Balagueró: "Necesitamos tener personajes con los que nos podemos identificar, y esa es la gran virtud de Mientras Duermes"
Por Luis Muñoz Díez.
Fotografías por Luis Muñoz Díez.
Parece que los astros se alinearon para que Jaume Balagueró naciera en Lleida el día 3 de noviembre de 1968, justo el día después que se dedica los difuntos. Su filmografía es un lienzo en donde se dibujan presencias inmateriales del más allá de las que se habla en las leyendas de ánimas, que él actualiza y enriquece en la estética de la ficción fantasmagórica del siglo XX. Seres intangibles, presagios, sombras que surgen del pasado con afán de revancha, aterrorizando y sumiendo a sus personajes en estados de violenta agitación, de dolor o de odio.
Balagueró es un cineasta con una sólida formación académica. Se graduó en Ciencias de la Comunicación y estudió Cine en el Centre d´Estudis de Cimematográfics de Catalunya (CECC). Con su tercer corto, titulado Alicia (1994), sorprendió a público y crítica y se llevó el premio del Festival de Sitges 1994. Un cortometraje provocador, personal, en donde imprime ya un sello que marcará su cine y demostrará su talento para crear atmósferas. La protagonista es una niña que pasa a mujer y practica un sexo abrupto, jugando Balagueró con la línea que separa la realidad de lo imaginario, donde todo es posible. El espejo, como a la Alicia de Lewis Carroll, le conectará con un mundo brumoso, paralelo, donde aparecen figuras embutidas en cuero con caretas antiguas. La imagen impactó y se teorizó mucho sobre su carga simbólica. La niña-mujer, vestida sólo por una braga blanca, sangra, y su primera sangre menstrual tiñe la portada de un libro en el que aparece Jesucristo, que a su vez le sangra el corazón, titulado El drama de Jesús.
Sin duda había nacido un cine “Balaguero”. Su primer largo es Los sin nombre (1999), una adaptación de la novela de Ramsey Campbell, por este trabajo le otorgan el Meliés de Oro a la mejor película fantástica europea, y con él el interés por el cineasta fuera de nuestras fronteras. Su segunda película es una curiosidad, rueda con Paco Plaza la gira de OT, y su primera película internacional Frágiles (2002), con Colisa Frockhart y Richard Roxburgh, después viene [Rec] (2007) y [Rec]² (2009), un invento de oro que comparte con Paco Plaza, que tiene continuidad para el 2012, aunque el director no nos quiso adelantar nada.
Una carrera brillante donde las haya. La semana pasada llamaba “director de oro” a Juan Carlos Fresnadilo, y en ese grupo se puede incluir a Jaume Balagueró, que el pasado día 10 presentó Mientras duermes (2011).
El hall del madrileño cine Palafox se convirtió en un improvisado plató, donde cada equipo preparaba el decorado para realizar su entrevista. Jaume Balagueró estaba recién llegado del Festival de Sitges, y era un suma y sigue en la promoción. Visiblemente cansado, pero amable en todo momento, iba de un improvisado decorado a otro respondiendo a las preguntas de cada periodista. Nosotros queríamos preguntar y el director estaba cansado de contestar a similares preguntas a las que daba parecidas respuestas.
En la espera, después ya de ver la película, el estupendo fotógrafo Nacho López me creó una duda lógica, dado el trajín nocturno que se trae César, interpretado por Luis Tosar, mientras duerme ajena a todo Clara, a la que da vida Marta Etura. La duda la trasladé en forma de pregunta al cineasta que la acogió entre risas. ¿Qué tienes debajo de la cama?
Tengo cosas
¿Objetos?
No, bueno, objetos no, tengo una caja muy grande con cosas. Ha sido mi compañera quien las ha puesto ahí. Una caja grande con cosas y una especie de colchón, así, estrechito, ¿cómo se llama?, un futón enrollado.
¿No te da miedo?
No, ninguno -vuelve a reír.
¿Mientras duermes es una película de luz y de oscuridad?
Es una película articulada en los polos opuestos. La luz y la oscuridad, el bien contra el mal, y con eso jugamos. La oscuridad forma parte de un engranaje que tiene mucho que ver con la luz, y la película se articula por la contradicción. La oscuridad que lleva César, el portero, es el contrapunto con la luz que lleva Clara. La oscuridad de la noche, que es cuando ocurren cosas oscuras, y a la luz del día, el mismo personaje de César, es un portero solícito y amable. Es una película muy articulada en polos y jugamos mucho con eso.
César lleva la oscuridad dentro y la felicidad que representa Clara es un verdadero suplicio para él. Es una mujer que se empeña en seguir siendo feliz, por más empeño que el portero pone para que no lo sea.
El personaje de César, el portero, es incapaz de ser feliz y su único consuelo es que los demás tampoco lo sean.
Dicen que la verdadera Misericordia no es sentir compasión por los desgraciados ni por la gente que está en peor situación a la tuya, eso podría tratarse de una soberbia encubierta. La verdadera misericordia es aceptar el éxito y la valía ajena sin sentir rencor por quien disfruta de mejor situación. El personaje que interpreta Luis Tosar desconoce esta virtud y lleva hasta el extremo su odio por todo aquel que es feliz.
César es incapaz de ser feliz, y su empeño es que nadie lo sea. Contado así puede parecer algo casi utópico, pero forma parte de la naturaleza humana. Seguro que todos no hemos sentido satisfechos de que a alguien que competía con nosotros le ha salido mal algo. Es algo muy natural, en el fondo. La diferencia es que aquí lo vamos a llevar al extremo y hasta la maldad más absoluta, y en ese sentido puede ser un sentimiento común con el que nos podemos identificar.
Nos podemos implicar mucho, porque al contar la película desde el punto de vista de él, al ser partícipes de todos los planes que él va creando, nos hace cómplices e inevitablemente vamos a esperar que tengan un buen resultado, porque hemos participado con él en todo lo que ha ido creando, y lograr que el espectador sintiera empatía por el personaje representaba para mí un reto fascinante.
El personaje de César es un envidiosillo toca narices que acaba haciendo atrocidades. ¿Crees que él público le puede coger cariño?
Es un personaje realmente contradictorio y el eje de la película. Es contradictorio y juega realmente a los dos polos. El gran reto de la peli es que lo cojan cariño, era forzar al espectador a tomar partido. Todos nuestros esfuerzos estaban dedicados a forzar al espectador a tomar partido. Es decir, queríamos que sufrieran por él y acabaran estando de su lado. Eso era muy complicado porque lo que él va a mostrar y va a hacer es aberrante, y sin embargo queríamos forzar al espectador a sentirse de su lado. Era casi una violación y ese era el reto que a mí me gustaba mucho, por eso necesitábamos contar la historia desde el punto de vista de él, y creo que es el gran acierto y la gran novedad del guión. Todo lo que vamos a ir descubriendo lo vamos a ir descubriendo desde la intimidad de él. Necesitábamos un actor como Luis Tosar para generar un personaje que fuera atractivo y repulsivo al tiempo, carismático, fascinante, pero horroroso, y que todo el diseño del suspense fuera encaminado hacía eso.
¿Es importante que el espectador empatice con el personaje?
Sí claro, lo he contado varias veces, a mí la película que más miedo me ha dado, más me ha hecho sufrir y más me ha impresionado en estos últimos años es Wolf Creek (2005), una película independiente australiana dirigida por Greg Mclean. Es una película muy inteligente que durante cuarenta minutos te presenta a unos chicos jóvenes que van de viaje por Australia en verano. Durante cuarenta minutos les acompañas en su viaje, les vas conociendo. No sucede nada extraño, simplemente vas con ellos, les acompañas y a los cuarenta minutos, de alguna forma, has acabado queriéndolos. Entonces, cuando las cosas comienzan a ir mal, cuando comienza a pasarles cosas, no quieres que les pase nada malo. Normalmente, cuando vas a ver una película de terror, te gusta que salga el asesino y mate a las victimas, porque es para lo que has ido a ver la película, es lo que quieres. Aquí no, Wolf Creek (2005) tiene la virtud de que no quieres que ocurra lo inevitable y si estuviera en tu mano harías que no hubiera un asesino, y dices ojalá no hubiera asesino, ojalá la película les permitiera continuar con su viaje, y eso es maravilloso, porque entonces sufres mucho viendo la película.
En las historias es imprescindible contar con personajes con los que empalices, que hagan que todas las situaciones terroríficas que les sucedan afecten. Puedo inventar una trama terrible, pero si la ambiento en un hormiguero, con hormigas, no funcionará, necesitamos tener personajes con los que nos podamos identificar, y esa es la gran virtud de Mientras duermes, habla de miedos conocidos, no es la historia de un psicópata que colecciona cadáveres en un armario. Eso podría ser muy interesante, pero es muy lejano para nosotros. No, aquí tenemos un portero, todos hemos conocido a un portero, y por eso sabemos que es real, sabemos que tiene la llave de las viviendas, todos sabemos que ese portero podría ser que no fuera buena persona, podría tener planes ocultos y eso es lo que hace muy cercana y muy posible la película. Es algo que el espectador siente que podría haberle ocurrido. La violación de la intimidad. Todos tememos de alguna forma que alguien pueda entrar en nuestra casa y ver las cosas que hacemos en la intimidad, por eso es un miedo totalmente creíble.
La música es protagonista y contradictoria, en momentos dramáticos suena una música totalmente alegre. ¿Es para sopesar el dramatismo de determinadas escenas?
Hay una cosa muy cuidada y especial en esta película que es el tono. Queríamos que todo fuera muy realista, para hacerla muy creíble, pero yo quería que tuviera también un matiz de fábula, casi de cuento. Era delicado y había muchos elementos que tenían que jugar, y la música era uno de ellos. La música tenía que darle a ese realismo y a ese naturalismo un tono casi de fábula. El uso de las canciones muy happy, muy pop, es lo que le va dando ese contrapunto todo el rato, y también va mucho con el personaje de Clara, que es feliz porque sí.
La película está muy bien compensada y has conseguido imprimir ese punto de fábula que pretendías, y cuenta con una de las secuencias más crueles que yo he visto, cuando el portero se despide de esa vecina mayor, siempre arreglada y contenta, que anda a saltitos, y le destroza la vida sin decir ninguna mentira, desenmascarando su vejez, su soledad.
Claro, es una escena muy especial, porque aunque no lo parezca la diseñamos jugando con muchos elementos que no están en esa escena. Nosotros hablamos mucho de cómo crear su personaje con Petra Martínez. Violeta, es el personaje más de cuento de la película, un poco de sainete o de comedia, y nos arriesgamos para que ese personaje que creamos para ella estuviera fuera de tono siendo demasiado alocada y demasiado simpática…
Anda a saltitos…
…Sí anda a saltitos, y lo quisimos hacer así premeditadamente para que resultara un personaje amable y simpático, para que en el momento de la ruptura, esa ruptura resultara más cruel, más terrible. Esa escena esta diseñada en medio de otras anteriores, por ejemplo, nos hemos sentido muy atraídos por el personaje malo y ahora venimos de un momento en que hemos sentido el peligro de que lo puedan pescar, y tiene que seguir allí y nosotros queremos que salga. Como sea estamos de lado de César, y estamos con él y mira ahora lo que hace. Es una forma de ponerle las cosas difíciles al espectador, es decir, cómo puede ser alguien tan brutal con una mujer así.
Querías al personaje de César.
Sí, sí que lo quiero. Quiero a todos mis personajes.
Con esta declaración de amor del cineasta cierro la entrevista y os invito a ver la película para que descubráis si Jaume Balagueró ha conseguido que sintamos empatía y suframos por César.
Mientras duermes (2010) se estrenó en España el pasado 14 de octubre de 2011