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Crónica de los Premios Ojo Crítico

Por Elvira Martínez J..

 
 

Murmullos, inquietud… Por fin apareció Serrat y los flashes se dispararon como metralla. Parecía un auténtico chupinazo. Todo el mundo al salón de columnas y el murmullo, a crecer como la marea. Pasaron lentos los minutos hasta que a las siete y siete dio comienzo el programa, esta vez desde el Círculo de Bellas Artes Laura Barrachina y Manu Martínez iban a entregar los premios a los jóvenes talentos del mundo del arte.

 
 

El silencio se apoderó del mármol y los periodistas de Radio Nacional que habían estado correteando con frenesí, respiraron hondo unos segundos. La función había comenzado y como aperitivo, la sintonía del programa dio un pequeño giro. Ya no era la de siempre sino que sobre un escenario el Cuarteto Leonor impresionaba a presentes y oyentes para celebrar el comienzo de la vigésimo segunda edición de estos premios de la radio pública. Tras la presentación que el Presidente de turno del Consejo de Administración, Santos Miguel Ruesga, hizo de los premios, el grupo catalán Manel deleitó con su tema Benvolgut.

 
 

Cuando ya había recorrido el programa casi la mitad de su camino, comenzó la entrega de premios como tal. El primero que subió al escenario fue el cineasta Kike Maíllo que lo recogió de manos de Marta Etura. Perfeccionista, quiso repetir la escena pues no parecía conforme con su propia actuación, lo que hizo reír a quienes estábamos en la sala mientras desde sus casas otros se preguntarían qué estaba ocurriendo. Palabras emocionadas y de agradecimiento a otros dos de los galardonados, Serrat y Manel, por sendas cesiones musicales. Acto seguido treparon al escenario los miembros del Cuarteto Leonor. Fueron las manos de la directora de radio clásica, Ana Vega Toscano las que acercaron la pequeña escultura al cuarteto de cuerda, que dedicó su premio a quienes han creído en ellos y en especial a “todos esos padres que esperan en la puerta de los conservatorios con la calefacción del coche encendida, a que sus hijos salgan de clase”. Sin dejar que la emoción decayera, la única que podía juzgar la apariencia de la estatuilla subió sonriente a que se la diese el director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel. La escultora Sara Ramo, medio española, medio brasileña, fue tremendamente breve y declaró que tras quince años fuera de nuestro país, era como una especie de bienvenida.

 
 

Aplausos y más aplausos. Después del tercer premio, otra pieza del Cuarteto Leonor añadía belleza a la banda sonora de los Premios Ojo Crítico. Los músicos dieron paso a la actriz Irene Escolar que pese a recibir el galardón de Teatro, no pudo recogerlo por encontrarse actuando en ese mismo momento. Fue su padre quien subió y María Isasi quien hizo la entrega aunque pudimos escuchar las palabras de la jovencísima actriz que, desde las bambalinas del teatro Valle-Inclán, dedicó su premio a Laura Barrachina, directora del programa de radio, y Dani Galindo porque en sus palabras “en aquella primera entrevista que me hizo demostró todo el cariño que siente por el teatro y me hizo sentir parte de algo especial y mágico”. Así se dio paso a la poesía. Aarón García Peña fue el agraciado y quiso compartir su arte con los presentes leyendo su poema “El español ahora”, no sin antes haber agradecido a la radio pública y los que en ella trabajan su labor y dedicación. Difícil era subir al escenario justo después pero tuvieron que hacerlo Rubén Abella para entregar el premio de Narrativa e Ignacio Ferrando para recogerlo, por su obra Un centímetro de mar. La razón de haberlo ganado era según el jurado que “recupera el género de aventuras y lo combina de forma eficaz con elementos de nuestra realidad social; con una arquitectura clásica, consigue construir una sólida y arriesgada fantasía moral e intelectual”. Ante tales alabanzas, el escritor agradeció su premio “a ese puñado de lectores” que le ha acompañado en su trayectoria.

 
 

Volvió la música a las tablas, volvió Manel a pisarlas pero esta vez no para tocar sino para recibir su premio que agradecieron sobre todo por haber sido escuchados pese la dificultad que supone la barrera lingüística, pues ellos se hacen oír en catalán. Poco antes del cierre intervino Benigno Moreno, el director de Radio Nacional de España, para hacer balance del año.

 
 

Sólo quedaba una estatuilla en la reserva. El que todos sabían, al que todos conocían. Premio Especial Ojo Crítico para Joan Manuel Serrat. Animoso y con una sonrisa que se le salía del cuerpo quiso dedicar su galardón «a lo público, a la enseñanza pública, a la sanidad pública y a los medios de comunicación públicos, en la confianza de que sean plurales y nos representen a todos sin partidismos«. Con esas bellas palabras tocaron su fin el programa y la gala, que otro año más quiso repartir sonrisas entre los jóvenes artistas que se abren camino en nuestro país.

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