Segismundo y compañía

Segismundo y Compañía de Fernando Lalana. Ilustraciones de Pilar Giménez Avilés. Everest, Colección Punto de Encuentro (Teatro Infantil), 2009.  80 pp., 8.95 €.

Por José R. Cortés Criado.

Fernando Lalana creó esta obra para ser representada y hacer partícipe de la misma a los espectadores; su puesta en escena, desenfadada, alegre, delirante a veces y seria en otras, hará las delicias de los espectadores.

La trama se desarrolla en el escenario y en el patio de butaca, siendo este espacio el que tiene mayor protagonismo; el movimiento de actores entre el público, la obligatoria participación de éste y el ascenso y descenso de los actores al escenario dan a la obra un constante movimiento que mantiene a todos en alerta ante la próxima ocurrencia de los personajes.

Cualquier lector se imaginará la representación y no podrá menos que sorprenderse del ingenio y la osadía de su autor. Junto a los  textos escritos en prosa, aparecerán en verso unas canciones que interpretarán los personajes principales, a modo de canción española, tango o bolero.

La trama es bien sencilla. Una pareja de espectadores acude a un teatro por equivocación, en realidad deseaban ver una película de moda, y desde un primer momento interrumpen al actor que da vida a Segismundo, protagonista de La vida es sueño, porque ellos quieren ver una obra más divertida, este hecho insólito en la realidad, da pie a unos momentos de confusión y debate de ambos personajes con la acomodadora y el público asistente. Por acuerdo unánime de los asistentes deciden representar una obra de piratas.

Los diálogos entre el matrimonio y de éste con la acomodadora son de gran ingenio y divertimento, tanto por lo que los actores dicen como por las situaciones absurdas que crean y recrean.

Se puede leer como la señora se molesta porque un espectador sentado tras ella dice que su sombrero no le deja ver el escenario y después de discutir sobre el asunto ella decide vendérselo y tras una puja entre los espectadores casi lo consigue; o como la pareja examina al público en busca de una persona que sepa francés para poder descifrar el plano de un tesoro, siendo elegida una alumna que actúa hablando en un francés macarrónico

Tras encontrar el tesoro tan ansiadamente buscado, se lo reparten entre todos, no es para menos y por fin deciden comenzar una obra seria, La vida es sueño.

Como se puede leer en su prólogo, el teatro se concibe como un juego “donde el texto a representar se convierte en un pretexto para jugar con hechos, acciones, personajes, escenarios, músicas, ambientes… y donde el público no debe ser un mero representante pasivo sino parte importante de la acción misma”.

No cabe duda de que se trata de saltar al otro lado del escenario y demostrar a los espectadores que hay otra forma de entender la representación teatral y ser parte activa de la fiesta siguiendo unas pautas sencillas que cualquier espectador sabrá llevar a cabo.