No te signifiques (44)
Por Jorge Díaz.
¿Qué puede hacer un autor para promocionar su novela?
Dejo la pregunta abierta, cualquier ayuda o sugerencia será bienvenida. Si tenéis una idea fantástica me la contáis, sé que sabréis hacer que me llegue. Si no sois capaces de hacérmela llegar no os molestéis, no confío en ella.
– ¿Además de echarte una mano quieres que vayan de listos?
– Hace tiempo nos abandonaron los que no eran listos. Todos mis lectores están por encima de la media de inteligencia.
– Pelota.
– No te creas, la media es baja.
Sí, publico novela pronto, el mes que viene. Me toca empezar a dar la lata, a contar los ejemplares que haya en las librerías de cerca de casa para ver cuántos se han vendido y cuándo han repuesto; me toca cuidar que no pongan otros libros encima del mío y llevarlos desde la estantería a la mesa de novedades si baja mucho el montón sin que los libreros se den cuenta; también debo procurar no meterme en líos y no hablar de ningún tema conflictivo, no vaya a ser que alguien decida no comprarla en represalia…
– ¿Qué opinas de la condena a Garzón?
– Lo que tú, estoy contigo a muerte.
– ¿Y del resultado del congreso del PSOE?
– Lo mismo, voy con quien vayas tú…
– ¿Y de la subida de impuestos?
– Espera, eso me toca las narices, ¿vale?
Pero no os preocupéis aún, la promoción empieza en marzo, fíjate que ni he dicho el título. Hoy todavía hablo de buen rollito. Charlo con los amigos de la columna.
– Estás haciendo la pelota otra vez.
– No… Que aquí ya sólo quedan amigos. Los que sólo me leían para ver si me significaba nos han abandonado… Ya han visto que no me metía con nadie…
Con mi primera novela no hice nada para promocionar. No conocía el asunto, pensé que la editorial se encargaría de todo. Me quedé junto al teléfono, esperando a que me llamaran de los periódicos más importantes, de las revistas literarias, de los magazines de mañana de la radio, incluso de la academia sueca.
– ¿Y?
– Las únicas veces que sonó el teléfono me llamaban compañías de teléfono para comprarme mi alma o venderme el adsl, no recuerdo bien.
– ¿Y la editorial?
– Muy bien, muy amables. Si hubiera sido famoso se habrían volcado en mí.
En estos tres años que han pasado desde que salió la primera he aprendido algo sobre el mundo editorial, poco sobre promoción, hay que tener en cuenta que no de entonces no conservo ni un mal ejemplo. Pero confío en vosotros para encontrar ideas.
He visto a amigos ir con camisetas con la portada de la novela impresa. Me gusta, pero no me veo de hombre anuncio. Claro que puedo contratar a dos señoritas atractivas para hacerlo. ¿Se ofrece alguna?
También he pensado ponerme en la calle Arenal, donde se ponen los de la compra y venta de oro, con un chaleco naranja y repartir tarjetas.
– Pues eso no estaría mal.
– Lo mismo no, pero hay competencia. Desde Arenal a Preciados te encontrarías a veinticinco repartidores de tarjetas de compra y venta de oro, a quince voluntarios de oenegés, a dos flautistas acompañados de perros interpretando “a las barricadas”, a seis reporteras de programas de televisión preguntando chorradas, a dos más repartiendo publicidad del bufé libre a nueve noventa, a ésa que lleva unos ocho o diez años poniendo pins hechos a mano y pidiendo para una asociación de parados compuesta por un solo miembro, ella misma…
– Te dejas a los acordeonistas.
– No, allí no suelen ponerse, prefieren estar debajo de mi casa, molestan más; allí te encuentras al chino que se pone por las noches con una especie de xilófono. No sé si sería capaz de destacar entre tanta gente con mi libro.
– Imaginación, piensa.
– Por eso pido ayuda.
Otros amigos han hecho videobooks; los hay que se han recorrido media España de biblioteca en biblioteca; los que consiguen que les entrevisten en todas las radios. Una escritora famosa ha sido capaz, según dicen, de hacerse una foto desnuda, colgarla en internet y denunciar que se la robaron. Hasta una vez conocí a un autor que vendía las novelas una a una en los comercios de los pueblos. El tío vendía un montón…
Pero yo necesito una idea nueva, algo que venda miles de novelas y cuento con vosotros.
¿Qué se os ocurre?
Bueno, yo colaboraré organizando una presentación y firma de libros el Día del Libro 2012 en mi librería. Si esto lo hicieran todas las librerías de España con tu libro, venderías treinta y siete veces más que María Dueñas.