“El músico ciego”, de Vladímir Korolenko.
Por Benito Garrido.
El músico ciego
Vladímir Korolenko
Editorial Barataria, 2011
Novela
Traducción de Luis Abollado Vargas
216 páginas
18,00 €
El músico ciego es uno de los clásicos más bellos de la literatura rusa. Estamos ante una novela sublime, delicada y musicalmente armónica, que alcanza cotas de una profundidad poética realmente elogiables. Como el autor decía de su obra, ésta nos relata a modo de estudio la atracción instintiva y orgánica del hombre hacia la luz. Korolenko, aunque no tan conocido como sus correligionarios Tolstoi, Gorki o Dostoievski, desarrolló una deslumbrante carrera literaria, así como una vehemente labor periodística de denuncia contra las injusticias de los regímenes que le tocó vivir. De su pluma surgió esta epopeya de superación ejemplar que conmueve y atrapa los sentidos.
Petrús vino al mundo en el seno de una rica familia del sudoeste ucraniano. Nadie lo notó al principio, pero el niño venía lastrado por una ceguera incurable. Mientras el padre se desentiende del chico, la madre, una vez superada la desazón inicial, le rescatará a un mundo en el que potenciar sus otros sentidos. El cariño y lucidez de la madre, y la perseverancia de su tío Maxim, un mutilado de las guerras garibaldinas, harán que Petrús empiece a relacionarse con los demás, entre en contacto con la naturaleza, y desarrolle aquellas habilidades que le permitan ser alternativa a su falta de visión. Maxim se percatará del refinado oído y sentido musical del muchacho, y emprenderá una ardua labor educativa por desarrollar su vocación musical. Y aunque subsisten preguntas que nadie le sabe responder, gracias a la música, el joven Piotr se convertirá en una persona independiente y madura, que hace de la interpretación musical un camino de liberación personal. El amor por una muchacha y la piedad por aquellos otros ciegos con menos suerte, terminarán de impulsarle en su afán por convertirse en un maestro de la música.
Korolenko se vale de una resuelta y esmerada prosa para hacernos sentir lo que no se aprecia con la vista. Intenta hacer nuestras esas sensaciones que el ciego experimenta al valerse del tacto o el oído para poder ver. Esta novela se convierte entonces en un aplicado recorrido de superación, de humanidad y de lucha por alcanzar nuestro lugar en el mundo. Cada frase esconde un trozo de esa alma sensible y perseverante que busca percibir cada resquicio de aquello que nos rodea, quizás con el único fin de alcanzar a ser igual que los demás.
El autor consigue cotas literarias dignas del mejor de los escritores rusos. Su protagonista es capaz de cautivarnos desde los primeros descubrimientos de su niñez. Nos enlaza los sentidos para forzar la imaginación, destaparnos la belleza, y disfrutar de momentos sublimes: la caricia de una niña, la calidez del sol, la fluidez del agua, el sonido de un flauta. Barataria nos rescata un autor de culto en la literatura rusa de principios de siglo, y con él esa manera de contar historias edificantes, con mensaje, que tiñen de color y sonido una aventura épica.
Vladímir Galaktiónovich Korolenko (Ucrania, 1853-1921) estudió en el Instituto Tecnológico de San Petersburgo. Por sus ideas populistas, pasó seis años de destierro y cárcel en Siberia. Se dio a conocer por sus narraciones sobre la naturaleza y las gentes siberianas. Fue un activo periodista que llevó a cabo numerosas campañas contra el abuso del poder. Entre sus obras más conocidas pueden citarse: El sueño de Makar, El músico ciego, El Bosque susurra, Sin lengua y las memorias Historia de uno de mis contemporáneos. Como artista de la palabra, Korolenko fue epígono de Turguénev y maestro de Gorki.
Muchas gracias por sus contenidos, y lo servicial los artículos, resúmenes y biografías.
No la conocía, le seguiré consultando, y la haré conocer en mi seminario de literatura. Muy agradecido!