El Movimiento 2 de Junio
Por Ignacio G. Barbero.
2 de Junio de 1967. Gran protesta en Berlín Occidental por la visita del Sha de Persia. Es la primera vez que Benno Ohnesorg, estudiante universitario de 26 años, participa en una manifestación de corte político. Va desarmado. Muere tras ser disparado por un policía.
Multitud de protestas se suceden ante lo que es considerado un asesinato. La enorme variedad de grupos de la izquierda antiautoritaria que van surgiendo en los años siguientes acaba cristalizando en el movimiento que es protagonista de este libro: El Movimiento 2 de Junio. La fecha no lleva a equívoco; recuerda a Ohnesorg, señalando que “ellos dispararon primero”. El combate contra la omnipotencia del Estado y su monopolio de la violencia, el cual lleva a la represión de cualquier insurgencia y la persecución de planteamientos alternativos al poder establecido, eran dos de los principales caballos de batalla del movimiento, que no cae “en la ilusión de que cuatro personas puedan hacer la revolución” (pág.12).
Así hablan Ralf Reinders y Ronald Fritzsch, miembros del grupo 2 de Junio, a los que este texto da voz. Relatan, a través de varias entrevistas, el origen de su lucha armada, el ideario que la fundamenta, las presiones de las fuerzas de seguridad, sus experiencias en la cárcel y, especialmente, las acciones que llevaron a cabo. En detalle nos muestran los entresijos de su movimiento y aclaran, antes de nada, que no eran terroristas: “El terrorismo es violencia indiscriminada, y nosotros jamás hemos empleado la violencia de manera indiscriminada” (pág. 59).
Centrados en el trabajo político – financiación de revistas, octavillas y campañas antisistema- sus prácticas iban dirigidas a la obtención del dinero necesario para su mantenimiento . Se especializaron en el atraco de bancos, donde no se producía agresión alguna contra los clientes, que no eran los enemigos de su lucha, como ellos mismos comentan. Sin embargo, esta ética no impidió la detención de muchos miembros del movimiento, que apoyaban y practicaban actividades fundamentalmente ilegales.
La masiva presencia de presos del grupo en las cárceles les llevó, en 1975, a su acto más mediático: el secuestro de Peter Lorenz, candidato demócrata a la alcaldía de Berlín. Perfectamente planeado y ejecutado, sin daños físicos ni psicológicos para la víctima, obtuvo su principal objetivo: la liberación de cinco militantes. Muy relevante para juzgar el comportamiento general de la agrupación – y la importancia de esta obra- es el manifiesto que publicaron tras soltar a Lorenz, justificando su acción y estableciendo los principios políticos en los que se basaban. Varias afirmaciones invitan a la reflexión:
- – “Y quien se jode es la gente de a pie como siempre. Son los empresarios los que echan a la calle a centenares de obreros de golpe cuando les da la gana, los jueces y los policías lo que protegen a los especuladores inmobiliarios y matan a tiros al que reviente una máquina expendedora.(…)
- – En esta sociedad pocos viven bien, a las mayoría los machacan. ¿Cómo es que uno se pasa todo el día currando y luego a casa llega tan hecho polvo que ya no da más que para ver la tele?(…)
- – Eso es lo que más miedo le da a la clase dominante: que el pueblo se resista, que se ponga a luchar por sus derechos. Quien tiene el dinero tiene el poder, y quien tiene el poder tiene el derecho de su lado, y no va a renunciar por las buenas a todo eso.(…)
- – Entendemos nuestra lucha como parte de la resistencia global. Hay que unirse y organizarse para conseguir algo. La función de la guerrilla es mostrar y organizar posibilidades de resistencia contra un Estado aparentemente omnipotente y contra los que se benefician de él” (pp. 112-114).
Muy poco tiempo después de este texto fueron detenidos Reinders, Fritzsch y varios compañeros suyos; en consecuencia, desapareció el Movimiento 2 de Junio. Sin embargo, la actualidad y la vigencia de este discurso están fuera de toda duda. La “indignación” frente a la clase política y los ricos/”el mercado”, que sólo favorecen la reproducción de las desigualdades sociales, es también el origen de todos los movimientos de liberación de este último año, que tienen en algunos países árabes y en el Movimiento 15-M español los máximos exponentes. Estados Unidos también ha despertado a este modo de lucha social con su “take Wall Street”, que está obteniendo un seguimiento cada vez más abundante. Estudiar esta obra, por tanto, es sentir palpitar un espíritu que vuelve a estar presente en la sociedad: el de la resistencia ante la injusticia . Nos plantea, además, una provocadora y polémica pregunta: ¿Es legítimo que esta resistencia sea armada?
El Movimiento 2 de Junio. Conversaciones sobre los Rebeldes del Hachís, el secuestro de Lorenz y la cárcel.
Ralf Reinders y Ronald Fritzsch.
2011
205 pp, 18 €.
Ah, que en Berlín oriental no moría nadie,claro, sólo los que pretendían saltar la verja y el muro para llegar al occidental…