El Corazón es extraño (o la atribulada muerte de los vivos)

Por Alberto García-Teresa

¿Qué es en realidad el amor? ¿Una ficción formada por las proyecciones de nuestras ilusiones? ¿Un objetivo que nunca se alcanza? ¿Qué papel juega la esperanza en ello?

El corazón es extraño, la última producción que se está representando de la dramaturga uruguaya Denise Despeyroux, se adentra en esas cuestiones jugando, sobre todo, con un trío de personajes especialmente obsesivos y una trama que lanza distintos hilos recogidos intermitentemente en un mismo nudo.

La obra parte de un texto muy rico, repleto de diferentes capas hábilmente trenzadas, que se colocan en diferentes momentos en primer plano, alternativamente, sugiriendo así múltiples niveles de lectura y dotando de densidad el conjunto.

A pesar de ello, la obra resulta muy fluida, y ese es uno de sus grandes aciertos; que el drama mana sin obturación, sorteando los escollos que las vueltas de tuerca y el contundente sustrato cultural pudieran hipotéticamente crear. La acción discurre con ritmo, con una correcta alternancia de subtramas y registros que dinamizan las dos horas de representación que posee. No en vano, se aportan constantemente notas de comicidad, que van perdiendo protagonismo conforme la tragedia, dura y cruel, se va apoderando de los hechos y determina el rumbo de los acontecimientos hasta terminar ofreciendo una exaltación al amor de la amistad, finalmente presentado como el más puro, más allá del amor pasional y del deseo sexual.

Efectivamente, una trama amorosa constituye el motor de la historia y el impulso de los personajes. Esto permite, a su vez, manifestar distintos abordajes de las emociones, que son observadas dentro del propio drama de manera externa, por otros personajes. De esta manera, la pseudopsicología y la pseudociencia ofrecen contrapuntos cómicos a la angustia de un personaje enamorado.

En verdad, la construcción del espacio (y la acción) extraescénico constituye otro de los puntos fuertes de El corazón es extraño. De hecho, existen dos personajes más que mueven y determinan, no en vano, la historia pero que, sin embargo, no aparecen físicamente. En ese sentido, asistimos dentro de la escena a continuos comentarios y debates sobre lo que ha ocurrido fuera de ella, dando la impresión de que se presencia algo secundario, cuando significa, evidentemente, el centro del drama. De hecho, los núcleos de tensión de la trama (las citas de los personajes con sus parejas) están suprimidos mediante elipsis. Así se consigue poner al descubierto el verdadero objetivo de la obra, dejando de lado los acontecimientos y resaltando la raíz del asunto: la relación familiar, de amistad y de amor del trío de personajes.

En ese sentido, destaca la composición de los personajes (bien interpretados por el trío de actores), que poseen un complejo mundo propio, lleno de obsesiones, que trata constantemente de proyectarse sobre su entorno, reconstruyendo la realidad. Su relación se va engarzando conforme se desarrolla sus relaciones extraescénicas, casi de una manera secundaria, aunque se aprecia un juego subterráneo de seducciones y confusiones desde el principio.

Por otro lado, las referencias contribuyen a que crezca la obra. Principalmente, aluden a la literatura y al pensamiento, pero que, lejos de situarse en la búsqueda del guiño cómplice, se presentan como un complemento que potencia las sensaciones de los diálogos. Así, los versos de Szymborska o un cuento de Chejov ayudan al desarrollo de los diálogos. Al mismo tiempo, aparecen elementos comunes en la trayectoria de Despeyroux: cierto juego entre la ficción y la realidad (aunque mucho más leve que en La muerte es lo de menos [https://www.culturamas.es/blog/2010/06/24/la-muerte-es-lo-de-menos/]), la presencia de lo textual dentro de la propia escena, el problema de la comunicación y la reflexión sobre la capacidad del lenguaje para nombrar lo inasible o la sutil correspondencia entre todos los malentendidos y las casualidades.

Además, se plasma con una correcta utilización de la iluminación. Esta busca la naturalidad, aunque juega un valor expresivo muy destacado al final de la obra y para consolidar el cambio de tono. Además, puntualmente marca las elipsis y también amplía la escena al mostrar mediante sombras lo que ocurre en una habitación adyacente al salón donde se desarrolla la acción. Por su parte, a nivel de escenografía, dicho salón, con un decorado austero, aporta las dos tensiones principales de dos de los protagonistas: la literatura y la ciencia (a través de múltiples cuadros o de la multitud de libros amontonados por toda la sala).

De esta manera, El corazón es extraño aporta un fértil entramado de diferentes estratos de discurso y lecturas, correctamente puesto en escena, y que apunta, en definitiva, a una reflexión sobre la constitución de nuestros deseos, la potencia de la amistad y la naturaleza del amor.

SINOPSIS

Hay cosas que el destino se propone con obstinación. Hay otras que el azar entreteje sin excesivo entusiasmo. Esta es la historia de tres seres empecinados en que la realidad, tan esquiva ella, tan parsimoniosa, se transforme a la medida de sus deseos, y además cuanto antes.

¿Qué es un adulto? No más que un niño que fracasó.

Víctor ama a Nadia, aunque el corrector automático de word diga que ama a nadie, aunque su amigo Andrés, brillante ciberbiólogo, lo trate como a un ser intelectualmente desvalido, aunque Nadia no parezca dispuesta a esparcir con él un rastro de sangre y esperma por el universo. Andrés aísla haplotipos e ilustra a los demás con historias de ratones, en un afán de demostrar que la realidad es muy simple. Violeta, su hermana y su reverso, cree que el amor no nos vuelve ciegos, sino clarividentes; ella se aferra a la esperanza de que un hombre sea más complejo que un ratón y la realidad más misteriosa que una burda trampa para roedores.

Esta obra enseña que es posible desnucleizar un núcleo, clonar a una mujer con lágrimas de amor de otra mujer, seducir a un crítico hablando de Walter Benjamin o apelar a las más modernas teorías de neuromarketing para encriptar un mensaje de amor infalible en una carta de amor cualquiera. Esta obra es un disparate tragicómico que muestra la crueldad en toda su crudeza, pero se empeña en defender que la verdad y el desengaño nunca serán lo mismo.

 

El corazón es extraño (o la atribulada muerte de los vivos)
Cía. Teatro a la intemperie

Autoría y dirección: Denise Despeyroux
Intérpretes: Rosalía Gigana, Ricardo Reguera, Quique Villar
Ayudante de dirección: Niall Binns
Escenografía: Esther García Roures
Iluminación y vídeo: Fernando Canelón
Construcción de escenografía: Gabriela Massa y Lucía Setuain

 

Teatro Pradillo [www.teatropradillo.com]
Del al 25 de septiembre de 2011

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