Moonrise Kingdom (2011) de Wes Anderson
Por Verónica Chamorro Cárdenas
Llega a pantallas españolas la última película de director y guionista Wes Anderson, conocido por anteriores trabajos como Life Aquatic (2004) y The Darjeeling Limited (2007), entre otras.
En esta última obra, titulada Moonrise Kingdom, Wes nos brinda una dulce e inocente historia de amor bastante peculiar. Al verla, sin duda volvemos a nuestra infancia donde todo era más sencillo, donde solo hacía falta quererlo y todo era posible.
Al iniciar la película un “hombrecillo” nos pone en contexto. Nos encontramos en una isla de Nueva Inglaterra en el año 1965. La pequeña historia, nos muestra la amistad postal que mantienen dos niños, Suzy (Kara Hayward) y Sam (Jared Gilman) y sus planes para fugarse y vivir juntos.
Sam es un khaki scout que no goza de popularidad entre sus compañeros, y Suzy es una niña con problemas de integración, pues se siente una total extraña en medio de su familia. Es así como ambos personajes encuentran en el otro ese apoyo que no encuentran en los adultos. Finalmente huyen.
La policía de la isla y los familiares de los niños y los scout empezarán una búsqueda exhaustiva para encontrarlos, es así como a lo largo de la película iremos descubriendo la historia que hay detrás de cada personaje. Wes Anderson ha contado con actores ya conocidos en su filmografía como Bill Murray (padre de Suzy) y Jason Schwartzman (un jefe scout) y otros grandes como Frances McDormand (madre de Suzy) y Bruce Willis (policía de la isla), quienes mantienen una relación secreta, o Edward Norton, Tilda Swinton y dos protagonistas inexpertos (Kara y Jared) que debutaban con Wes Anderson en esta película.
El gran abanico de historias que forman estos personajes se entrecruzarán y sacarán a relucir los múltiples problemas que tienen. Los padres de Suzy se encuentran atrapados en una vida rutinaria y sin amor. El jefe de los scout (Edward Norton) lleva una vida paralela, entre jefe scout y profesor de matemáticas… Quizá los dos niños sean las personas más auténticas de todo el relato, pues se atreven a realizar sus sueños huyendo del futuro que les espera.
La estética que desarrolla la película hace cada secuencia anecdótica. La fotografía en sepia enfatiza la época en la que están, pero también llena de nostalgia la historia de dos pequeños que nos recuerdan a nuestros años de infancia, años de inocencia. Junto con la fotografía juega otro papel crucial la banda sonora. Wes Anderson hace de la música otro fuerte protagonista que llena de fuerza cada momento, grabándolo a fuego en nuestra mente. La canción más significativa de la película es una canción de Francoise Hardy “Le temps d l´amour”, que suena cuando los niños bailan medio desnudos a orillas del mar, liberados de las presiones de los adultos.
Desde el primer momento el espectador se siente parte de la película, pues al iniciar los créditos iniciales y en varias ocasiones a lo largo de la película los niños mirarán e incluso señalarán a cámara haciendo un llamado de atención al espectador, siempre desde un punto de vista infantil e inocente.
Wes Anderson juega también con varios elementos que rozan el surrealismo, como hacer que un rayo te caiga al levantar un banderín, o que un beso se electrifique por culpa de éste. Cuida detalles que engrandecen el film, como el papel personalizado en el que se escriben Suzy y Sam. Pequeños detalles que hacen de las películas de Anderson unas joyas a las que logra transmitir parte de su estilo y personalidad.
Fresca y con toques de humor, Moonrise Kingdom (2011) nos hace recordar que todos fuimos niños y que aún tenemos un niño en nuestro interior que busca salir más a menudo.
Tráiler:
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