Cuestión de galones
Por Susana Hernández.
Cuestión de galones. Ricardo Bosque. Ebook. Literaturas Com. 3,99 euros. Tamaño del archivo 344 KB
Para empezar debo admitir que soy adicta a las series de libros policiacos (también a las de televisión). Todo empezó con Poirot y continuó con muchos más. En diferentes épocas he estado perdidamente enganchada de Kay Scarpetta, y posteriormente de Wallander, Brunetti, Vila y Chamorro, Petra y Garzón y últimamente he descubierto a Caldas y el bruto de Estévez. Cada vez que intuyo una serie, salto a los lomos de la novela como una loca, y si la serie es española, lo hago con mayor entusiasmo, si cabe. Cuestión de galones tiene toda la pinta de poder convertirse en inicio de de una estupenda serie protagonizada por el capitán Ulises Sopena de la Policía Fluvial Metropolitana. Sería una gran noticia.
Ricardo Bosque ha tenido la osadía de situar la historia en la Zaragoza del 2041. Nos presenta una capital maña abnegada por el agua, al estilo de una Venecia aragonesa con un enorme canal. Quién sabe si Bosque además de buen escritor no es también visionario. El tiempo lo dirá. Por ahora nos conformamos con su fértil imaginación al servicio de una prosa directa y precisa que nos lleva con fluidez y naturalidad por el entramado de una historia bien tejida y mejor resuelta. Los personajes centrales, Ulises, socarrón y muy cercano, y Sara, la subteniente de origen irlandés, tienen visos de realidad, a pesar de desenvolverse en un tiempo futuro, son creíbles y entrañables, y como es de recibo, complementarios. Mano a mano, con algún desacuerdo, trabajarán juntos para resolver el asesinato de un personaje importante.
Cuestión de galones destila buen hacer, dominio de las tramas y los cánones policiacos clásicos y al mismo tiempo, aporta esa nota de novedad tan necesaria en un mercado saturado de policías y detectives. Bosque imprime a sus personajes, especialmente a Ulises, un humor que a menudo se echa de menos en otras novelas del género.
En definitiva, una novela que no defraudará a los paladares más exigentes de la novela policíaca.
no ,me sirve esto amiiiiiiiiiiii
Pingback: Cuestión de galones – Editorial LcLibros