La gran depresión

Por Benito Garrido

La gran depresión se despide del teatro Infanta Isabel, y de una forma un poco inesperada, vista la afluencia de espectadores que han ido llenando las diferentes representaciones.  Visto lo cual, no queríamos dejar pasar más tiempo sin reivindicar el papel de dos mujeres en estado de plenitud que con esta obra, nos han hecho reír a pleno pulmón.  Hablamos de Bibiana Fernández y Loles León, dos grandes artistas, que tanto en cine como televisión han sabido ocupar un destacado lugar.  Ahora sobre el escenario se desenvuelven con igual soltura, enfrentándose a unos personajes, que perfectamente podrían haberse llamado como ellas mismas.

 

Marta (Bibiana) y Manuela (Loles) son dos mujeres en la cincuentena que después de una larga y profunda amistad, la vida ha terminado por separar.  Pero el destino quiere volver a unirlas: Marta intenta suicidarse tras ser abandonada  por su marido, y Manuela acude diligente a su llamada de socorro.  Tras hacerle vomitar las pastillas, el enfrentamiento y el continuo flujo de recriminaciones entre ambas comienza.  Marta es alta, atractiva, elegante, con la vitalidad y el desparpajo suficientes para atrapar a hombres que le pagasen una vida acomodada y caprichosa, pero también es una alcohólica sentimental, insegura, con pánico a la soledad y que huye de su edad con sucesivas operaciones estéticas.  Manuela es una persona totalmente diferente: bajita, envidiosa, con la elegancia del mercadillo, de poco éxito con los hombres, y que se inventa historias para llevar mejor su triste soledad.

 

Estamos ante una comedia en la que reinan las palabras, esas que se lanzan y escupen las dos protagonistas en un intento por justificar tanto su locura como su lucidez.  La risa, inevitable desde el primer momento, no nos permite ver el trágico momento que se esconde detrás: el de dos mujeres confusas en una etapa trascendental de sus vidas, esa en la que uno quizás prefiere estar mal acompañado a estar solo.  Además, no hay nada mejor que reírse de las desgracias ajenas, sobre todo, cuando están tan cerca que podrían pasar por propias.  Entonces la liberación que supone la risa, puede llegar a ser doble.

 

Una comedia ligera muy bien escrita y muy bien dirigida, de esas que emocionan y se recuerdan.  En ella no faltan los momentos de creativa explosión, en los que las actrices se arrancan a cantar y bailar, y no porque esto sea precisamente lo suyo.  Pero la tensión acumulada exige de un escape puntual que rompa con la desolación y mantenga la sonrisa.  El gran potencial cómico de Bibiana y Loles llena un escenario que parece sacado de una película de Almodóvar, elegante y colorista.  Las conversaciones se suceden y de los desenfrenados ochenta de la juventud, podemos pasar al crítico elogio del disparate, con pistola incluida.  Pero nada chirría en este montaje, todo fluye hacia un objetivo claro desde el principio, la risa y su amiga la carcajada.

 

Todavía tienen tiempo.  Si quieren olvidarse del mundo y saber como enfrentarse a una gran depresión, no dejen de pasar por la calle Barquillo, en pleno centro de la capital.

 
Dirección: Dunia Ayaso y Félix Sabroso
Texto original: Dunia Ayaso y Félix Sabroso
Intérpretes: Bibiana Fernández y Loles León
Teatro Infanta Isabel (Madrid)
C/ Barquillo, 24
Fechas: hasta el 11-septiembre de 2011
Horario: de De Mx a V a las 20:30 h., S 20 h. y 22 h. y D 19:30 h.
Precio: De 15,00 a 26,00 €

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