Benarroch : Exilios exiliados
Por Chus Sanesteban Iglesias
Mois Benarroch nació en Tetuán, Marruecos, en 1959. A los trece años emigra con sus padres a Israel y desde entonces vive en Jerusalén. Empieza a escribir poesía a los quince años, en inglés, después en hebreo y finalmente en su lengua materna, el castellano. Publica sus primeros poemas en 1979.
Es también traductor profesional y ha traducido al hebreo la novela Los aires difíciles de Almudena Grandes, Los santos inocentes, de Miguel Delibes, un centenar de poemas de Bukowski, así como parte de la obra de Edmond Jabes, entre otros muchos novelistas y poetas.
En 2009 fue galardonado por toda su obra con el premio del primer ministro en Israel.
¿“Para quién escribimos los poemas”(1)?
Podemos decir que la poesía se ha quedado sin público, o tal vez no, tal vez el público de poesía lee la poesía en internet y ya no la compra. Pero para el poeta de hoy es difícil saber quién es su público. En mis poemas escribo para mis muertos, mis antepasados, y para mi descendencia que tal vez no me leerá.Es un diálogo con mi historia personal y la historia de mi familia y de mi pueblo, los judíos sefardíes.
¿Qué es para usted la “ Antipoesía”(2)?
Es un término que cambia con cada poema. Si hay poesía, si existe en este momento una definición o un cuadro en el que entra la poesía, en esa definición entra la antipoesía. Es como el electrón y el positrón que es un antielectrón. Lo que es cambia. La misma antipoesía tiene el destino que convertirse en poesía para crear una nueva antipoesía.
“Silencio y Compañía”(3) ¿dualidad perfecta?
No creo, no. La compañía puede estar acompañada de mucho silencio, el silencio puede incluir mucha compañía. Esos términos vienen más bien de una expresión en jaquetía (dialecto hispanojudío del norte de Marruecos) que es «Abu y compañía», que como todas las expresiones de idiomas muy locales vienen a ser muy difícil de traducir o explicar, era una forma de decir que es una tomadura de pelo, de allí vino el poema, pero las palabras crean sus alas y vuelan a donde el lector la lleve.
¿Qué es “una calle sin esquina”(4)?
Una calle sin esquina es una calle mezquina en la que el encuentro inesperado es imposible.
En Las puertas de Tánger(5) narra la historia de varios hermanos de una familia judía que viajan a Tetuán. ¿Vida y obra van de la mano?
Siempre y nunca, hay menos de autobiográfico en En Las puertas de Tánger de lo que se pudiese pensar, tal vez un 15%, tal vez menos. El libro viene de mi experiencia y de la imaginación, pero no hice ninguna investigación acerca del viaje de los personajes, éstos y la trama son ficticios casi por completo.
Amor y exilios (6) está compuesta de siete libros centrados en diferentes historias de amor en el exilio. ¿Por qué siete?
Podía haber sido cinco, pero no seis, ni ocho, ni nueve. Cinco o siete. Existían dos versiones del libro, una de cinco y otra de siete. Me parece evidente, inevitable, casi se impone el número siete cuando viene uno a marcar territorio. Por fecha hebrea nací un cinco del mes (de Tishre) y por fecha cristiana un 7 de Octubre. No me hubiese gustado mucho nacer un 8 o un 9.
¿Qué finalidad busca al introducir una parábola en el último libro de Amor y exilios?
No creo que buscaba nada, mis libros se escriben por mis manos, las intenciones las veo tal vez después. Si se refiere al autobús es una descripción casi exacta de un sueño. Con muy poco retoque. Lo de los traseros y los delanteros del autobús que se odian y se justifican lo soñé tal cual.
¿Cuántas clases de exilios conoce?
Una vez me invitaron a una charla literaria sobre el exilio con otros cinco poetas, y me fijé que era el único que había nacido en un país y había emigrado a otro, cuando lo señalé me dijeron que hablaban de un exilio interior. Claro que eso es un juego que se puede permitir el que no se ha exiliado. Puede jugar con metáforas. El exilio es primeramente físico, es el ser con su cuerpo el que se encuentra de pronto en otro país, con otra lengua, en otra cultura. El que no lo ha vivido no lo puede entender, puede jugar con entender, y todos cambiamos día a día y nunca somos los mismos, pero eso no es exilio, es una imagen del exilio. Ese cambio crea en el exiliado dos personas paralelas : la que se quedó en el primer país y sigue una vida imaginaria, y la que llegó a un nuevo país y vive un pasado que nadie en los alrededores puede entender. De allí vienen otros exilios, el más profundo es el exilio de sí mismo. Uno no sabe quién es.
Creo que es una buena base para un escritor, porque tiene que volver a imaginar su vida y a crearla a través de las palabras.
¿Qué supuso para usted ser galardonado con el Premio del Primer Ministro de Literatura en 2008?
Fue un logro importante, y el dinero me ayudó mucho. Tal vez es el dinero lo más importante. Pero enseguida me sentí todavía más aislado, y marginalizado. Para empezar me quedé sin trabajos de traductor, que era lo que me mantenía a flote. No me invitaron a más actos literarios ni las editoriales con buena distribución en Israel dieron un paso para publicarme. Creo que el premio confirmó mi condición de exiliado, más que los rechazos anteriores. Sí, es curioso, pero lo presentí, y se lo dije a mi mujer que no se lo creía, ya han pasado dos años del premio y ahora ya se lo cree. En el mundo sí creo que me ha dado un empuje, y creo que me ayudó a publicar Amor y Exilios en España en la editorial Escalera, y al final también se va a publicar una nueva novela en Israel en el 2012 titulada Dresden Puede Esperar. Así que no fue del todo negativo, algo es algo. Pero famoso no me ha hecho, ni me ha acercado a mi sueño de poder sobrevivir de mis escritos. Ahora soy profesor de español en el liceo francés de Jerusalén.
¿Tiene sentido pensar que el libro electrónico pueda penetrar el mercado de una forma distinta a la imposición de un modelo de industria que abandone el papel?
El libro electrónico es sin duda alguna la forma en la que los libros se leerán. No veo al libro de papel como soporte infinito del texto. La sola pregunta es cuánto le falta de tiempo para que esto pase : un año, seis, veinte, aunque no más. Creo como muchos que el cambio se va a dar de un golpe. La pregunta que se presenta es cómo se venderán los libros electrónicos. Hoy en día Kindle tiene un sistema que hace el pirateo del libro prácticamente imposible . Por otro lado hay formatos muy fáciles de piratear, y buenos, como el epub, y es fácil convertir archivos en epub. El sistema Kindle es un poco peligroso porque una entidad podría quedarse con todos los textos, aunque es el que más se vende hoy en día (aunque no estoy seguro que es el que más se lee, se lee más epub) y yo mismo vendo hoy más libros en Kindle que en otro formato electrónico, y hasta hay meses que vendo más en Kindle que en papel. La verdad es que me gusta leer libros electrónicos, los prefiero al papel, me concentro más en el texto y leo más rápido. Es la mejor forma de releer a los clásicos, sin llenar la casa de estanterías. Últimamente me leí de nuevo las tres novelas de Kafka, cosa que no creo que hubiese hecho en papel.
(1),(2),(3),y(4): Mar de Sefarad, incluye Esquina en Tetuán ( 2000) y toda la poesía publicada hasta ahora en Español.
(5) En las puertas de Tánger,Ed. Destino, 2008.
(6) Amor y exilios , Ed. Escalera, 2010.