Borges, humor y homenaje
Por Pamela S. Terlizzi Prina.
Con la siempre impecable excusa de los aniversarios buscamos homenajear a los grandes. Y esta no es la excepción. El 24 de agosto, Jorge Luis Borges hubiera cumplido 112 años, y claro que no faltarán homenajes solemnes, intelectuales, riquísimos. Quizás por eso quise homenajearlo con humor. Del suyo, el de la ironía casi imperceptible; ese que propone admiración detrás del chasco.
Aquí va un Manual de Procedimientos para escribir un verdadero Cuento Policial, basado en su ensayo “Laberintos policiales y Chesterton”. A tu salud, Jorge.
1- Proponga un escenario inverosímil:
Para que un cuento policial se precie de tal, deberá situar un hecho absolutamente deleznable en un escenario admirable, pero cuidadosamente falso. Es decir, plantee asesinatos en familias felices, infidelidades en parejas sonrientes y vicios en hombres probos, religiosos y pulcros. Ponga especial énfasis en situar el pecado en un ámbito social blanco hasta el hartazgo, donde cualquier atisbo de conflicto humano se traduzca en una mancha escarlata.
2- Sobreestime la legalidad, sea absolutamente conservador:
Enfoque todo su discurso en la bondad del protagonista, es decir, en la irreprochable estima del solucionador infalible del hecho. Dótelo de toda la razonabilidad que habita en el mundo literario. Conviértalo en un investigador privado con todo y lupa, en un hombre incorruptible, tibio, puritano e inflexible. Es decir, quítele la humanidad.
3- Instale un antagonismo obvio:
Construya la atrocidad del hecho sobre la imprevisibilidad del conflicto. Insista en la idea de que un hecho de estas características irrumpe en una sociedad cuasi profiláctica. Escandalice a los personajes, provéalos de un temor desmedido y una desolación inexplicables. Paralelamente, ponga la paz del pueblo en manos del sujeto descripto en el punto Nº 2.
4- Utilice un horror lánguido:
Describa escenas criminales con fineza y estreñimiento. Escatime el uso de la sangre y la mención de órganos dañados por prácticas homicidas. Proceda a montar circunstancias impolutas. Tropiece con fallecidos lozanos, limpios y que conserven todas sus extremidades.
5- Confunda al lector con el uso de los personajes:
Este punto implica diversos apéndices:
a) Cree personajes innecesarios y a todos atribúyales un grado de sospecha.
b) Ponga especial cuidado en que los personajes carezcan de perfiles actitudinales.
c) Llame a todos los personajes por su apellido, y en lo posible, que todos sean ingleses.
d) Tenga la precaución de que todos los personajes sean perfectamente olvidables.
6- Utilice métodos loables y herramientas legales:
Desapasione la investigación y, obviamente, al investigador. Elabore procedimientos estructurados, estancos, metódicos, que hagan del desenlace un derrotero de lógica. Prescinda indefectiblemente de métodos extorsivos, engaños, allanamientos sin orden judicial, persecuciones y destrozos. Provea al investigador de templanza meridiana e inteligencia matemática. Trate gentilmente a los sospechosos, evite los prejuicios y los malos pensamientos.
7- Resuelva con espectacularidad falaz:
Encuentre la resolución del hecho en el hallazgo de elementos absolutamente extratextuales. Es decir, siembre pruebas tomadas en circunstancias no relatadas, y tenga especial cuidado en que sean irrefutables. Con este elemento, solo deberá demorar el análisis de las mismas para el momento en que deba entregar ineludiblemente el desenlace. Tenga la precaución de formular pruebas reveladoras que posean la especificidad, develamiento y atribución suficientes.
8- Detenga al malhechor con apatía:
Una vez encontrada la prueba irrefutable, mediante un procedimiento prolijo, por supuesto, y atendiendo a una pulcritud escénica innegociable, proceda a encarcelar al delincuente sin esfuerzos innecesarios del investigador. Formule un final donde el paladín de la justicia toque el timbre de su morada, lance una frase grandilocuente, espose al malhechor sin resistencia, y tenga oportunidad de relatar ordenadamente, y a una audiencia inexistente, todos los hechos que lo han llevado hasta allí. Aquí, en el final, permítase por única vez un exabrupto de liviano tenor. Sólo a modo de ejemplo podemos citar algo como “villano, te pudrirás en la cárcel”, o “maldito, dejarás libre a este pueblo”.
——-
El presente Manual de Procedimientos se adjunta al
Kit de Producción de Cuentos Policiales®.
Se encuentra prohibida su venta por separado.
El Kit de Producción de Cuentos Policiales® incluye los siguientes productos:
1 block de hojas romaní
1 pluma Parker
3 cartuchos de tinta azul lavable
1 goma lápiz – tinta
1 lupa de 10cm de diámetro
1 pocillo de cerámica color beige para café negro
Garantía: 1 año, sólo por defectos de fábrica. No por mal uso.
—
Me llevo una lección de humor y de estilo. Muchas Gracias!