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Ernst Ludwig Kirchner

 Por María Fraile Yunta.

 

Ernst Ludwig Kirchner.

Fundación Mapfre, Paseo de Recoletos, 23

Hasta el 2 de Septiembre.

   

 Me pregunto en qué medida esa rígida postura preconizaba un episodio depresivo. Un brote de ansiedad a punto de explotar. Berlín, probablemente. 1913-1915. Ernst Ludwig Kirchner en su taller…

 

De tradición idealista. De ánimo turbulento. De esos casos en que la “Gestalt” -necesidad irrefrenable de crear- se manifiesta de forma clara. En que germinan los frutos que el ánimo oprimido es capaz de concebir…

 

Me fijo en sus manos e imagino cómo con una gubia arrancaba las vetas a la madera, aplicaba violentamente el color, dibujaba como si fuera un niño. Porque un niño es alguien que aún no ha aprendido la técnica, pero también alguien que no quiere aprenderla. Que aplica el color con violencia, como si no supiera hacerlo bien…

 

Mírese Franzi con gato (1910) y su pijama de rallas, dibujados de manera torpe. Los brazos de esa Mujer yacente con camisola blanca, ¡amarillos! El suelo naranja chillón que rodea a Dodo sentada en la mesa (1909)…

 

La forma de aplicar los colores que tenían Matisse y Van Gogh era ideal para lograr, junto a la simplicidad formal, una inmediatez capaz de hacer aflorar el interior, subjetivar la realidad: tal era la intención de Kirchner y del Expresionismo Alemán. Del grupo Die Brücke (1905-1913) -al que el propio artista perteneció-…

 

Mujer yacente con camisola blanca. 1909.

 

Berlín. 1911-1915. El tono alegre de las obras de los primeros años en Dresde se vuelve sombrío, abrupto más bien, como el rostro de esas Dos Mujeres con aguamanil (1913). Como el de aquella otra que se refleja en el espejo de Toilette (1913-20), inmersa en una angulosa estancia de perspectiva distorsionada.

 

La pincelada se vuelve nerviosa, los colores estridentes, los ángulos dislocados. La ciudad brinda motivos nuevos -modernos y marginales-. La Guerra está al caer y la agitada atmósfera berlinesa se refleja en las obras de aquellos años. El Expresionismo de Kirchner se intensifica. La ansiedad altera las formas…

 

Toilette. Mujer ante el espejo. 1913-1920.

 

Obsérvese el rostro de la Pelirroja (1914), el encaje entre su cuello y cabeza, casi animalesco… En un año Kirchner sufriría su primera crisis nerviosa. Comenzaría esa etapa de su vida marcada -a pesar de su éxito y temprano reconocimiento- por sus estancias en sanatorios. Exceso de trabajo, falta de sueño, consumo de drogas…

 

No hay más que mirar ese Autorretrato con cigarro de 1915, ese Busto de Gerda, oscuro, del mismo año, esa Noctámbula de 1916, ese Busto del enfermo de 1918… Esos retratos de médicos, pacientes y cuidadores que se descubren en “Tiempo de Crisis. 1915-1917”.

 

Lejos quedaban ya los retiros a la Isla de Fehmarn -su paraíso terrenal cuando aún vivía en Dresde-, pero cerca lo hacía sin embargo su marcha a las montañas alpinas. En 1918 Kirchner se instaló en Davos, donde, al parecer, cedieron sus episodios de parálisis en brazos y piernas y la vida se le tornó más amable.

 

El cromatismo intenso y el trazo nervioso dan paso a composiciones planas y sosegadas, a colores más claros y tamizados. El paisaje de los Alpes y el día a día de los campesinos inundan sus obras: Cabaña alpina: Casa alpina roja (1919), Vaca Blanca (1920), Tinzenhorn. Garganta de Zügenschlucht, en Monstein (1919-1920), Pareja campesina (1924-26), Las tres viejas(1925-1926), entre otras…

 

Vida Alpina. Tríptico. 1917-1919.

 

No se entiende la obra de Kirchner sin atender al lugar que habitaba en cada momento. Pero tampoco sin recordar que nunca dejó de estar al tanto del trabajo de sus coetáneos, como muestran las obras, fuertemente influenciadas por Picasso, Léger, Le Corbusier y la Bauhaus, que pintó a partir de 1925…

 

¿Y sin embargo, qué podemos decir, además de que muestra cronológicamente todas las etapas de la obra del artista, sobre esta exposición? Podemos decir que descubre obras -y períodos- del mismo poco conocidos. Que abarca todas las temáticas y técnicas (pintura, escultura, grabado, fotografía…). Que expone piezas de calidad… Pero también, que muestra esa recurrencia, constante en el arte del siglo XX, al tema del hombre y su conexión con la naturaleza, a las Bañistas en la Playa (Fehmarn) (1913), a las formas del arte primitivo…

 

Pareja de Acróbatas (Escultura). 1932-1933.

Y es que las obras de Kirchner fueron tachadas por el Régimen Nazi de “arte degenerado” -hasta hubo de deshacerse de muchas de ellas-, pero, ante las mismas siempre podrá exclamarse: ¡Creemos artesanalmente! ¡Como los primitivos! ¡Vivamos también como ellos, en comunión plena con la naturaleza!

 

Sólo volviendo a la génesis del hecho artístico podremos salvar nuestra existencia, en tanto el carácter de ésta es de natural creativo. La Gestalt… La necesidad de crear entre las paredes de un sanatorio… Con la prohibición de libertad… La obligación de salvar el mundo a través del arte… La voluntad nietzchiana de existir…

 

¿Tendrá algo que ver la locura en la necesidad de crear y de además hacerlo voluntariamente con la inmediatez y la torpeza de un niño?

 

Bañistas en la playa. 1913.

 

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