Encuentro con César Antonio Molina: «Donde la eternidad envejece»
Por Benito Garrido.
César Antonio Molina presenta su nuevo libro, Donde la eternidad envejece (Editorial Destino, 2012), quinto volumen de sus Memorias de ficción, que sigue la estela de Vivir sin ser visto (2000), Regresar a donde no estuvimos (2003), Esperando a los años que no vuelven (2007) y Lugares donde se calma el dolor (2009). Estamos ante unas memorias culturales y artísticas que suponen una invitación a la lectura, al arte, al viaje. Un viaje es, por definición, algo efímero, y sin embargo, muchos de los rincones que podemos visitar están cargados de eternidad.
“Libro que trata fundamentalmente del tiempo, haciendo que la realidad pasada y rebuscada en la memoria se convierta en ficción”, nos comenta el autor en torno a un libro con el que no pretende marcar su vida, sino la de los demás, la vida de todo aquello que le ha ido rodeando a lo largo del tiempo. Y como viajero de los antiguos, observa lo que tiene delante, medita, reflexiona, piensa y transcribe. Entonces se convierte en un narrador de los papeles de los demás, de historias que pueden ser verdaderas, o no, porque la realidad es a veces más ficticia que la misma realidad.
“Cuando te acercas al medio siglo de vida, descubres en un instante de angustia, que el tiempo ha pasado en un segundo. Es entonces cuando te planteas repasar los mundos, los lugares conocidos durante ese tiempo”. Se van almacenando vivencias y conocimientos como si fuesen capas que se acumulan en la memoria y que van saliendo como si de hallazgos arqueológicos se tratase. Así nacieron unas memorias (no al uso) con dos premisas básicas, arte e historia. El autor nos habla de aquellos lugares fuertemente ligados a la historia, escenarios atemporales repartidos por todo el planeta donde se han ido fraguando nuestra cultura. Pero este libro también resulta una elegante reflexión sobre la propia existencia, una exploración del pensamiento y las creaciones de los grandes literatos, cineastas, artistas y pensadores de la historia: Horacio, Fellini, Rimbaud, Rilke, Ovidio, Neruda, Montaigne, Kubrick…
“La esfinge teme al tiempo y el tiempo teme a la esfinge”, dice un refrán egipcio. Hay obras humanas que compiten en su eternidad con el propio tiempo. De mano del autor viajaremos desde las ruinas de Roma a los colosos de Memmón en Egipto, desde los farallones de Capri a la biblioteca de Celso en la antigua Pérgamo, desde las puertas de las murallas de Constantinopla a las Torres Gemelas de Nueva York, desde el ejército de terracota de Xi’an hasta la ciudad perdida de Shangri-la. Vencer al tiempo siempre fue un reto para el hombre de cualquier época, y a veces lo ha logrado a través de las arquitecturas, las obras artísticas o los muchos y variados artificios inventados por su imaginación.
“Yo siempre he estado enfermo de nostalgia y melancolía. Son unos sentimientos que tengo arraigados desde joven y sin ellos no podría escribir”, refiere Molina. Quizás de ahí venga su afición por visitar cementerios. “Me hubiera gustado hablar con Flaubert, pero como no puedo, visitar su tumba, su cementerio, es algo que en soledad me puede llegar a compensar”. Rememora entonces como en sus muchos viajes también ha visitado las tumbas de escritores y pensadores reconocidos como Proust, Sartre, Balzac, Wilde, Duchamp, Cortázar, Kafka o Melville.
“¿Por qué empeñarnos en conocer el mundo cuando cada uno de nosotros llevamos en nuestro interior un pequeño universo?”.
César Antonio Molina es licenciado en Derecho y doctor en Ciencias de la Información. Fue profesor de Teoría y Crítica en la Universidad Complutense y en la actualidad lo es de Humanidades, Comunicación y Documentación en la Universidad Carlos III. Dirigió el suplemento literario Culturas, de Diario 16, e instituciones como el Círculo de Bellas Artes de Madrid y el Instituto Cervantes. Fue ministro de Cultura. Poeta reconocido, antologado y traducido, crítico y ensayista, tiene una copiosa obra publicada que supera la treintena de títulos.
Donde la eternidad envejece. César Antonio Molina. Editorial Destino, 2012. 344 páginas. 23,90 €