Festival del Cine y CIBRA: la ausencia de los grandes clásicos
28 de noviembre de 2011. La Puebla de Montalbán (Toledo).- Este fin de semana ha finalizado el Festival del Cine y la Palabra CIBRA 2011, único en el mundo dedicado a las relaciones entre el cine y la literatura, con una mesa redonda dedicada a los personajes literarios interpretados en el cine, el teatro y la televisión por los grandes actores de reparto del cine español, quienes coincidieron en que los personajes de la literatura clásica sobrevivirán en el teatro, ya que ni el cine ni la televisión les presta suficiente atención en la actualidad.
El coloquio, moderado por el periodista David Felipe Arranz, contó con los actores Emilio Linder, Enrique Martínez y Paco Racionero, y en él se trataron temas como los personajes literarios que han llevado cada uno de los intérpretes a las tablas, la gran pantalla o la televisión; si debe o no conocer un actor el contexto y la obra del autor cuyo texto se va a llevar a escena o a la pantalla, o la importancia que tiene la lectura de los clásicos en un actor. Para ello, Arranz abrió el debate con el papel que en la Edad Media y el Siglo de Oro jugaba el “autor” de comedias –rol a caballo entre el actual productor y director escénico–, mucho más que una mera figura de producción, ya que podía ser incluso el propio actor, como Shakespeare y Lope de Vega, e incluso múltiple, pues la obra se sometía a diferentes reescrituras.
Tras comentar el Prólogo al lector” de las Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados (1615), de Miguel de Cervantes, donde el alcalaíno hace referencia a los “autores” que inventaron “tramoyas, nubes, truenos y relámpagos, desafíos y batallas”, los ponentes se refirieron al trabajo de artistas totales de la talla de Adolfo Marsillach, Julián Mateos y Orson Welles, con los que algunos de ellos habían trabajado. Emilio Linder, que ha trabajado personajes de Shakespeare, Oscar Wilde, Borges, Jean Genet, habló de los grandes directores con los que ha tenido la suerte de colaborar, como Vicente Aranda y Milos Forman, para los que “la gran literatura de la que parten está por encima de todo”.
Enrique Martínez se refirió a la importancia de empezar en el mundo artístico con Shakespeare, con el que comenzó en el teatro –Hamlet o Macbeth–, base sobre la que ha ido construyendo su propio método y con la que alcanzó un doble hito con la representación de una farsa anónima medieval y la Farsa y justicia del corregidor, de Alejandro Casona, “dos obras de las que guardo un grato recuerdo por la sólida construcción de los personajes, algo que hoy echo en falta”. Y Paco Racionero, quien ha estudiado obras de Moreto, Lope, Tirso, Quevedo y Calderón y ha vivido más de cerca la obra de Cervantes al haber dado vida a personajes de Los baños de Argel –que recibió el Premio Nacional de Teatro en 1977– o La gran sultana, hizo alusión a la televisión como divulgadora de los grandes personajes; Racionero recordó al respecto algunos de sus mejores papeles en la pequeña pantalla, como don Quijote, Frankenstein, Aladino, el cardenal Richelieu, en series emitidas en TVE en las décadas de los años 70 y 80.
Antes de terminar, varios asistentes hicieron preguntas a los miembros de la mesa sobre el futuro del legado literario de los clásicos en el ámbito del mundo audiovisual, a lo que todos respondieron con la esperanza del teatro.
Un festival único dedicado a las relaciones entre el cine y la literatura
Cada año, en la localidad toledana que tiene a gala ser la cuna de Fernando de Rojas un grupo de personas, que a su vez organiza un cine club, “Juan Diego”, y un club de lectura, “El viento de la Luna”, impulsa con este festival el reconocimiento del trabajo de los realizadores del séptimo arte que hacen películas sobre guiones adaptados. Los guiones de cine adaptados a una obra, cuyo soporte anterior fue el texto o la imagen de una novela, ensayo, teatro, o gráfico como en el cómic carecen, según los responsables del festival, de un espacio propio, en especial para un público o lector, amante de la cultura en general, el conocimiento e intercambio de sentimientos y reflexiones con los creadores en las distintas disciplinas de la cultura, literatura, pintura, música, etc.