'The English Riviera', de Metronomy
Tras la publicación del segundo trabajo de Metronomy, Nights Out (2008), y a pesar de que éste fue saludado como uno de los grandes trabajos de ese año, el grupo liderado por Joseph Mount, responsable absoluto del sonido Metronomy, se encontró ante una situación bastante común en el mundo de la música, la sombra del tercer trabajo, asedio que hace irrumpir en escena términos muy abstractos y manidos como la evolución, el estancamiento, la exploración, la fusión,… conceptos que pueden arrastrar a los músicos a terrenos estériles, sin salida. Quizá por ello, Mount decidió optar por el punto y aparte, alejarse de esa etiqueta electrónica que comenzaba a pesar demasiado para explorar territorios más interesantes. Y como en ningún otro lugar se está como en casa, Joseph Mount regresó a su hogar, aunque sea en un sentido metafórico, a Devon, al suroeste del Reino Unido. El productor recreó esa costa, la misma que guarda en algún punto impreciso entre el corazón y la cabeza, a través de las once canciones que componen The English Riviera, uno de los álbumes más interesantes de 2011.
En este tercer trabajo, no sólo ha cambiado el estilo musical de la banda, sino la propia formación que ha incorporado a un miembro, un batería –curiosa incorporación ya que es en este álbum donde los drummers más se han suavizado-. Desde la intro, “The English Riviera”, canción que nos da la bienvenida a ese lugar paradisíaco que Mount ha diseñado para nosotros, las canciones se van sucediendo como postales sonoras efectistas. En los dos próximos temas, es donde se percibe con mayor seguridad ese tránsito, “We broke free”, una canción de soft pop con pequeñas pinceladas funky, advierte al espectador sobre la inmensidad de este trabajo, mientras que la deliciosa “Everything goes my way”, interpretada por la también deliciosa Roxanne Clifford, del grupo Veronica Falls, es una maravilla pop donde lo estival y sus circunstancias casi se pueden acariciar. Tras este terreno de suavidad, llegamos a los dos primeros singles del álbum, “The Look”, segundo sencillo, y “She wants”, canciones de corte ochentero, donde Mount se permite revisitar ese territorio ya transitado en sus álbumes anteriores. Las melodías electro pop, de corte más suave, se van sucediendo hasta las dos canciones que cierran el álbum “Some Written” y “Love Underlined”, canciones sofisticadas y elegantes, donde Mount deja muy claro por qué es uno de los productores más interesantes del Reino Unido.