ArteExposiciones

Cuando el artista hace ciencia

 
Por Alberto Peñalver Menéndez.
 
Estación Experimental. Investigaciones y fenómenos artísticos
Centro de Arte 2 de Mayo (Avda. Constitución 23, Móstoles, Madrid)
Comisario: Andrés Mengs y Virginia Torrente
Hasta el 9 de octubre

 

En el imaginario colectivo, los términos de ciencia y arte se contraponen radicalmente: mientras que el primero remite a una metodología certera, matemática y delimitada, el segudo alude a un mundo indeterminado y carente de leyes. No obstante, las fronteras epistemológicas de las dos disciplinas se acercan más de lo que uno podría pensar: tanto ciencia como arte aspiran a explicar la vida mediante un proceso de prueba y ensayo eterno en el que el que la verdad se escribe con minúscula.

 

Es en esta intersección de espacios donde el CA2M (Centro de Arte 2 de Mayo) sitúa el foco de la exposición. La muestra, producida en colaboración con el centro de arte LABoral de Gijón, recorre más de 30 obras contemporáneas en donde el arte, a semejanza de la cienca, se constituye como un campo de experimentación en donde la hipótesis sustituye a la certeza. La exhibición comisariada por Andres Mengs y Virginia Torrente se articula en torno a cuatro ejes que exploran puntos comunes con el campo científico: En el laboratorio, Trabajo de Campo, Artefactos y Mecanismos y Perdidos en el Espacio.

 

La ciencia de lo improbable

 

Artefactos y Mecanismos propone sustituir el pincel, herramienta por excelencia del artista, por los aparatos electrónicos propios de la ciencia. Se produce una recontextualización de los artefactos que produce resultados sorprendentes: redefiniciones surrealistas como los aparatos ‘inadaptados’ de Guillem Bayo; mecanismos que ejecutan danzas hipnóticas como las hojas de Schesinger o el polvo de imanes de Marques; máquinas low-tec rescatadas de vertederos y reconvertidos en instrumentos musicales como los tocadiscos de O Grivo o el Eprom de Tadiello.

 

Perdidos en el espacio explora los campos más alucinantes de la astronomía: Clarkson realiza collages de imágenes suministradas por la NASA; Dahlen construye una escultura casi mironiana con la que busca sugerir la belleza misteriosa de la teoría de M, una de las posibles explicaciones ‘definitivas’ del mundo físico; Hagan graba las reacciones cómicas de un gato sometido a la gravedad cero en una especie de estudio desconcertante de anatomía animal.

 

Lugares de experimentación

 

En el laboratorio transforma el estudio del artista en una ‘estación experimental’, en palabras de John Cage, en donde el proceso adquiere mayor importancia que el resultado. El laboratorio puede servir como lugar donde materializar la invisibilidad de la Física, como las fotografias de Charland o el tornado artificial de McClymont. El trabajo de Woodeson, una silla cuyas patas están atadas a un cable que se retuerce y que acaba por hacer caer al mueble, nos recuerda que la ciencia avanza más gracias a los accidentes y al azar que al pensamiento racional.

 

Por último, Trabajo de Campo abandona el laboratorio e importa el método sociológico al campo artístico. El creador se convierte en un botánico que disecciona plantas de plástico y dibuja herbarios fantásticos (Baraya), un científico a la búsqueda de meteoritos (Faivovich & Goldberg) o una geóloga que estudia erupciones volcánicas (Halperin).

 

La exposición puede ser vista en el CA2M hasta el 9 de octubre, y del 28 de octubre al 9 de abril en el LABoral de Gijón.

 

 

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