Latinoamérica

Vivir, sólo cuesta vida

Por Claudia C. Speranza.

 

Enter the Void, lo último de Gaspar Noé, se estrena hoy en cinco salas de Argentina.

 

 Gaspar Noé tuvo la suerte de estrenar todos sus films en Cannes. Algo que muchos argentinos deseamos. Sin embargo, esto no hace que escape a las crisis que atraviesa la industria audiovisual a nivel mundial, puesto que tuvo que esperar dos años desde su estreno en Francia para que un distribuidor chileno compre la película y de esa manera llegue a la Argentina. La película atravesó problemas económicos durante la filmación pero eso no impidió que pudieran parirla.

 

Desde ese estreno en Cannes, la película original ha tenido demasiados cortes; no cuesta imaginar por qué. La mayoría de la crítica no acompañó a esta película, pero este no será el caso. Primero porque no es una crítica, sino una reseña. Y por otro lado, no se puede negar que Enter the Void  en su corta vida ya ingresa en las películas de culto.

 

Cuenta con un reparto particular, integrado por actores, Paz de la Huerta, y no actores: Nathaniel Brown y Cyril Roy, personas que hasta que el director los convocó nunca habían pisado un set de filmación ni estado frente a una cámara actuando.

 

La historia no es demasiado compleja, pero en manos de Noé, una historia no compleja se convierte en un relato excesivo. Oscar vende drogas y vive en Tokio, tiene un amigo, Alex, que conoce un poco más la ciudad y la vida que él. De hecho es un artista y tiene una percepción muy amplia de la vida, por lo que decide prestarle/obsequiarle el Libro de los Muertos a Oscar y un poco le explica de qué trata, qué nos sucede cuando morimos.

 

Al mismo tiempo, Oscar tiene una hermana: Linda, a quién logró comprarle el pasaje para que vaya a vivir con él y se reencuentren después de años. A ellos los une un pacto que hicieron cuando quedaron huérfanos que es “no abandonarse nunca”.

 

Cuando Linda llega a Tokio consigue trabajo como stripper y su hermano sigue haciendo lo que hace. Están felices con su reencuentro, con su convivencia, con la vigencia de ese pacto que formaron siendo niños. Porque ese reencuentro los conecta con su infancia y con lo sencillo que es decirse que se ama en esa etapa. Un mérito de este film es el lenguaje empleado en los diálogos, no parecen estar guionados o forzados. Obviamente, los personajes de Noe siempre pertenecen a los bajofondos y él lleva nuestros corazones a lo más hondo de ellos.

 

Tristemente, Oscar cae en una trampa de la policía y le disparan: Aquí verdaderamente empieza la película, Oscar agoniza y piensa “no quiero morirme, tengo una hermana a la que amo, no quiero dejarla, quiero cuidar de ella, se lo prometí”.

 

Lo que me asombra mucho del cine de Noe es como me lleva a transitar todas las relaciones de amor. Con sus métodos (extraños, por cierto) consigue conectarme con la naturaleza, belleza y pureza del amor. Por más violentas que sean las escenas, por su temática, tienen un fuerte efecto hipnótico y subyugante.

 

Oscar en verdad ama a su hermana y en su deambular como muerto empieza a explorar ese mundo que conoce pero con el que no puede ligarse. Noé, por medio del impacto visual de sus films nos muestra de manera muy radical el andar de este espectro, dónde él ve y revisa su vida en un mismo tiempo y se pierde o confunde o deja de ser cronológico. Ese mundo no es tan diferente a cómo Oscar lo ve cuando está drogado: lleno de colores, caleidoscopios y alucinaciones. Por lo tanto hay imágenes exquisitas y de gran riqueza sensorial, con sus respectivos efectos de cámara y montaje que empiezan con una sensación que nada es real. Luego pasamos por tonalidades y formas psicodélicas, el uso del neón para distorsionar texturas (sobretodo la de la piel), las cenitales que siempre quedan bien en un film de Noe y que generan vértigo, distancia, mareos, y lo onírico se vuelve pesadillesco. Notamos que Oscar está muerto y de ahí no puede volver, no puede comunicarse y se aleja más y más. ¿Morirse?  ¿Será tan así?

 

En cuanto a Linda, comienza con un cuerpo de mujer y mente de niña, pero la ausencia de su hermano le traerá en medio del duelo y la confusión un poquito de madurez. Verse y sentirse sola le revelará quienes en verdad la aman y que ella tiene la capacidad de crear vida.

 

Quizá aquí vale la pena notar la intertextualidad con Irreversible, donde vemos lo irreparable que es el tiempo, la fragilidad de la vida y de las personas que amamos.

Noe usa la fotografía de un modo narrativo donde no sólo indaga sino dejar ver con otras texturas lo que es la piel: el órgano más grande que posee el ser humano y cómo ese envoltorio contiene algo tan espléndido y misterioso como la vida, algo que parece tan irreal.

 

Aquí también hay túneles, vacíos, canales, abismos, pasajes.

 

En varios momentos recordé el texto con el que empieza Irreversible:

 

Porque el tiempo destruye todo

Porque ciertos actos son irreparables

Porque el hombre es un animal

Porque el deseo de venganza es una pulsión natural

Porque la pérdida del ser amado destruye como un rayo

Porque el amor es fuente de vida

Porque toda historia se escribe con esperma y con sangre

Porque las premoniciones no cambian el curso de las cosas

Porque el tiempo lo revela todo

Lo peor y lo mejor

 

El film dura casi 3 horas. Con muchos minutos menos se construye igual, pero Noe juega con esos efectos que dan la sensación de ir cayendo. (Como esa sensación me gusta, no me molestó la película, pero noté que fue el común denominador de las críticas).

 

Qué más se les puede contar. Bien, se sabe que si es un film de Gaspar Noé habrá muchísima violencia, sexo explícito, uso de drogas, entre otras cosas que hacen que el film sea para mayores de 18 años. Se sabe que es un esteta en cuanto a puestas de cámara, elección de planos, efectos visuales, e insisto sobre la dirección de fotografía que logra embellecer los encuentros sexuales, dándoles una multiplicidad de significados al poner los cuerpos como generadores de luz.

 

Enter the Void es una película ambiciosa, monstruosa, desbordante, colosal como Tokio. Por último, sólo agrego que lo que puede parecer perverso es en realidad un objetivo noble, que es no abandonar nunca a su hermana, que es a quién más ama.

 

El director planea su próxima película nuevamente en París, seguro será más tranquila que ésta. O no, quién sabe.

 

————————-
FICHA TÉCNICA

Enter the Void (Francia, Alemania, Italia, Canadá/2009).
Dirección: Gaspar Noé.
Guión: Gaspar Noé y Lucile Hadzihalilovic.
Protagonistas: Nathaniel Brown, Paz de la Huerta y Cyril Roy.
Fotografía: Benoît Debie.
Música: Thomas Bangalter.
Edición: Marc Boucrot, Gaspar Noé y Jérôme Pesnel.
Diseño de producción: Jean Carrière y Kikuo Ohta.
Distribuidora: Gitano Films.
Duración: 161 minutos.
Apta para mayores de 18 años.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *