[Seminci 2011] Primer día: Sobre la amabilidad y la ternura necesarias
Por Aurora Pimentel Igea.
Con fuerza, gran asistencia de público y un intenso programa de actividades paralelas a las proyecciones, dio comienzo ayer la Seminci. Habemus Papam (2011) de Nanni Moretti fue la película elegida para la gala de inauguración. Tres horas antes pudimos verla sin alfombra roja ni parafernalias. Hace falta ser italiano de los finos e inteligentes –los hay zafios hasta en las más altas instancias- para hacer una película que seguro no satisfará a quienes buscan carnaza ni quizás tampoco a sus contrarios. Al menos en la proyección de la tarde no hubo grandes aplausos, lo cual puede ser por la sobriedad de la ciudad –se trata de Valladolid- o porque no entusiasmó, no sé calibrar bien a mis paisanos.
La mirada de Moretti al contar una historia improbable es tierna y ligeramente zumbona sin necesidad de meter a lo burro el dedo en el ojo de nadie. Sabe Dios lo fácil y lo que se prestan algunos ambientes de rojo o morado para hacer sangre. Y lo popular en estos tiempos que es hacerla. Y lo gratis que resulta.Yo diría que hasta lo rentable. Pero no es éste el caso.
El cardenal Melville (evidente guiño al autor de Bartelby, el escribiente) es elegido Papa. Toda la cristiandad y los medios esperan el nombramiento.Pero antes de hacerse público al Papa le da un pasmo, no puede ni salir a la plaza. No quiere. Preferiría no hacerlo, vamos. Llaman a un psicoanalista (Moretti) para intentar ayudarle, ¿es posible interrogar a la consciencia sin molestar al alma? Habemus Papam (2011) anda por el filo de la navaja en un equilibrio difícil entre la reflexión y la guasa sin caer en la sátira, aunque en algún caso se le vaya de las manos (caso de la preciosa canción de Sosa y los cardenales levitando), y, en otros muchos, la mayoría, sea descacharrante y hasta emocionante. Michel Piccoli está fantástico, como lo está el colegio cardenalicio en pleno y los funcionarios del Vaticano. Personalmente creo que la iglesia católica o el Papa es casi lo de menos a la hora de contar esta historia sobre el poder y cómo algunos rarísimos seres humanos se sienten incapaces para ejercerlo, para aceptarlo. En todo caso quizás reírse e interrogarse –todo sin mala baba, el pecado está en la intención, no sólo en el acto- sea la otra cara de la fe, la complementaria y, desde luego que necesaria. Quizás una mirada que no deja de ser amable pueda decir más que una amarga.
Sin ser italiano, pero casi, hoy, domingo, también a concurso como la anterior y en la Sección Oficial hemos visto Medianeras (2011) del argentino Gustavo Tarreto, con Pilar López de Ayala y Javier Drolas, ambos fantásticamente dirigidos. Pilar, muy en concreto, verdaderamente emocionante. Tiene un guión cuidadísimo, pliegues y detalles por todas partes, desde la dirección de fotografía hasta la música. Trata de la soledad y la búsqueda del amor en Buenos Aires en esta nueva era donde tanto nos comunicamos y vivimos cada vez más aislados. Dos neuróticos sin, al parecer, familia o amigos, buscan a alguien. Se suceden monólogos (pelín largos a veces) más que diálogos –aunque los haya-, y un par de relaciones que no son tales sino puro intercambio de fluidos corporales (muy buenos los secundarios). La verdadera intimidad se vende cara. Pasa un año antes de encontrarse. En definitiva, esta película es un “chico encuentra chica” actual que muestra esas paredes medianeras, casi tapias ciegas, con todas sus debilidades, donde podemos abrir una ventana ilegalmente para nuestros apartamentos tan chicos, tan axfisiantes. ¿Dos neurosis juntas es mejor que una? No quiero ser mala: la película da esperanza y es altamente recomendable. De nuevo la ternura resulta desarmante cuando no es empalagosa como es el caso.
Por la noche ayer, sábado, pudimos ver dentro de Punto de Encuentro El perfecto desconocido (2011) de Toni Bestard, con Colm Meaney de protagonista , un tanto deslavazada. El corto, a concurso también, que hoy se proyectó antes de Medianeras (2011), Fuga (2011) del belga Pierre Vierrewaerts es una preciosidad de dibujos animados con una historia muy bien contada a grandes pinceladas. A medio día hoy, Monsieur Lazhar (2011) del canadiense Philippe Falardeu, interesante.
Y más, mucho más, en estas primeras 24 horas de de Seminci porque no todo es Sección Oficial o Punto de Encuentro. Gracias al ciclo La Generación Literaria del Medio Siglo se están proyectando películas como Tiempo de Silencio (1986) de Vicente Aranda o Ultimas tardes con Teresa (1984) de Gonzalo Herralde basadas en las novelas del mismo nombre, mientras se suceden a ritmo vertiginoso ruedas de prensa, photocalls, mesas redondas y otras muchas actividades al hilo de una Seminici que, para este día primero, ha dado mucho de sí.