CríticaMúsica

«The Family Plot» de Neuman

 

Por Cristina Consuegra

 

The Family Plot

Neuman

Tsunami music

Febrero, 2012

 

 

Como alguno de vosotros seguro sabe, The Family Plot, segundo álbum en la trayectoria discográfica de Neuman, lleva algunos meses en el mercado tras la decisión del grupo de ofrecerlo vía descarga gratuita. Sin embargo, el grupo murciano ha querido dar otro paso en el firme y contundente recorrido que está haciendo de la mano de The Family Plot publicando, el pasado 13 de febrero, el formato físico del álbum, artefacto que no sólo ofrece las once canciones ya conocidas, sino que otorga al espectador sonoro la posibilidad de escuchar otra canción brutal, el bonus track, “Bye bye”, además de la singularidad artesanal que siempre encierra un producto artístico de estas características. El diseño de arte del discazo ha corrido a cargo de Javier Wandosell –sí, la canción “Wandoworld” está dedicada a este tipo- y se ha adaptado a la intención original de The Family Plot: la honestidad musical como creencia absoluta, la crudeza de la melodía y su emoción primera.

 

Cuando te enfrentas a la reflexión en torno a trabajos tan enormes y redondos como The Family Plot da miedo no estar a la altura del mismo, da miedo dejar olvidadas palabras que pudieron ser escritas o pronunciadas. Y creo que mi respeto hacia este pedazo de álbum, álbum que no está teniendo la repercusión que debiera -sí, sé que está funcionando muy bien, pero se merece mucho más-, nace primordialmente del origen del mismo, de su impulso primero: la emoción. Paco Román, creador de la banda, tipo imprescindible para entender buena parte de la historia reciente del indie nacional, es la suerte de músico que se enfrenta a su trabajo desprovisto de poses o actitudes musicales que nada puedan aportar a su sonido y a su manera de entender la música, respiración natural que lo lleva a edificar canciones de extensión más larga de lo habitual, perdón, más larga de lo que el presente musical solicita o requiere. Pero él no hace ni caso. Y menos mal. Y es que el esqueleto de The Family Plot, bonus track incluido, mide casi unos 70 minutazos, tiempo en el que literalmente la realidad desaparece y sólo puedes prestar atención a las intensas e inquietantes melodías que surgen de este trabajo, a esas historias y lugares comunes que encierran cada una de las canciones del álbum, historias y lugares que giran en torno a relaciones, a esas personas que resultan imprescindibles, las mismas que conceden importancia a la palabra vida.

 

Como ya he escrito en otras ocasiones, entiendo la música como reflejo natural de la emoción, la belleza y la creación en estado puro, quizá por ello el flechazo con The Family Plot fue inmediato. La canción que da la bienvenida, “Lovers”, es el tipo de canción que paraliza respiraciones, que congela el aliento. Cuando te recuperas de ese primer golpe de emoción, aterrizan “Ben Gun” y “Jane”, entonces es cuando percibes que no tiene sentido luchar contra toda la conmoción que provoca el álbum, justo en el instante en el que comienzas a cerrar los párpados, justo cuando comienza el viaje hacia dentro, hacia la emoción. “Wandoworld” y “My Dad” -señores, pedazo de canción, artesanía musical de primera- actúan de antesala perfecta a “Ingrid” y “Doggy”, corte que coquetea con la década de los noventa más guitarrera y pura. Así, uno tras otro, se suceden los momentos en la vida de un tipo de Murcia que ha decidido describirlos a través de las canciones, que ha decidido compartir parte de una existencia y sus relaciones, historias que todos entendemos pero que sólo unos pocos son capaces de transformar en melodía. De esta guisa, llegamos a los casi diez minutos de “The Family Plot”, corte que cierra el tracklist. Entonces percibes que ha pasado toda una vida ante tus ojos, que la emoción sentida ha sido despertada por las melodías que recuerdan a territorios transoceánicos, más honestos y bellos.

 

En The Family Plot no sobra ni falta nada. Las canciones que conceden vida a este álbum son instantáneas de otra vida, melodías que desatan tanto la emoción conocida como la que subyace entre los recuerdos, entre las sombras de la memoria. Y a todo ello, Neuman le ha puesto nombre: The Family Plot, título desde el que esta banda proclama una nueva forma de hacer música.

 

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