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La mirada fotográfica de Lewis Hine

Por Inmaculada Real López.

 

Lewis Hine (1874-1940)

Fundación Mapfre

Paseo de Recoletos, 23. Madrid

Hasta el 29 de abril

 

El papel que ha tenido la fotografía como medio de representación y de expresión ha sido evidente desde sus inicios. A su vez, la influencia de los acontecimientos históricos, sociales y artísticos ha tenido un peso determinante en la estética de esta disciplina.

 

La fotografía, que tuvo su florecimiento científico-técnico en el marco de la revolución industrial, fue coetánea a las teorías socialistas y a las luchas obreras que aspiraban en aquel momento por la democratización de la cultura. También de las teorías y doctrinas filosóficas y científicas que aspiraban en el marco del progreso por una representación más realista y exacta del mundo. La fotografía era el instrumento más adecuado para esa captación que defendían las corrientes antropológicas, como el positivismo de Comte, el darwinismo o el marxismo.

 

En la búsqueda de la representación de esa verdad surgió la fotografía de orientación realista con el fotógrafo Jacob-AgustRiis como contrapuesta a la corriente pictorialista. Su objetivo era denunciar la miseria de la vida urbana en los barrios humildes. En esta misma línea encontramos al sociólogo Lewis Hine (1874 – 1940), que llegó a convertirse en uno de los fundadores de la fotografía de denuncia social en Estados Unidos.

 

A su vez, el carácter de denuncia del trabajo del norteamericano L. Hine, y la preocupación por los más desfavorecidos, lo llevó a visitar durante su periodo como docente la Isla de Ellis, al sur de Manhattan. Allí captó a los inmigrantes, familias cargadas con el equipaje o bien buscándolo porque lo habían perdido (Subiendo América, 1905). El interés por estos nuevos americanos, le llevó hasta lugares como Lower East Side. Las condiciones inhumanas en las que vivían, y las consecuencias que todo esto conllevaba, como el alcoholismo y las enfermedades se recoge en sus fotografías clasificadas en Casa de Caridad. Ejemplo de ello es  Familia de una casa de vecindad de Nueva York tomando el fresco en un día de calor, 1910.

 

El trabajo infantil se convirtió en un tema de interés por parte de instituciones como la Ethical Culture School y la National Child Labor Committee, que se dedicaban a velar por los derechos, la dignidad y el bienestar de los niños trabajadores. L.Hine, que trabajó para esta última, fotografió escenas infantiles de trabajo como en Niños recolectores de algodón, fábrica de conservas de Mississippi,1911-1913, o Algodonera en Carolina, 1908. “Mis primeros viajes por Virginia, las Carolinas y Georgia, llamaron la atención de la opinión pública acerca de los horrores derivados del empleo de los niños como mano de obra, y mis fotografías constituyeron la base de las campañas propagandísticas que siguieron durante años”.

 

Por otra parte, la fotografía llegó a desbancar a los periodistas-dibujantes que ilustraban la prensa, pues se convirtió en el instrumento por excelencia al servicio de la información. Esta nueva vertiente fotográfica, que se denominó fotoperiodismo, se consolidó como un realismo documental. Se convirtió en una herramienta muy importante tanto para sociólogos como para antropólogos. En este sentido se enmarcan las fotografías de temática laboral y social del norteamericano Lewis Hine.

 

En 1918, tras la primera Guerra Mundial L. Hine se desplazó hasta Europa, su objetivo era recoger las labores de socorro que estaba llevando a cabo la Cruz Roja en países como Francia, Serbia y Grecia. Se interesó por aquellos refugiados que vivían en los campamentos o entre las ruinas, y nuevamente los niños (Golfillo de París, 1918.8 El objetivo que buscaba era despertar la conciencia ciudadana ofreciendo imágenes de la barbarie.

 

A su vuelta a Estados Unidos, volvió a retomar el tema de los trabajadores pero con un enfoque distinto, esta vez desde la exaltación. Así, realizó la serie que él mismo denominó “retratos laborales”. A través de una visión heroica, diferente a la expuesta hasta ahora, capta a trabajadores de variados sectores con sentido del orgullo y dignidad, valores que buscaban incrementar la autoestima de los mismos. Una fotografía capital: Mecánico en una bomba de vapor de una central eléctrica, 1920. “Les llevaré al corazón de la industria moderna (…). De esta manera, cuanto más sepan Uds. de las máquinas modernas, tanto más podrán también respetar a los hombres que la construyen y las manejan”.

 

Hine también sintió preocupación por fotografiar aquellos afroamericanos que en su deseo de alejarse de la pobreza y violencia del sur marchan a las ciudades del norte atraídos por las fábricas, así queda reflejado en Familia de color junto a la chimenea, 1920. A L. Hine se le encargó documentar el proceso de construcción del Empire State, que se inició poco antes del crack de Wall Street. Se convirtió en todo un hecho simbólico de esperanza y progreso en medio de la Gran Depresión estadounidense. Los trabajadores volvieron a convertirse en la temática principal. Fotografiados desde lo más alto, desafiando la ley de la gravedad, con actitud heroica y de valentía, Hine inmortaliza los obreros que llevaron a cabo la construcción del gran rascacielo neuyorkino (Ícaro sobre el Empire State Building, 1931).

 

La Fundación Mapfre exhibe una retrospectiva de este fotógrafo norteamericano, clave en la estética del documentalismo social, a través de 170 imágenes. Esta exposición, que cuenta con la colaboración de la George Eastman House, realiza un completo recorrido por la trayectoria fotográfica de Lewis Hine.

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