Por María de Ancos.

 

Vida, obra, VOZ y arte de Miguel Ángel Solá, actor y pájaro.

Miguel Ángel “La Voz” Solá vuelve a Madrid.  Y con el resto del elenco de “Por un tubo”, compuesto por Graciela Baquero, Daniel Giménez, Carlos Morera y Enrique Quintanilla, convierte teatro durante alrededor de una hora y media en unos estudios de radio.

 

 

Después del prolongado éxito de “Los Diarios de Adán y Eva según Mark Twain” y, más recientemente, “Por el placer de volver a verla”, éramos muchos los espectadores que deseábamos con fuerza el regreso de este monstruo de la interpretación a las tablas. Y lo hace por partida doble, ya que simultáneamente podemos ver a Blanca Oteyza -compañera de Solá, en su vida y de reparto en los dos éxitos mencionados anteriormente- en “Antes te gustaba la lluvia” bajo su dirección.

 

El pasado día 3 de abril la compañía se despidió del Teatro Infanta Isabel, pero quienes todavía no hayan visto la obra tienen la oportunidad de hacerlo las próximas semanas en el Teatro Lara, que acogerá la función desde el 13 de abril.

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Solá interpreta en “Como por un tubo” el papel de Alberto Carlos Bustos, en una comitragedia musical telefónica que narra, desde un estudio de radio en el Buenos Aires de 1950, una historia de amor basada en hechos verídicos extraídos del monumental relato autobiográfico “Vida, Obra, Sexo y Arte de Alberto Carlos Bustos, Municipal y Pájaro”.  Una historia de amor y desamor, desde una serie de encuentros y desencuentros… telefónicos, siempre telefónicos, porque Carlos Alberto Bustos, después de un atroz desengaño, ha decidido encerrarse en su casa con su tortuga y su gato, y acompañado del peculiar Pepito Grillo en forma de voz en off que es Fernandito. Ellos y los demás personajes, con ayuda tan sólo de un cajón flamenco, una guitarra, un bandoneón y la señal luminosa de “en el aire”, nos transportan a su realidad, a la grabación de su programa, en el que les acompañamos durante un episodio. Con sus pausas para publicidad y todo, en las que  ellos aprovechan para beber un trago de agua y los espectadores para respirar hondo y esperar impacientes sus siguientes intervenciones. Para saber qué ocurre finalmente con Alberto Carlos. Y, sobre todo, para volver a escuchar la profunda voz de Solá, que inunda el patio de butacas y que es un privilegio volver a oír tan de cerca.

 

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http://www.gruposmedia.com/obra263.html