"Discordancias", de Elena Casero
Discordancias – Elena Casero – Editorial Talentura – Noviembre de 2011 – 160 páginas
Por Miguel Baquero.
Un hombre cree reconocer en la calle, por su inconfundible melena, a su esposa, que sin embargo ha dejado acostada en la cama víctima de una extraña enfermedad… Una pareja llega a Nueva York para celebrar las bodas de plata de su patrimonio y la ciudad provoca en los dos cónyuges, que hasta aquel entonces habían estado muy unidos, sentimientos radicalmente opuestos… Un hombre que echa de menos a sus padres muertos fantasea con llamarlos una noche a su antiguo domicilio, que ya no existe… Una mujer espera el ascensor y, cuando éste llega su piso y se abre, encuentra en la cabina a su marido muerto…
Estos son algunos de los argumentos de “Discordancias”, el volumen de relatos de la escritora valenciana Elena Casera, una autora que hasta ahora había destacado por sus incursiones en el terreno de la novela, con una obra tan excelente como “Tribulaciones de un sicario”. Son cuentos, como se ve, que parten de una raíz cotidiana, de una situación a veces nimia (como la de aquel que en un insospechado rasgo de lo que él cree distinción y clase se deja más larga la uña del dedo meñique), pero que enseguida demostrarán tener un gran recorrido literario. La importancia de un texto no está, o no está tanto, en el tema que trate como en la forma en que lo haga y los matices que acierta a sacarle, los sonidos que pueda despertar de una materia que a simple vista parece desechable… ese parece ser el principio que ha regido este el primer volumen de cuentos de Elena Casero: encararse con la vida y tratar de extraer de ella todos los pequeños detalles. Quizás en eso consiste, realmente, la literatura, no en lo que se mira sino en mirar con intención estética.
En el caso de los cuentos de “Discordancias”, además de este, podríamos decir, factor de cotidianeidad, los relatos se encuentran ligados porque, en el fondo de todos ellos, late el mismo tema, el que indica el título: la discordancia. El modo cómo las relaciones (no sólo las de pareja, sino las relaciones humanas en general) se aproximan tal vez ineludiblemente a un punto de ruptura a partir de cual aguarda, con mayor o menor fiereza, ese fantasma que es la soledad. Los cuentos de “Discordancias”, abordados unas veces desde el prisma del humor, incluso del humor negro, otras desde la fantasía y a veces desde el más directo tono trágico, son en el fondo la constatación de una derrota, la prueba literaria de que el destino de las personas está en acabar separándose, sonando cada una por separado y en disonancia; incluso cuando la relación logra mantenerse estable, el tiempo y su negra compañera acaban por desbaratarlo todo. Al final, nos encontramos solos y no nos queda otro remedio sino hacernos a la idea, esa parece ser la conclusión final de este volumen de relatos.
Sin embargo, y por supuesto, siempre nos quedara el camino recorrido. En el caso de “Discordancias”, la lectura de diecinueve cuentos, muchos de ellos de alta calidad; una lectura ágil, favorecida por un estilo fresco, cuidado con ese exquisito gusto que hace que la prosa parezca espontánea y fácil, muy contraria a la sucesión de alardes y virtuosismos gratuitos. Un terreno, este del estilo, donde se aprecia indudablemente la experiencia y el oficio de una escritora de novelas, de muy buenas novelas, que en esta ocasión se ha trasladado al cuento.