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No te signifiques (47)

 

Por Jorge Díaz.

 

Presentación, celebración con amigos, recorrido por librerías para ver cómo está situada la novela, primeros resultados en forma de críticas amistosas, firmas, promoción, viaje a Zaragoza para hacer entrevistas, llamadas de teléfono para participar en programas de radio, periodistas que se han leído el libro y periodistas que no, invitación a firmar en León que es la tierra de Durruti… Y en medio de todo una huelga general. Un sin vivir. Si no fuera porque nos va la marcha…

 

Me preguntan mucho por qué me decidí por esta novela, cómo se escoge el tema.

 

–          España se muere por saberlo. No se habla de otra cosa.

 

Está bien, dos o tres periodistas me lo han preguntado. ¿Es eso mucho? Y los amigos, los amigos te preguntan muchas cosas.

 

En el aire, yo no creo en la genial inspiración de nadie, hay temas. Te chocas con ellos cuando sales a pasear, cuando te vas a sentar en el ordenador, cuando te vas a la cama por la noche, hasta en el baño sobrevuelan temas de novela…

 

La mayor parte del tiempo los esquivas: ¿una novela sobre la guerra civil en Guinea Ecuatorial?, creo que leí una vez que sólo hubo un herido, pero supongo que es mentira, mejor no, imagínate, tener que viajar a África para la documentación, no, si me decido por una en la que haya que viajar que sea a un resort del Caribe; ¿una novela sobre la guerra de Canudos en Brasil?, Vargas Llosa escribió una y era maravillosa, para qué voy yo ahora a escribir una peor que la suya, mejor me fijo en asuntos en los que no haya puesto la mirada antes el maestro; ¿una novela sobre los mercenarios españoles en África?, me apetece, quizá un día me ponga, pero aún no, por lo mismo que la de Guinea, los viajes, el calor y los mosquitos; ¿y aquello que leí de Durruti y Ascaso?, decían que recaudaban dinero en atracos por Sudamérica… Voy a ver si me entero algo más sobre ese tema. Durruti siempre me ha llamado la atención, ¿cómo era aquello que decía? Renunciamos a todo menos a la victoria, ingenioso… Y hay mucha documentación: ensayos, biografías, periódicos…

 

–          ¿A ti qué te parece una novela sobre Durruti y Ascaso? Ya sabes que me fío de tu opinión…

 

–          Ése era un portero del Barça, ¿no?

 

–          No, el portero del Barça era Urruti, Urrutikoetxea, sin la d. Éste es Durruti, un anarquista leonés.

 

–          ¿Y el otro cómo has dicho que se llama?

 

–          Ascaso.

 

–          Ni idea. No me suena de nada.

 

–          Otro anarquista, aragonés.

 

–          Apasionante, me apetece tanto leer una novela sobre esos dos como una operación de apendicitis sin anestesia. ¿No puedes escribir una de amor? Una que una mujer tenga que luchar mucho por su amor y tenga un final feliz…

 

–          Estos anarquistas tuvieron una vida muy aventurera.

 

–          ¿Cómo has dicho que se llama que lo busco en la wiki? ¿Durrutikoetxea?

 

Hay que leer un montón. Tomar decisiones: ¿empiezo la novela cuando se suben al barco camino de Nueva York o antes? ¿La acabo cuando se suben para volver a España o más tarde? ¿Soy fiel a la historia o me invento lo que quiera?

 

–          ¿Vas a poner a ese tal Durruti de protagonista?

 

–          Otra decisión que hay que tomar…

 

–          Podías hacer que un niño viajara con ellos y lo contara.

 

–          Sí, Vicky el vikingo, no te jode…

 

–          ¿No querías consejos?

 

–          A ser posible buenos.

 

Por lo menos el título está fácil, ellos mismos lo escribieron en una pintada: la justicia de los errantes.

 

–          No me convence, muy largo.

 

–          ¿Cuál propones tú?

 

–          Los errantes, nada más.

 

–          Ya veremos, que decidan los de la editorial…

 

También hay que crear una historia de amor, es fundamental. A lo mejor no es necesario que tenga final feliz, pero una historia de amor hay que ponerle a la novela.

 

–          ¿Les vas a hacer gais, así en plan Brokeback Mountain?

 

–          No digas tonterías.

 

–          Quedaría muy moderno.

 

–          Tengo que inventarme una mujer que vaya con ellos. ¿Desde España?, ¿la encuentran en una parada del camino?

 

¿Y si la encuentran en el camino cómo hago que salga desde el principio? La chica no puede aparecer por primera vez en la página ciento treinta, tiene que salir antes.

 

–          Mejor deja la novela y ponte con un guión…

 

–          Es lo que debería hacer. Pero no, me apetece escribir una novela sobre estos dos.

 

–          Como tú lo veas, si tienes una duda me preguntas.

 

–          Claro, estás siendo de gran ayuda.

 

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