Intruders (2011)
Por Alejandro Contreras.
España, un apartamento de un barrio que bien podría ser de una ciudad o de un pueblo grande. El pequeño Juan (Izán Corchero) no deja de tener cada noche unas extrañas pesadillas donde es atacado tanto él como su madre por una figura sin rostro. Su madre (Pilar López de Ayala) se está quedando sin armas para poder enfrentarse a estas pesadillas que aterrorizan a su hijo.
En la vida de madre e hijo apenas hay sitio para nadie más. Desde que el padre de Juan los abandonara, sólo se tienen uno al otro. Cada noche a la hora de dormir, Juan sufre un nuevo ataque de Carahueca que viene en busca de un rostro que él no tiene.
Inglaterra. Es una visita a sus abuelos que viven en la campiña inglesa, la pequeña Mia (Ella Purnell) encuentra en un árbol una especie de pergamino que encierra un cuento con tintes de terror. El mismo cuento advierte del peligro que es despertar a un fantasma llamado Hollow Face.
La leyenda se cumple y Mia comienza a tener pesadillas muy reales donde se le aparece en su habitación. Hasta que una noche su propio padre, John Farrow (Clive Owen), toma conciencia de que la presencia no es una pesadilla de su hija, sino una realidad.
Un cuento de Juan Carlos Fresnadillo es la semilla del guión que firman el escritor Nicolás Casariego y el director de cine Jaime Marqués. Que nadie se lleve a engaño que no nos encontramos ante el primer episodio de una franquicia de asesinos dentro de sueños como Freddy Krugger o a una compleja película donde sueños y realidad se entremezclan como en Origen (2010). Es mucho más simple que todo eso, y probablemente hubiera sido el argumento justo para un buen cortometraje, pero no para un largometraje de 100 minutos. Si bien en esta ocasión el trailer despista, más que desvela, han sido tanto el director como los actores protagonistas quiénes han desvelado demasiado de qué va Intruders (2011). Aunque la película se cierra con un giro en principio inesperado, aunque muchos espectadores llegarán al final con el puzzle más que resuelto, y es que con tan pocas piezas no es tan difícil. Eso si, es necesario ver la película en V.O.S.E. para poder apreciar las diferencias de las dos tramas, y alguna pista perfecta que Clive Owen deja para aquellos que quieran ir terminando el puzzle por su cuenta.
La trayectoria de Fresnadillo le ha permitido contar con una estrella como Clive Owen en el reparto, que ayudará a conseguir mayor distribución de la película, y dos grandísimos actores como son Pilar López de Ayala y Daniel Brühl. Los tres muy eficaces pero con muy poco brillo, eclipsados por los dos pequeños: Izán Corchero y Ella Purnell. Carahueca / Hollow Face, que se asemeja bastante a la muerte que protagonizaba el cortometraje Jugando con la muerte (2010) de Paul Urkijo Alijo, tampoco es nada del otro mundo. A esto hay que sumarle un montaje que no ayuda mucho, demasiadas iteraciones de pesadillas que no aportan apenas nada y terminan provocando más sueño que tensión. Y para colmo cuenta con unos efectos especiales bastante mejorables, por no decir mediocres.
Llama la atención los enfoques tan distintos que toman en cada país frente a un problema parecido.
Mientras en España se recurre a la religión en Inglaterra a la psicología.
Y no es una cuestión de nivel cultural o social distinto entre los dos países, sino que hay una dimensión que se conoce justo al final de la película que aclara la divergencia de estos dos enfoques, donde no había agravio comparativo para España.
Aunque no es la primera vez que Fresnadillo ruede fuera de España, le ha quedado un resultado tan descafeinado o insípido como fue Los crímenes de Oxford (2008) dentro de la carrera de Alex de la Iglesia. Confirmado que Fresnadillo se cae de la nueva adaptación de El cuervo, esperemos que en su próxima película regrese al Fresnadillo de 28 Semanas Después (2007). Y que no haya que esperar otros cinco años para tener material nuevo de este director.
Intruders (2011) se estrenó en España el pasado 7 de octubre de 2011.
Hablas de las pistas que deja Owen para desvelar la trama, pero ese no es el salto final del guión, mucho más interesante, y que es el origen de «Carahueca».
Ahí radica el interés de la película, que da una explicación muy plausible al origen de los traumas.
Y «Carahueca» no es nada del otro mundo, efectivamente. Pero es que no lo prentende.
Pingback: Finalistas a los Goya 2012 | Culturamas, la revista de información cultural