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…Y con tu espíritu (burlón): Margaret Rutherford

Por Daniel María.

 

Margaret Rutherford

Margaret Rutherford es de esas actrices destinadas a ocupar un lugar insustituible en la historia universal del cine. Por su talento, sus cualidades físicas (pues la fealdad alberga iguales condiciones artísticas que la belleza) y por entregar a sus personajes un halo de su cosecha, surgido de la personalidad del intérprete o simplemente de su imaginación, que hace reconocible sus personajes no porque los encarne una mujer llamada Margaret Rutherford (con un físico identificable) sino porque los “crea” la actriz llamada Margaret Rutherford (lo mismo ocurre con los personajes de Bette Davis, que solo en ella son posibles, o los personajes de Joan Crawford, cuyos ojos conciernen en exclusiva a su magisterio).

 

Rutherford dotó a sus personajes de un divertido carisma de independencia, que tiene en la anciana detective creada por Agatha Christie a su mayor baluarte. Hablo de Miss Marple. La escritora inglesa dio a conocer a Miss Marple en la novela Muerte en la vicaría en 1930. La encontraremos después en el libro de relatos Trece problemas para Miss Marple (1932) y las novelas Un cadáver en la biblioteca (1942), Se anuncia un asesinato (1950), El truco de los espejos (1952), Un puñado de centeno (1953) y El tren de las 4:50 (1957) y en un puñado de relatos incluidos en los volúmenes Tres ratones ciegos (1950) y El pudding de Navidad (1960) hasta el año de 1961 cuando Margaret Rutherford construye su versión del personaje (la primera de la historia), bajo las órdenes de George Pollock, en las cuatro películas que protagonizará desde esta fecha hasta 1964.

 

Para entonces la actriz había cosechado éxitos importantes en la escena londinense y había participado en laureadas comedias del cine británico con personajes secundarios que le otorgaron fama nacional. Margaret desarrolló a los treinta años una vocación tardía que, tras graduarse en The Old Vic School, la llevó a impartir lecciones de dicción. Su presencia en el cine británico a partir de su debut en 1936 es constante en las siguientes décadas. En 1941 la actriz estrenó la comedia de Noël Coward El espíritu burlón en en el Piccadilly Theatre de Londres, ciudad donde ya habían admirado su trabajo como Miss Danvers en Rebecca (Queen’s Theatre, 1940) o como Miss Prims en La importancia de llamarse Ernesto (Globe Theatre, 1939), personaje que retomará en 1946. Esta función supondrá uno de sus mayores logros en el West End. En 1957 la estrenará de nuevo y emprenderá una gira por Inglaterra, pero esta vez encarnando otro personaje de la función, a Lady Bracknell.

 

En plano trance como Miss Arcati en El espiritu burlón (1945)

Sin embargo, fue en la producción de la United Artist El espíritu burlón (1945) donde Margaret alcanzó el reconocimiento internacional. La maravillosa comedia de tintes paranormales, dirigida por el maestro David Lean, carga sobre los hombros de Miss Arcati (la médium interpretada por Rutherford) las más logradas entregas. Este es el primer personaje de gran trascendencia para la actriz y muestra ese perfil desaforado, tolerante y husmeador al que acompañan dos detalles aparentemente banales, pero que hermanan a la médium de El espíritu burlón (1945) con su Miss Marple: la vestimenta y el uso de la bicicleta como medio habitual de transporte.

 

Es sobre todo el primero de estos elementos el que muestra el grado de implicación personal de Rutherford en la definitiva aceptación del papel. La cuestión es que el futuro director de las cuatro películas protagonizadas por el personaje de Agatha Christie, es decir, George Pollock, fue ayudante de dirección de Lean en aquel espíritu burlón, por lo que conocía a la actriz perfectamente. El primer escollo con el que tropezó a la hora de ofrecer a Rutherford este personaje fue un episodio de su vida privada con el que la actriz hubo de lidiar hasta calmar su inquietud. El padre de Rutherford sufrió de graves problemas mentales que lo llevaron a cometer el fatídico crimen de asesinar a su propio padre (el abuelo de Margaret). La actriz soterró la posibilidad de rechazar el papel para no incidir en el morbo de convertirse en una detective de misterios criminales cuando su historia familiar estaba afectada de un incidente tan desgraciado. Tras superar este primer obstáculo, la actriz fijó dos condiciones innegociables. La primera, que su marido, el actor Stringer Davis, participara en las cuatro películas. La segunda, que usaría prendas de su fondo de armario durante el rodaje. Es decir, que Miss Marple vistiera su ropa.

 

Las aportaciones de Margaret a este personaje son muy apreciables. Cabe señalar que las posteriores representaciones de Miss Marple en el cine y la televisión corresponden a un físico muy diferenciado al de Margaret Rutherford. Pensemos en Helen Hayes, Joan Hickson y Angela Langsbury en Se ha escrito un crimen, donde interpretaba a una Jessica Fletcher inspirada libremente en Miss Marple. La edad de Margaret en 1961 era de 69 años, sin embargo, cede al personaje una capacidad de acción y movimiento superior al reflejado en las novelas, claro que también estas cuatro adaptaciones fueron muy libres y, ya desde el guion, la Miss Marple de Agatha Christie sufrió modificaciones importantes. La única de las cuatro películas de Pollock basada en una novela protagonizada por Miss Marple fue El tren de las 4:50 (1961), la primera y mejor de la saga, cuya novela homónima es del año 1957. Las dos siguientes películas fueron Después del funeral (1963) y La señora McGinty ha muerto (1964), basadas en las novelas homónimas de 1953 y 1952, respectivamente, pero protagonizadas por Hércules Poirot. Luego, la cuarta y última película, Asesinato a bordo (1964), se trata de un guion original de David Pursall y Jack Seddon, un caso muy pobre y ramplón que oscureció en parte la despedida de la saga.

 

Junto a su marido, Stringer Davis, interpretando a Miss Marple

Sorprende que tras el éxito de la primera película se decidieran por implicar a Miss Marple en los casos de Poirot en vez de continuar adaptando los misterios de la anciana, como Un cadáver en la biblioteca o Se anuncia un asesinato, que posteriormente no faltaron en ninguna de las futuras versiones realizadas. Es preciso establecer ahora que una de las condiciones de Margaret Rutherford contribuyó decididamente en los cambios experimentados en las adaptaciones. La inclusión en el reparto de su marido, el actor Stringer Davis, fue solucionada con la creación de un personaje a su medida, el de Mr. Stringer, el solícito y leal amigo de Miss Marple que cumple las funciones de ayudante para todo en los casos que afrontará la anciana.

 

Cierto también, para contrarrestar los errores de estas producciones, que la interpretación de Margaret ofrece un grado de ternura y comicidad en Miss Marple que es menos preciso en la pluma de Agatha Christie, pues parece que con el paso del tiempo la escritora fue identificándose con el personaje, al que había creado anciana cuando ella era una mujer madura. La vasta producción de la autora provocó que el personaje de Miss Marple permaneciera “dormido” durante años, en los que conservó su ancianidad mientras Agatha maduraba. De tal modo que las entregas de Miss Marple a partir de los años sesenta, incitadas quizás por el éxito de estas películas que elevaron la fama de Miss Marple a la ya alcanzada por Hércules Poirot (el otro gran personaje creado por Agatha), ofrecieron una Miss Marple más socarrona y afectiva, por la que el lector siente mayor complicidad. 

 

Margaret y Agatha Christie

En este momento cabe la alusión de un episodio nunca aclarado que se produjo durante los años en que Margaret interpretó a Miss Marple. El marido de la escritora, Max Mallowan, una vez rodada la primera película, hizo unas declaraciones algo confusas donde afirmó que su mujer admiraba el talento de la actriz, pero no estaba de acuerdo con su interpretación de Miss Marple. Pronto el director de la película, George Pollock, comentó su asombro, pues Agatha Christie había visitado el rodaje de la película y charlado animadamente con la actriz, a quien felicitó por su trabajo. Sea como fuere, la escritora supo zanjar este tema, en el que tanto ella como Margaret nunca participaron directamente, con un gesto eterno y contundente: dedicó la siguiente novela protagonizada por Miss Marple a la actriz. Me refiero a El espejo se rajó de parte a parte (1962).

 

Quienes no tuvimos la oportunidad de ver actuar a Rutherford en el teatro podemos fantasear con imaginarla sobre las tablas interpretando una de sus comedias, tal y como ocurre en una escena de La señora McGinty ha muerto (1964), donde Miss Marple tiene que superar un casting para formar parte de la compañía teatral donde ella sospecha que se fragua el misterio. Esta es una de las escenas en las que la Miss Marple de Agatha Christie no se vio inmiscuida en la literatura, pero que, nos atrevemos a considerar, hicieron replantear a la escritora el futuro temperamento de su personaje en las siguientes novelas.

 

En la vida privada de la actriz fue importante el desarrollo de una decisión clave en su matrimonio. Junto a Stringer Davis adoptó un niño llamado Gordon Langley Hall, que años después se llamará Dawn Langley Simmons, pues al nacer fue confundida con un varón y, llegada la hora, se sometió a una reasignación de sexo. Dawn escribirá una biografía de Margaret titulada Margaret Rutherford. A Blithe Spirit (1983) y consiguió labrarse una importante trayectoria como biógrafa de otras personalidades como Jacqueline Kennedy, Mary Todd Lincoln o Rosalynn Carter, aunque destacan sus relatos autobiográficos Man into woman: a transsexual autobiography (1971) y Dawn: A Charleston Legend (1995), escrita cinco años antes de fallecer. Fue, además, la primera mujer en contraer un matrimonio interracial en el Estado de Carolina del Sur cuando en 1969 se casó con el mecánico de coches John-Paul Simmons. Tuvo una única hija y tres nietos y se divorció en 1982. La vida de Dawn da para otro artículo, pero solo añadiré una anécdota fascinante. Cuando era criada por su abuela biológica, que trabajaba al servicio de la escritora Sackville-West en el castillo de su propiedad, conoció a Virgina Woolf, amante de la anterior. En dicho castillo y por aquellas fechas Virginia Woolf ideó una de sus obras maestras: Orlando, cuya identidad no es desacertado enlazar con el destino de Dawn Langley Simmons.

 

Con Orson Welles en Campanadas a medianoche (1965)

Después de la primera película como Miss Marple Margaret interpreta a la Duquesa de Brighton en Hotel Internacional (1963) de Anthony Asquit, por la que recibe el Óscar y el Globo de Oro a la mejor actriz de reparto. A Hollywood le ocurre que cuando “se fija” tarde en un enorme talento se desespera por homenajearlo y recurre a la primera oportunidad para corregir el despropósito. Quizás avalada por el espectacular reparto que la rodeó (Elisabeth Taylor, Richard Burton, Orson Welles, Maggie Smith…), convinieron en laurearla a modo honorífico por un papel menos admirable, pese a su magnífica interpretación. Destaca incluso más el papel secundario de Orson Welles, a quien Hollywood nunca se dignó a nominar como actor ni director después de Ciudadano Kane (1941). Precisamente, de la mano de Orson, Margaret interpretará el último gran papel de su carrera: la posadera de Campanadas a medianoche (1965). Por este papel hubiera sido más acertado concederle el Oscar, pues el monólogo de la actriz con que culmina la película es el broche final de su trayectoria cinematográfica, aunque su última interpretación fue prestar voz a la protagonista de The Wacky World of Mother Goose (1967), film animado de Jules Bass. Meses antes participaría en la desigual película La condesa de Hong Kong (1967), a las órdenes de Charles Chaplin.

 

Como la Duquesa de Brighton en Hotel Internacional (1963)

La década de los sesenta es la época deliciosa de su recorrido artístico. Muy activa laboralmente para la edad que ostentaba, pues solo en 1963 rodó tres películas (El ratón en la luna (1963), Hotel Internacional (1963) y Después del funeral (1963)) fue nombrada Oficial de la Orden del Imperio Británico en 1961, año en que inició sus interpretaciones como Miss Marple, y en 1967 fue elevada a Dama Comandante por sus servicios a la escena. En esta década recibe los premios más importantes del cine, pero también se agrava la terrible enfermedad que la alejó definitivamente del oficio en 1970 cuando tuvo que ser sustituida por Fay Compton en el rodaje de La virgen y el gitano (1970), dirigida por Christopher Miles, pues el alzheimer ganaba terreno cautelosamente. Incluso después de este fallido intento de regresar a la actuación, ya que la dificultad para memorizar sus parlamentos lo reprimió, volvió a intentarlo en Canción de Noruega (1970) de Andrew L. Stone, animada por su gran amigo, el actor Robert Morley (cuyo personaje pidiera matrimonio a Miss Marple en Después del funeral (1963)), pero fue imposible. Se había despedido del teatro sobre las tablas del Theatre Royal Haymarket en 1966 con la obra de Sheridan, The rivals.

 

Entre 1969 y 1970 el escritor Gwen Robyns entrevistó a la actriz durante los últimos seis meses de lucidez. El material de estas conversaciones fue recogido en el volumen Margaret Rutherford: an Autobiography as told to Gwen Robyns en 1972, año en que falleció la actriz. Su hija publicará en 1983 la biografía Margaret Rutherford: A Blithe Spirit y recientemente, en el año 2009, el escritor y guionista Andy Merriman publica la completa y documentada biografía Margaret Rutherford. Dreadnought with Good Manners.

 

Esto último viene a confirmar que el interés por la actriz continúa vigente pero, también, que un Estado soberano llamado Reino Unido protege la memoria de sus actores como parte del patrimonio cultural. Bien se echa de menos similar reparo en estas tierras.

 

 

 

* Daniel María es actor, escritor y guionista. Secretario de Redacción de la revista La Página. Su último libro es El caso de la película imposible: El extraño viaje, sobre la película de Fernando Fernán Gómez.

 

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