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¡Viva la vie bohème!

 

Por Silvia Llorente.

 

 

Dicen que los clásicos nunca mueren. El pasado sábado el auditorio Padre Soler de la Universidad Carlos III de Madrid tuvo la oportunidad de demostrar que este dicho popular todavía perdura. Sobre su escenario se representó La Bohème, la ópera más célebre del compositor italiano Giacomo Puccini (Lucca, 1858), y la cuarta más representada en todo el mundo durante el período de 2005-2010.

 

A pesar de su fría acogida la primera vez que se estrenó, en la región de Turín el 1 de febrero de 1896 y bajo la dirección de Arturo Toscanini, la Bohème se ha convertido en una de las obras maestras del melodrama italiano y una de las más amadas y seguidas en el mundo, tanto por su argumento como por su indudable calidad musical. Una delicia a la que no podemos dejar de acudir si se nos presenta la ocasión.

 

La Bohème narra una historia de amor ambientada en París alrededor del año 1830. Los protagonistas, Rodolfo y Mimí, poeta y modista –en algunas adaptaciones, como la del pasado sábado, florista- se conocen y, rápidamente surge un idilio entre ellos. Rodolfo es un bohemio que vive en una destartalada buhardilla cercana al barrio Latino, donde suceden algunos acontecimientos, junto a Marcello, un pintor; Schaunard, un músico y Colline, un filósofo; reparto coral de excepcionales matices que lo acompañará durante los cuatro actos que dura la ópera. Estos cuatro amigos, artistas de vocación y escasos de dinero, apenas tienen qué llevarse a la boca y sufren el frío que asola la capital francesa en invierno, período en el que transcurre la obra y que la ambientación ilustra de manera correcta.

 

Pronto, sin embargo, Rodolfo sufre celos debido a la actitud coqueta de Mimí. La enfermedad que la consume –tuberculosis, la gran pandemia del siglo XIX-, lleva a Rodolfo a dejarla al no poder ofrecerle ninguna comodidad más que su brusco carácter. La historia paralela de Marcello y Musetta, una cantante con ansias de libertad, son el contrapunto del difícil mundo que se desdibuja entorno a estos personajes; un mundo marcado por la felicidad, la necesidad, el amor, la convivencia diaria, la fama, el dolor o la muerte.

 

Muchos han sido los artistas que han encarnado a estos protagonistas desde su primera representación. El pasado sábado estaba a cargo de la Ópera 2001 hacerles honor, algo que lograron con total rotundidad. Esta joven compañía fundada en 1991 demostró toda su calidad en una ópera con tantos matices cómicos y dramáticos como esta y con la constante presencia del magistral fondo del París de la época.

 

En los papeles principales, cabe reconocer la actuación de Juan Carlos Valls (Rodolfo) y Francesca Bruni (Musetta), cuya actuación llenaba el escenario cada vez que aparecía en escena y cuya técnica vocal le permitió alcanzar las notas más agudas sin dificultades. Reconocimiento, por otro lado, también se merece la Orquesta Sinfónica de Pleven (Bulgaria), a la altura de esta exquisita ópera, y Martin Mázik y Roberta Mattelli, encargados de la dirección musical y de escena respectivamente.

 

Ésta es una de las óperas donde existe la mayor posibilidad de crear situaciones verdaderamente muy actuales, llenas de sentimiento y de comprender a través de la partitura, incluso el chispear del fuego, la más íntima expresión de varios personajes”, ha expresado Mattelli. Y como ella, han demostrado que piensan lo mismo los directos de cine Baz Luhrmann y Chris Columbus.

 

 

En el caso del primero, con el musical Moulin Rouge!. Estrenada en 2001, esta película de culto lanzó al éxito a una jovencísima Nicole Kidman y a Ewan McGregor, actores que se vieron reconocidos, no sólo por su interpretación, sino por las sorprendentes cualidades vocales que mostraron. Está basada en gran parte en la obra de Puccini, aunque también contiene tintes de La dama de las camelias de Alejandro Dumas (hijo). A pesar de que los números musicales se sirvieron de los éxitos de la música pop del momento, algunos críticos han destacado la recuperación del género de cine musical gracias a su innovación y éxito comercial.

 

Rent, por otro lado, es la segunda adaptación de la Bohème, de la mano de Chris Columbus. Este nos ofrece un musical alternativo con Rosario Dawson en el papel de Mimí, y voces tan estremecedoras como vivaces en el giro de tuerca que se le da a la ópera más conocida de nuestra época. Modernidad y canciones originales conforman esta película del año 2005, y demuestra que los grandes éxitos siempre pueden ser retomados para acercarlos al público.

 

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