Anatomía de la Ilusión, Pere Saborit

 
Por Gonzalo Muñoz Barallobre.
 

Hace ya tiempo que uno de los ojos de la Filosofía se ha posado en un fenómeno realmente atractivo: la capacidad del hombre de autoengañarse.

Tejemos mentiras y a ellas nos entregamos. Pero no estamos ante un gesto caprichoso, sino impuesto. Necesitamos engañarnos y creer nuestras mentiras para hacer habitable lo real. No es un ejercicio de maldad, sino de pura supervivencia. Un arte sublime que escribe nuestra historia.

Ahora bien, por cada ilusión que se construye nace una mente cuyo sentido será destruir esa ficción. Y será su vida intelectual lo que Pere Saborit (Barcelona, 1961) recoja en este libro. Así, hará una exposición del trabajo de aquellos que encontraron en sí el valor suficiente para romper toda quimera. Pensadores que han puesto su vida al servicio de una tarea mal vista y mal recompensada. Y es que romper una ilusión, utilizando la comparación que nos propone el autor del ensayo que hoy nos ocupa, es poner en evidencia que el emperador está desnudo. Pero si en el cuento de Andersen era un niño el que osaba reventar la ficción, en este caso es un conjunto de filósofos los que se atreven a aguar la fiesta. Y de niños inocentes tienen más bien poco: en su gesto hay premeditación y alevosía.

¿Quiénes son ellos? Daremos algunos nombres: Pascal poniendo en evidencia el vértigo (angustia) incurable que late en toda vida, Spinoza rompiendo en pedazos la idea de libertad, Hume haciendo trizas el principio de causalidad, Kant desinflando a la diosa Razón, Schopenhauer revelando el absurdo subyacente a todo pretendido orden racional, Marx desmontando la idea de Dios, Nietzsche pisoteando y humillando la idea clásica de Verdad o Freud arrojándonos al abismo enigmático del Inconsciente. Y aquí sólo van unos ejemplos. La lista es más larga y, sobre toda, la tarea de los que hemos mencionados más amplia y profunda. Aunque hay que decir que echamos de menos en un capítulo dedicado a Darwin…

Pero si algo debemos aprender de este ensayo, y esto es una aportación personal, es que detrás de un destructor de ilusiones hay también un creador: Pascal con su inevitable necesidad de Dios, Spinoza con su inhumana beatitud, Hume con sus pasiones todopoderosas, Kant con su “Plan Secreto de la Naturaleza”, Marx con su optimismo revolucionario, Nietzsche con su idea del superhombre… Y es que como ya hemos señalado: el hombre necesita la ilusión para poder vivir, o como ha escrito Sloterdikj, y recoge Saborit, “los ídolos caen, pero la fuerza que idolatra permanece constante”.

Anatomía de la Ilusión

Pere Saborit

Pre-Textos (1997)

204pp, 12euros