José Mª Íñigo: “El peligro está en los charlatanes”
Por Chus Sanesteban.
La voz de José Mª Íñigo ( Bilbao 1942 ) se escuchó por primera vez en su tierra natal, Bilbao, al ser contratado por Radio Bilbao. Tenía tan sólo 16 años y la misma ilusión. Han pasado los años y nos cuenta las diferencias y los cambios, la magia de este medio y su deseo: Larga vida. Nada más. Y nada menos.
¿Cuáles fueron sus maestros?
No tuve ningún maestro directo, pero en aquel tiempo, cuando aún soñaba, sólo soñaba, con hacer radio o televisión un día, me fijaba mucho en el buen hacer de un chileno que vino a España y tenía programas en la Cadena SER y Televisión Española. Se llamaba Raúl Matas, un auténtico caballero y un profesional envidiable.
¿Existe la magia de la radio?
Si el comunicador consigue llegar al oyente, al escuchante, si consigue entrar en él, entonces puede haber magia, siempre que el mensaje sea honesto, interesante, inquietante, y haga pensar al receptor.
El peligro está en los charlatanes que habiendo perdido el miedo escénico al micro, hablan y hablan son decir nada. Pero eso no es radio, es otra cosa.
¿Qué es mejor, una buena voz o una buena expresión?
Ambas cosas. Últimamente parece que vale cualquiera. Hay locutores hasta con defectos de dicción. Y no pasa nada. El nivel de exigencia, por parte de las propias emisoras y del público en general, ha bajado mucho.
¿Qué se necesita para triunfar en la radio?
Sobre todo, tiempo. En la radio se necesita mucho tiempo para que un programa cuaje. En la radio no se triunfa de la noche a la mañana. Y los tiempos actuales no son buenos para los medios de comunicación. Demasiadas presiones, incertidumbres, inquietudes, inseguridades…
No hay fórmula para triunfar. Pero ayuda mucho tener una buena idea de programa. Poder hacerlo a una hora decente y realizarlo con entusiasmo, conocimiento y profesionalidad. El resultado de todo eso no debería de ser malo. Pero de ahí al triunfo…
¿Existe algún riesgo de que la radio termine por los nuevos medios?
Se decía cuando llegó la televisión que la radio tenía los días contados, y llevamos muchos años viviendo una edad dorada de la radio.
La radio no morirá, pero cambiará su forma de escucharla. Ahora se oye la radio en la televisión, o en el ordenador, o en el teléfono. Pero la radio está viva y seguirá con buena salud.
Un momento, episodio o programa de radio de la historia.
Seguramente el programa “Ustedes son formidables” que presentaba Alberto Oliveras. Rompió moldes y reunía a las familias alrededor del aparato de radio.
Una anécdota.
Mi debut en la radio fue en Radio Bilbao en el programa “Aquí Bilbao” que se emitía en 7 idiomas. Yo me encargaba de la sección inglesa y de esperanto. Aprendí esperanto en 15 días. Tenía 16 años.
¿Cuáles son las diferencias entre la radio de ayer y la de ahora?
La radio de hace 30 años era más profesional, habías más y mejores ideas, y mejores voces. Hoy los programas se copian de una a otra cadena. Casi todos hacen lo mismo y a la misma hora, y en cuanto a voces, sencillamente, una pena. En general, evidentemente. Faltan ideas, sobre todo eso, faltan ideas y rigor. Se pierde fácilmente la vieja norma de comprobar al menos con dos o tres fuentes lo que se dice. Y claro, se dicen muchas cosas, que luego hay que desmentir.
Un deseo para la radio
Larga vida. Nada más. Y nada menos.