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Equipaje de viaje

Por Luis Daza.

 

 

¿Qué tendrán el verano, las vacaciones y los viajes, que han desencadenado que los mejores autores produzcan sus mejores obras? No lo sé. Lean algunas de ellas y díganme por qué…

 

 

 

EL CAMINANTE, de Jiro Taniguchi.

 

 

No hay mejor forma de viajar que caminar. Es la única manera de disfrutar cada minuto y cada metro del viaje. En este libro el maestro Taniguchi hace una maravillosa reflexión, sin apenas palabras, de los misterios y secretos de andar.  Es difícil decidir cuál es el mejor libro de Taniguchi. Sin duda El Olmo del Caucaso para sentir y El Caminante para vivir, que es recorrer lo inesperado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CUADERNO DE VIAJE, de Craig Thompson.

 

 

La primera apariencia de este libro puede ser un bello cuaderno de bocetos, pero en el momento que te sumerges en sus páginas se desvela una historia fascinante. La crónica de un viaje por Marruecos, Los Alpes, Francia y Barcelona con todos los paisajes y todas las relaciones que se establecen allí. Desde el horror al amor con ida y vuelta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LA FELICIDAD INQUIETA, de Lewis Trodheim.

 

 

Varios viajes a distintos destinos. De estaciones de esquí a playas tropicales y todos con el denominador común de ser más importantes los detalles que el destino. Un libro dibujado y coloreado a mano, unas acuarelas maravillosas que hacen de cada viñeta un viaje a las posibilidades insospechadas del color.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VACACIONES FATALES, de Vittorio Giardino.

 

 

Una suculenta colección de cuentos del creador de Max Fridman y Sam Pezzo. Con un telón de fondo de vacaciones, cada cuento es una acertada reflexión del cambio de roles en vacaciones siempre con las mujeres más bellas del cómic y los escenarios más perfectos. El mejor Giardino en un despliegue impresionante de virtuosismo en el color y en el dibujo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LA JAVA BLUE, de Joann Sfarr.

 

 

Sfarr es sin duda el autor de cómics más prolífico que conozco y eso debería de hacer que elegir su mejor obra sea complicado, como en el caso de otros maestros como Taniguchi y Giardino. Sin embargo en este caso hay mucha diferencia entre este libro y los demás. Este es el mejor de todos a años luz de los otros, lo cual dice mucho de este libro si tenemos en cuenta la apabullante bibliografía de Sfarr. Siempre recordaré la foto de Javier Mariscal orgulloso sosteniendo La Java Blue entre sus manos y entiendo que haya disfrutado de esta historia en las playas de Cuba entre cocoteros, sexo, piruetas gráficas y un color delirante.

 

 

 

 

 

 

 

VERANO INDIO, de Hugo Pratt y Milo Manara.

 

 

Nada mejor se puede decir de este libro que nombrar a sus autores: HUGO PRATT al guión y MILO MANARA al dibujo.

En este caso, como era de esperar, sí se cumple la máxima de que 1 + 1 es mucho más que 2.

Nueva Inglaterra, indios, mujeres bellísimas, puritanos y gaviotas en un verano de principios del siglo XVII.

La mejor lírica de Hugo, los mejores trazos de Milo. Arrebatador.

 

 

 

 

 

 

 

 

LOS VIAJES DE ALEXANDER ICARO, de Paco Roca.

 

 

Hoy todo el mundo ha descubierto a Paco Roca con El Otoño del Dibujante y sin embargo pasaron desapercibidos sus mejores libros: El Faro y este primer tomo de viajes llamado Los Hijos de la Alhambra. Ahora es un buen momento para recuperarlos.

Si tienen pensado ir a Granada en verano, ahórrense el esfuerzo. Demasiado calor y demasiados turistas. Mejor hágase con este libro. Saldrá ganando.

 

 

 

 

 

 

 

EL LARGO VIAJE DE LENA, de André Juillard.

No hay nada más fascinante que las historias de mujeres que viajan solas. Mujeres fuertes, libres, independientes, misteriosas, sugerentes… Lena es una de ellas y Juillard le borda una maravillosa trama de un viaje desde Berlín a Dubai pasando por el Danubio, Transilvania y Damasco.

Una fascinante historia de espionaje que sólo es la excusa para seguir el viaje interior de una mujer, que como ya sabemos son los mejores viajes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CASTILLO DE ARENA, de Frederik Peteers.

 

Algo tan frívolo e intrascendente como una tarde a la orilla de una playa con sombrillas, flotadores y toallas puede convertirse en la historia más angustiosa que imaginar cabe. Peteers deja plantada en nuestro subconsciente la semilla de preocupación para la próxima vez que bajemos a la playa. Menos mal que nos deja también su mejor dibujo, personajes, paisajes, trazos y composición y eso hace que nos compense, aunque pensándolo mejor, no sé si deberíamos quedarnos en casa este verano…

 

 

 

 

 

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