El imposible capitalismo verde
Cada vez que se produce una crisis de corte capitalista, las agencias “expertas”, los gobiernos y las altas esferas financieras reclaman al alimón una reactivación de la economía, del ciclo que hace posible el funcionamiento del sistema . Si asentimos a esta petición – o nos la imponen sin participación propia, como suele acontecer – apoyamos un modelo de producción determinado: el que tiende a convertir todo, sea lo que sea, en mera mercancía.
Cuando nos centramos en la grave situación ecológica de nuestro planeta, observamos que se defiende la misma actuación. Nos dicen que invirtiendo más y mejor saldremos del atolladero, que la solución está, paradójicamente, en el causante directo del problema . La obra que nos ocupa viene a denunciar que este neoliberalismo verde es una contradicción en sus propios términos: la lógica de competencia y acumulación ilimitada propia del capitalismo es del todo incompatible con la defensa de una lucha contra el progresivo empobrecimiento del entorno natural.
Ante esta contrariedad, no podemos quedar indiferentes. Tenemos, por ello, que centrarnos en el problema medioambiental y sacar conclusiones: si queremos evitar que el cambio climático mundial se intensifique, hace falta una reducción radical de las emisiones de gases de efecto invernadero , “hay que disminuir el consumo de las energías fósiles hoy necesarias para transformar los recursos extraídos del medio. Y por tanto, la frenética producción material” (p.17). En consecuencia: hay que cambiar de modelo energético. El sistema alternativo tiene que basarse en una nueva economía del tiempo y de la generación de bienes que olvide la valoración de una acto en función de su mayor o menor coste. No podemos huir hacia delante, nos la estamos jugando aquí y ahora. Es Karl Marx, que vertebra con la siguiente afirmación todo el libro, quien mejor lo explicó:
“La libertad sólo puede consistir en que el hombre socializado, los productores asociados, regulen racionalmente ese metabolismo suyo con la naturaleza poniéndolo bajo su control colectivo, en vez de ser dominados por él como por un poder ciego; que lo lleven a cabo con el mínimo empleo de fuerza y bajo las condiciones más dignas y adecuadas a su naturaleza humana.” (El Capital, tomo III, sección VII, cap.XLVIII)
Además de plantear una relación del hombre con la naturaleza nueva y necesaria, esta buena y breve reflexión destaca la inherente dimensión social – y política- de la problemática medioambiental. Entender este aspecto es comprender esencialmente a qué nos enfrentamos. El que la lógica capitalista sea la principal responsable del vuelco climático tiene un evidente impacto sobre las sociedades y, especialmente, sobre las más vulnerables: las del tercer mundo. Ahora bien, se plantea aquí un dilema crucial: ¿Cómo podemos estabilizar el clima y satisfacer, al mismo tiempo, el derecho legítimo al desarrollo de aquellas y aquellos que no tienen apenas y son las principales víctimas del calentamiento global? El autor considera que, para eso, “se requieren medidas contra las clases dominantes locales que recurren al derecho al desarrollo como un pretexto para rechazar todo límite a la combustión de energías fósiles, al saqueo de los recursos naturales, a la apropiación de los bosques y a la exportación de la producción agrícola e industrial a bajo precio para los mercados de los países desarrollados” (p.103).
Como vemos, es forzoso un cambio del sistema de producción de bienes y administracción de recursos. Sin embargo, el horizonte actual está bloqueado, toda protesta parece fútil. El movimiento necesario para traer efectivamente el nuevo estado de cosas expresado por Marx pasa, considera Daniel Tanuro, por crear las condiciones políticas y culturales para una responsabilización colectiva sobre lo que producimos y, especialmente, sobre cómo lo producimos. Crear un compromiso moral y social, en definitiva, es lo que busca este escrito, que, con una propuesta valiente, científica y filosóficamente justificada, clama contra una realidad que duele y seguirá doliendo hasta que dejemos de ser sus cómplices.
El imposible capitalismo verde. Del vuelco climático capitalista a la alternativa ecosocialista.
Autor: Daniel Tanuro
Editorial: La Oveja Roja, 2011.
240 pp. 16 €