Intocable (2011) de Olivier Nakache y Eric Toledano
Por Juan Manuel Calvache
La primera vez que leo la reseña de Intocable me asalta la pereza, el “deja vu”: un aristócrata tetrapléjico parisino, contrata como cuidador a un chico problemático de los suburbios de la capital francesa. Me espero el contraste social, el drama humano del hombre impedido en la silla de ruedas, pero con un toque cómico que lo haga más amable para el gran público. Me suena a visto, a formula usada una y mil veces.
Pero entonces empiezo a notar cómo no hay reunión de familia, trabajo o amigos en la que alguien no te la recomiende. Todos hablan de lo satisfechos que salen del cine tras su visionado. Del fino sentido del humor, de la exaltación de lo humano sobre las circunstancias adversas, de la gracia de sus protagonistas. Además, me entero de que ya se ha convertido en la película de habla no inglesa más taquillera de la historia, a nivel mundial, dejando atrás a “La vida es bella” de Roberto Benigni.
Sometido a la presión social y frenados mis prejuicios iniciales voy a verla. Ante tanto revuelo, espero ser conmovido, emocionarme, en definitiva contemplar una pequeña joya. Además últimamente el cine francés cada vez nos da más alegrías (The Artist, Pequeñas mentiras sin importancia…) y eso me anima aún más.
Es entonces cuando, pasados los minutos, mis peores presagios se hacen realidad, y todo lo que veo es previsible y facilón. Paso a paso la película da al espectador poco exigente lo que demanda, sin sobresaltos, sin sorpresas, con la dosis justa de drama y de humor, sin incomodar demasiado.
Omar Sy (por cierto, premio Cesar al mejor actor por esta película), no para de gesticular, de reírse, hay incluso una escena en la que baila. Toda su interpretación me parece forzadamente natural, hiperactiva, no me la creo. Efectivamente compruebo cómo se intenta plasmar el contraste social, aunque pasa casi de puntillas por el tema (un par de escenas con la madre y el hermano del chico). Los chistes son simplones, los personajes planos. Tampoco nos muestran claramente el terrible sufrimiento por el que está pasando ese hombre atado a una silla, ni la desesperanza del inmigrante sin futuro, todo es bastante superficial.
Sólo se salva la gran interpretación de François Cluzet, que está por encima del previsible guión, y a pesar de las dificultades físicas del personaje, nos emociona en alguna ocasión, como en la última escena (de lo más rescatable de la película).
En definitiva, una película amable y olvidable, basada en hechos reales (como un telefilm de sábado por la tarde), que ha ido a ver muchísima gente.
¿Intocable? A mí no me lo parece.
Intocable (2011) se estrenó en España el pasado 9 de marzo de 2012
Trabajo en un Instituto de Rehabilitación. Es realmente triste e injusto la situación que padecen estas personas.
Esta pelicula sin lugar a duda me parecio entretenida, ligera, nada nuevo, pero divertida. Ojala que las personas con este tipo de discapacidad pudieran vivir algo de esto en algún momento de sus vidas. Me gusto del 1 al 10 calificaría con 8. Es buena la actuación de los actores principales