Entrevista a Eduardo Sguiglia por «Ojos negros»
Por Benito Garrido.
A propósito de su última novela titulada Ojos negros (Editorial Siruela, 2012), hemos entrevistado al escritor argentino Eduardo Sguiglia.
Eduardo Sguiglia (Rosario, 1952) vivió entre 1976 y 1982 exiliado en México, y en la actualidad reside en Buenos Aires. Fue embajador en Angola y actualmente ejerce la docencia universitaria y el periodismo. Hasta la fecha ha publicado seis ensayos sobre la sociedad argentina (merecedores de dos premios nacionales), diversos cuentos y cuatro novelas ya traducidas a diferentes idiomas. Fordlandia (Siruela, 2004) fue elegida como una de las mejores cuatro obras del año 2002 por The Washington Post y también resultó finalista del Dublin Literary Award.
Ojos negros. Eduardo Sguiglia. Editorial Siruela, 2012. Novela. 160 páginas. 15,95 €
Drama, aventura, corrupción y contrabando en tierras de África por el control de los diamantes en el mercado negro.
A comienzos de 2002, un argentino desempleado y al borde de la ruina económica, acepta viajar a África para cumplir una misión casi imposible. Una apuesta a ciegas, a todo o nada, donde el todo es la riqueza y el final de las privaciones y el nada, la muerte. El Congo y Angola son los espacios donde esa apuesta habrá de dirimirse y los diamantes, el trofeo ganador. Miguel ingresa sin querer en una red de traficantes de piedras preciosas, y tras ese mundo de riquezas desmesuradas y traiciones automáticas están los epígonos de una guerra civil, la súbita erupción de la violencia, los mineros explotados. Y también, como un frágil sueño que se niega a ser parte de la pesadilla que lo envuelve, está el amor de una mujer inesperada que lo incita a olvidar su apuesta y que le promete una felicidad que jamás imaginó.
Ojos negros es una novela magnética, sugerente. Sin pausas ni concesiones, Eduardo Sguiglia lleva al lector de la mano hacia un viaje inesperado que, como no podía ser de otro modo, desemboca en un final donde literatura y aventura hacen las paces. Sorprendente.
Entrevista:
P.- ¿Qué va a encontrar el seguidor de los ensayos de Sguiglia en una novela como esta para que le pueda enganchar?
Creo que las novelas respiran y laten de un modo muy diferente a los ensayos. Espero que el lector pueda disfrutar de estas diferencias en Ojos Negros.
P.- ¿Qué buscabas al escribir esta novela, cuál era tu intención?
La intención fue, de algún modo, reflejar lo que somos capaces de hacer los seres humanos en momentos de crisis y desolación. Cuando la vida nos transporta de aquí para allá con una expresión furiosa, interrogante y triste.
P.- ¿Te sirvió de mucho la experiencia como embajador, en Angola precisamente, para escribir una historia que se desarrolla en ese país?
Mucho, sí. Conocer el África en general, y en Angola en particular, fue una experiencia extraordinaria para mí. Me permitió comprender otras culturas, otros tipos de humor, de solidaridad, y otras formas, muy ricas y complejas, de ver el mundo. También experimentar el racismo y registrar los prejuicios que existen en las relaciones entre blancos, mulatos y negros.
P.- Realmente, ¿es tan sucia y horrible la producción y comercialización que se esconde tras el intenso brillo de un diamante?
Las condiciones de la extracción y la venta de los diamantes africanos son terribles. Están comprobadas y muy bien documentadas, por cierto.
P.- ¿Quizás podríamos hablar todavía de coletazos heredados de la explotación colonial y sus métodos?
En distintas zonas de África los viejos métodos de explotación colonial siguen vigentes, aunque hayan cambiado nombres, banderas o símbolos.
P.- ¿Son precisamente la ambición del ser humano y su ansia de poder, riqueza y lujo (el diamante como evidencia), catalizadores que llevan a sacar lo peor de las personas?
Esos dos aspectos suelen explicar, parcialmente, las barbaridades que practicamos como especie.
P.- Ahí están la violencia y la traición, quizás ¿como últimos y únicos caminos para resolver determinadas intereses enfrentados?
La historia indica que violencia y traición se manifiestan con mayor frecuencia en las situaciones límite. Los personajes de Ojos Negros transitan por este tipo de situaciones.
P.- ¿Qué crees que sería hoy día necesario en determinados países africanos para que lograsen alcanzar cierto equilibrio y estabilidad?
Buenos gobiernos, cooperación y paz internacional, y, también, la no intervención de las grandes potencias en sus asuntos internos.
P.- Miguel es una claro ejemplo del ciudadano asediado por la crisis, que busca salidas por donde puede. ¿Qué tiene Miguel del propio autor?
Sólo la nacionalidad, aunque ya no estoy tan seguro.
P.- Novela que podría verse perfectamente adaptada al cine. ¿Te lo habías planteado?
No. Pero como amante del cine no me disgusta la idea.
P.- Literatura, entretenimiento, aventuras, denuncia… Tu libro tiene los requisitos para ser favorito del gran público. ¿Tienes muchas expectativas con tu publicación ahora en España?
Ojala que le resulte atractiva a una buena cantidad de lectores españoles. Esto, tomando en cuenta la calidad de la narrativa local, sería un motivo de orgullo para mí.
P.- ¿Podrías hablarnos de tus próximos proyectos?
Llevo escrita la mitad de una nueva novela, y ya estoy pensando la siguiente. Las dos discurren en Argentina.