“La conquista del cuerpo”, Isabelo Herreros
En los años republicanos la mujer aparecerá constantemente en la prensa gráfica a bordo de motos, pilotando aeroplanos, compitiendo en deportes o, como resultado de su incorporación a profesiones hasta entonces de hombres, como abogado, médico, farmacéutico, periodista, chófer, funcionario, zapatero…
También aparecerá mostrando su cuerpo, pero no sólo como consecuencia de los «descocados» números de la revista musical, o género sicalíptico, donde ya era habitual el desnudo integral. La mujer encontrará en el deporte una forma de mostrar su cuerpo, y también a través de los abundantes concursos de belleza de la época. Empezará a concurrir a las piscinas públicas, que sencillamente no existieron hasta la llegada de la República, y también a las playas de mar o de río.
El auge de la lencería sugestiva también será importante y se asistirá a una moda que consistirá en una combinación muy corta: provocativo sujetador y un pequeñísimo pantalón.
El desnudo femenino, y también el masculino, aunque menos, estarán presentes en el mundo del espectáculo y en el cine. Serán además los años de florecimiento del travestismo en ciertos tugurios del Barrio Chino de Barcelona, con personajes como Flor de Otoño, La Asturianita o Mirko, especializadas en la imitación de las tonadilleras más conocidas del momento.
Serán también años de gran crecimiento de las sociedades nudistas, con publicaciones de cierta influencia, con sus fi ncas de recreo y playas autorizadas.
La educación sexual de los españoles será un reto en el que se implicarán asociaciones creadas con esa finalidad, así como la universidad.
Como no podía ser de otra manera, el debate en torno a la prostitución tuvo también su lugar, con importantes organizaciones abolicionistas.
A la socialización de los españoles en todo lo concerniente al sexo y la normalización del desnudo contribuyeron las entonces florecientes editoriales de novelas cortas, eróticas y hasta pornográfi cas, de aparición semanal, como La Novela Pícara. De la misma editorial eran los tomos mensuales de Iberia Plástica, con desnudos artísticos en los que aparecían modelos hispanas, tocadas a veces con velos o con los castizos mantones de Manila.