Entrevista a Maez: «El vértigo nos lo comemos con patatas fritas»
Por Cristina Consuegra.
El próximo 22 de mayo verá la luz We’ll never make it home (Warner), primer larga duración de Maez, nombre tras el que se esconde el murciano Pablo Matías, un tipo que con tan sólo 24 años ha facturado un primer álbum soberbio en el que se permite tutear a los grandes del folk pop más clásico y crudo como Amos Lee, José González, el Ben Harper primerizo o el Damien Rice más folkie. Y es que esta tarjeta de presentación, en la que se palpa el toque mágico de Suso Saiz, está manufacturada por canciones hechas a base de melodías sensibles y cálidas; canciones directas, sin artificios, que buscan ese origen exacto donde todo surge y permanece, ese lugar inconfundible en el que la música se desnuda y acontece, donde sólo es necesario que la música tenga lugar. Y punto.
En diferentes entrevistas, incluso en la hoja de promo, insistes en calificar tus comienzos como singulares. ¿Cómo se asimila ganar el concurso Cantigas de Mayo desde el anonimato?
Fue una sorpresa total. De hecho el «no vamos a ganar» estuvo en boca de todos desde el principio. Hacíamos música en inglés y además llevábamos más componentes que ningún otro grupo, y aún así sonó la campana. Al final tuvimos que rendirnos al hecho de que algo de calidad sí que parece que estábamos haciendo.
¿Y cómo se llega al folk más crudo desde un estilo tan contundente como el hardcore?
La verdad que yo lo asimilé como un proceso bastante lógico y natural. Cada música -tal y cómo yo lo veo- tiene un momento anímico en la vida de las personas. Cuando tienes 19 años y te piden que tomes decisiones importantes relacionadas con tu futuro todo transcurre a una velocidad pasmosa, todo parece mucho más caótico que de costumbre, y escuchas música que encaja con ese sentimiento. Con el tiempo empiezas a calmarte y a cambiar las preferencias.
¿Cuándo percibes que Well never make it home (Warner, 2012) está adquiriendo forma?
La verdad es que no lo hice hasta que estaba terminado, jajaja. Soy una persona bastante perfeccionista y hasta que no veo las cosas terminadas o a punto de terminar no me creo que estén listas.
Hace apenas un par de meses publicaste el álbum que acabo de mencionar, previo adelanto en forma de EP a finales de 2011, A Short version of what I am supossed to be. ¿Qué esperas de este larga duración, tanto a nivel personal como profesional?
A nivel personal yo creo que lo más importante es tener algo casi «inmortal» que ofrecerle a la gente y decir dentro de 20-30 años, «mirad, este es mi primer disco». Un cachito de mí para la eternidad, como quien dice. A nivel profesional es algo totalmente diferente, como artista irremediablemente esperas una respuesta del público, ya sea positiva o negativa, la repercusión de tu obra, en definitiva, y como no aspiras a poder vivir de lo que te gusta, algo mucho menos naive y más realista quizá.
Hablemos del que fue el EP adelanto, A Short version of what I am supossed to be. ¿Por qué decides publicar un EP a modo de avance?
La verdad es que aquí es el mercado y las pautas comerciales que todos seguimos lo que hicieron que publicáramos un EP. La idea era sacar algo para ir moviéndolo y ver qué pasa, antes de sacar el disco definitivo.
El maestro Suso Saiz se encuentra tras la producción de tu álbum, ¿cómo ha sido trabajar con él?
No me cansaré de decir que trabajar con Suso ha sido la mejor experiencia de mi vida. En el proceso sólo han pasado cosas buenas: hemos hecho un disco estupendo, he conocido gente maravillosa, y he aprendido millones de cosas a su lado. Suso es ahora una de las personas a las que más estima y aprecio tengo, y creo que la experiencia fue parecida para todos los miembros del grupo.
A pesar de su aparente sensibilidad y fragilidad, en el mejor sentido de la palabra, tus canciones resultan contundentes. Personalmente tengo predilección por “When I was a kid”, ¿cómo surge esta canción?
Hace tiempo tuve una discusión con mi prima Alba sobre si el artista debe mojarse o no en un disco, si debe decir realmente las cosas que uno piensa o callárselas para siempre. Así que decidí mojarme y escribir mi única canción realmente polémica, palabra de moda últimamente. La canción sugiere que no somos nunca libres y que los políticos y la religión no ayudan. De ahí el corto pero explicito estribillo…
En tu álbum se deja asomar el eco de Amos Lee, José González o el Ben Harper primerizo. Has elegido un sonido muy personal que en España se prodiga poco. ¿No te da vértigo elegir un camino que ya de por sí es un poco más complejo de lo normal?
No hay nada mejor en este mundo que hacer lo que nadie hace jajaja. Tal y como yo veo las cosas el miedo siempre se puede convertir en un arma única para afrontar retos y en este caso no iba a ser distinto. Somos conscientes de la situación actual y del proyecto que llevamos entre manos, pero tenemos tantas ganas de moverlo y luchar por él que nos comemos el vértigo con patatas fritas. Además, puestos a pedir, quizá podemos soñar con que esto salga de España, y por qué no, de Europa…
En los directos, ¿tienes pensado modificar las canciones del álbum para adaptarlas al lenguaje de los escenarios?
Casi todos los temas los tocamos exactamente igual en el disco que en vivo, ya que éste se grabó en seudodirecto. Cualquier modificación es fruto del formato -acústico o con banda completa- pero la idea de la canción y su forma y sonido siempre están ahí.
Escucha Well never make it home de Maez en Spotify