Scott Pilgrim contra Travis Touchdown
Por Néstor García.
Prepárense que vamos y puede que alguno se pierda por el camino: una película basada en un cómic que copia un estilo propiamente de un videojuego y que, para más inri, se parece misteriosamente a un videojuego.
Eso es Scott Pilgrim contra el mundo la nueva película del genio Edgar Wright (director también de la magníficas Shaun of the Dead y Hot Fuzz). El filme de Wrigth es el mejor resultado que se puede dar de unir cine, cómic y videojuegos. Ya desde su arranque pixelado con el logo de la Universal, nos tiene ganados. Pero el ritmo brutalmente trepidante (ayudado por un montaje que no se enseña en las escuelas y que a muchos puede doler) y un guión de lo más sencillo y disparatado (chico conoce a chica y este chico para estar con la chica debe matar antes a sus siete malvados ex-novios primero) termina por hacer que pidamos a gritos un pad para redondear la experiencia.
Pero lo realmente inquietante llega cuando… (ciertamente le estamos dando demasiado misterio cuando los entusiastas, por no llamarnos freaks, ya se habrán dado cuenta con el título del artículo, las fotos…) de repente… ( o dándole rebuscadas vueltas) nos viene a la cabeza el nombre de Goichi Suda. ¿Quién? El responsable de No More Heroes (Wii).
Y es que los paralelismos entre Travis Touchdown, protagonista del juego y Scott Pilgrim, protagonista del filme, aunque los personajes no se parecen en nada, si sus obras: resumiendo, Travis tiene problemas, conoce a una chica en un bar, y para ganar dinero y acostarse con ella antes deberá ser el asesino número uno y para ello deberá matar a los 10 primeros asesinos del ranking de la UAA (Asociación de Asesinos Unidos).
¿No es suficiente? Vale, pues sigamos: en ambas obras al matar a alguien se difuminan en una bruma negra (roja si uno ha tenido suerte de poseer la versión no censurada del juego) y caen monedas. Ambas comparten giros de guión y chistes de lo más surrealistas. Y… bueno… más o menos es eso.
Pero dejando de lado las semejanzas (no se quiere ni insinuar plagio ni tratar de justificar el título de este texto cada vez más extraño), Scott Pilgrim tiene una de esas secuencias que son la mejor forma de homenajear al mundo del videojuego y de demostrar que el cine cada vez odia menos a las consolas (spoiler, se ha avisado):
En un momento de la película Scott es vencido. Viaja a una especie de limbo pero por suerte tiene un crédito extra que consigue en otro momento. Pues desde aquí a todo lo que sigue es la mejor plasmación de lo que significa repetir una pantalla en la que nos han matado: todo va mucho más rápido, nos saltamos las escenas de diálogo y si tenemos suerte y después de mucho ensayo error, terminamos ganando para que el final boss se transforme en un bicho más terrible.
Nada tan magnífico, espectacular y puramente de videojuego que se había visto en una película desde cierta secuencia de cierto larga llamado Oldboy. Pero eso para otro artículo (menudo misterio).
Una película muy original y divertida, y es curioso que haya tantas coincidencias con el videojuego No more heroes.
Muy buena entrada Néstor 🙂
Un saludo