9.000? … ¿Qué tienen fecha de caducidad ya superada? ….. ¿qué los test reglamentarios o normativos no los han superado? …. Ah!,que son los iluminados los que ponen/quitan el sello AENOR a los políticos
¿Y si realizasemos una crítica en otros términos, menos populista, de nuestras élites de poder político?
No se trata aquí de que se establezca cuánto de malos o de buenos son nuestros políticos actuales. No se trata de ponerles una cifra, una ciencia exacta sobre la calidad.
Lo único que me ineteresa es, partiendo de la base de que nuestros políticos son hoy de mala calidad, preguntar por las causas.
¿Y no será que la causa de la mala calidad de nuestros políticos está en nosotros?
¡Qué si!, ¡qué ya me había enterado de que va el asunto!
Lo que no veo es de dónde sacas la premisa: «partiendo de la base de que nuestros políticos son hoy de mala calidad»
¿Del populismo (opinion de unos cuantos)?, ¿de algo mas sólido como comparativa sesuda con otros paises?, ¿es mera hipotesis?
Si no defines la premisa y la esclareces lo que viene después, los argumentos, tienen un apriori sospechoso