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Lisa Adams: “A los seres humanos les atraen más las imágenes en movimiento que las estáticas, por lo que el pintor tiene un gran reto ante él”.

Por Mauricio A. Rodríguez Hernández

 

Lisa Adams, artista visual norteamericana radicada en Los Ángeles, sabía desde pequeña que quería ser artista. Un par de décadas después, encontró su verdadero camino para consolidar su voz artística.

 

Es graduada por el Scripps College e hizo un master en la Universidad de Claremont. Ha expuesto su obra tanto nacional como internacionalmente, y ha disfrutado de estancias como artista en Eslovenia, Finlandia, Holanda, Japón y Costa Rica. Dentro de sus destacados reconocimientos destacan la beca Fulbright y su trabajo en la colección pública de Eli Broad, el Museo de Arte de San José, el Museo de Arte Frederick R. Weisman, el Museo de Arte Laguna y la Fundación Edward Albee. Actualmente la Galería CB1 representa su trabajo en Los Ángeles y la editorial ZERO+ ha publicado Lisa Adams: Vicissitude of Circumstance.

 

 

Lisa, háblanos sobre tu trayectoria como artista.

Nací en una familia de clase media-baja. Mi padre cursó estudios de secundaria y mi madre sólo llegó a cursar octavo año. Además, ella era una niña durante la Alemania Nazi que sobrevivió al Holocausto. Nadie en mi familia sabía mucho sobre arte y, a pesar de este hecho, yo sabía que llegaría a ser una artista cuando tenía diez años de edad. Nunca dudé de esta idea. Luego estudié arte, y me especialicé en dibujo.

 

¿Cómo empezaste en las artes visuales?

Tras realizar el master en arte, me trasladé a Nueva York, donde comenzó mi educación real, no sólo en lo que se refiere a una educación formal sino al negocio artístico. Nueva York me enseñó cómo funciona el mundo del arte. En mi opinión, hacer arte y formar parte de este mundo son dos cosas completamente distintas.  

 

 

 

¿Cómo es un día en tu vida?

 Normalmente dibujo, investigo sobre ideas e imágenes para avanzar en mis trabajos, utilizo el ordenador, tomo fotografías… Algunas personas trabajan mejor bajo presión; yo trabajo todos los días, pero no tengo un horario fijo o estructura rígida.

 

¿Tienes algún artista visual que te haya influenciado en tu carrera?

Una de mis mayores inspiraciones ha sido el pintor Philip Guston, que falleció en 1980. Lo que encuentro tan inspirador en su obra es que, a pesar de la moda de la época, Guston continuaba fiel a sus propios intereses. Solo estaba al servicio de su trabajo. Guston fue un esplendido pintor. Lee Bontecou es otro artista cuyo trabajo me impactó por razones similares. Bontecou es un artista que,  más que seguir tendencias, permanece fiel a su visión. Ambos artistas son lo que yo considero “artista de artistas”. Son iconos y únicos en su visión.

 

¿En qué momento obtienes la inspiración para crear tus obras?

 Como cualquier artista, la inspiración cambia contantemente. Siempre me he inspirado en el mundo que nos rodea. Por ejemplo, la idea de la naturaleza reclamando construcciones abandonadas es muy divertida para mí. La rabia de vivir como concepto me parece fascinante. Por ejemplo, la rabia de vivir de una hermosa y diminuta planta que crece en la grieta en una acera. Tomo nota de estas cosas desde que viví en un área industrial de Los Ángeles. Me gusta combinar lo bello y lo kitsch, abrazar las dicotomías de la vida. Siempre hay una combinación de dichos aspectos en mi mundo visual. Creo que esto es una representación honesta de la vida.

 

¿Cómo te gustaría ser recordada?

 Me gustaría ser recordada como alguien que nunca se dio por vencida y por ser una “artista de artistas”; es decir, alguien que inspiró a otros artistas.

 

 

¿Cuáles son tus sueños?

 

Lo que me mantiene motivada es mi empuje para seguir pintando, para poder ver lo que puede venir. Mis obras funcionan de forma intuitiva, y son un misterio incluso para mi. Me lleva algún tiempo comenzar a descifrar mi propio trabajo.

Un sueño es viajar de nuevo. Pasé muchos años de aquí para allá, viajando sola por lugares esotéricos por el mundo, muchos de ellos han influido en mi trabajo. En este momento, tengo curiosidad por conocer Islandia y Nueva Zelanda, por su paisaje.

 

¿Por qué Crazy Space?

Crazy Space fue un espacio experimental que codirigí junto a otro artista durante dos años en Santa Mónica, California. Tuvimos varios proyectos fantásticos y poco convencionales con exposiciones que ofrecían a los artistas oportunidades no comerciales. Era un lugar en el cual los artistas podían experimentar. Aprendí mucho sobre otros géneros de creación artística, así como sobre pintura.

 

Hoy por hoy, ¿cuál es tu percepción de las artes contemporáneas?

 

El arte contemporáneo se ha beneficiado al difuminar las fronteras con otras disciplinas, como el cine, el diseño y la arquitectura, por ejemplo. Como pintora, también me inspiro en otras disciplinas. Ahora parece ser más difícil realizar una muy buena obra debido a la competencia, sobre todo con las imágenes en movimiento. A los seres humanos les atraen más las imágenes en movimiento que las estáticas, por lo que el pintor tiene un gran reto ante él.

 

¿Piensas que los artistas están sobrevalorados?

Parece ser que el mercado del arte, más que nunca antes, es voraz. La demanda para nuevos talentos, nuevas experiencias y nuevos valores no tiene precedentes. Quizá debido a esta situación hay algunos artistas que son menos comprometidos. Los artistas tienen carreras cada vez más cortas al servicio del mercado del arte.

 

¿Crees que existe relación entre dinero y una obra de arte?

Pienso que los artistas que realmente son serios y dedican sus vidas al arte merecen vivir de sus trabajos. En ese sentido, sí hay conexión entre la obra y el intercambio por dinero. El valor de una obra de arte, sin embargo, es otro asunto. Existen muchos factores que marcan el precio de una obra, este es el negocio dentro del mundo del arte.

 

¿Qué sigue para Lisa?

 

Tengo que presentar mi libro Lisa Adams: Vicissitude of Circumstance, publicado por la editorial ZERO+, en diferentes lugares de Estados Unidos. Este año, mi obra estará incluida en una exposición titulada Unnatural, en la Galería de Arte Municipal de Los Ángeles y tendré una exposición individual en la House Gallery en Salt Lake City, Utah. Además, este verano impartiré un taller de una semana para adultos en la Academia de Arte Idyllwild, en California.

 

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