'Mefi, Sata y Monio' de Mercedes Neuschäfer-Carlón

Mefi, Sata y Monio de Mercedes Neuschäfer-Carlón. Kalandraka, 2011. Cartoné , 15×23,5 cm., 48pp., 13 euros. También en gallego.
 
Por Anabel Sáiz Ripoll.
 
Mefi, Sata y Monio, de la escritora ovetense, afincada en Alemania, Mercedes NeuschäferCarlón es ya un clásico de la literatura infantil y juvenil. La editorial Kalandraka ha apostado nuevamente por este relato sugerente que se ha publicado nuevamente, en la colección Siete leguas y en castellano y gallego.
 
Mefi, Sata y Monio  son, como se puede deducir por la lectura, los nombres abreviados de Mefistófeles, Satanás y Demonio. Se trata de tres vocablos sinónimos para designar una misma realidad; en este caso la escritora lo ha suavizado con los diminutivos puesto que los protagonistas son tres niños, malos, malísimos, infernales.
El cuento se ambienta en un bosque sombrío en donde viven el conde Similoff y sus tres hijos, Mefi, Sata y Monio. Estas criaturas tienen una apariencia horrible que se corresponde con su comportamiento. El conde decide volver a casarse y ahí empieza una fuente de placer para los tres seres que se centran en hacer la vida imposibles a sus tres hermanastras, Bianca, Bela y Angui. No obstante, tras la apariencia candorosa de estas tres niñas se esconde una nueva realidad que sale a la luz en las últimas páginas del libro.
 
Mefi, Sata y Monio  entronca con los miedos y los terrores infantiles y los convierte en materia literaria. No es un libro para los más pequeños, a los que, en palabras de la propia autora, “puede asustar”. No obstante, sí hará las delicias de los lectores de 9 años en adelante que disfrutarán con el relato y su desarrollo.
El cuento está narrado en tercera persona y nos va introduciendo poco a poco en el ambiente, lleno de misterio, que envuelve todo el relato. Las descripciones de estos tres seres infernales están llenas de detalles y de plasticidad y son un buen contrapunto para la descripción de las tres niñas quienes, progresivamente, van pasando de un estadio de candor hasta otro mucho más perspicaz y avanzado, como descubrirá, asombrado, el lector. Porque el cuento no se acaba, ofrece un final tan inquietante que, sin duda, motivará la imaginación de quien lo lea, sea niño o adulto.
 
Mercedes Neuschäfer-Carlón maneja una prosa de gran calidad literaria, sin concesiones puesto que respeta mucho a sus lectores y no desciende al uso de los tópicos manidos y los didactismos trasnochados. No abundan los diálogos en el relato, pero sí son importantes porque ofrecen las reflexiones de sus personajes y su manera de entender el mundo. La estructura se asemeja a un cuento tradicional, es cierto, pero con  nuevos detalles y elementos constructivos que lo enriquecen.
Cabe añadir que el relato aborda distintos temas importantes, relacionados con la familia y le educación, pero también incide en un aspecto esencial en nuestra sociedad que es saber distinguir entre el bien y el mal. Mefi, Sata y Monio no saben hacerlo porque han tenido una educación desastrosa, en cambio sus hermanastras sí entienden qué está bien y qué está mal aunque no siempre lo apliquen.

 

Las ilustraciones de Dani Torrent son, sin duda, esenciales para el relato puesto que van creando una atmósfera de magia, de inquietud… Tanto es así que Dani Torrent retrata con sus pinceles la psicología de los personajes que, como podremos contemplar, se ajusta perfectamente al relato. Sin duda, son unas ilustraciones inquietantes, como hemos dicho, pero bellísimas también.

 

En definitiva, Mefi, Sata y Monio es un libro atemporal que gustó en su momento, que está gustando ahora y que, sin duda, seguirá interesando en el futuro, porque habla de cuestiones tan importantes como el comportamiento humano y sus consecuencias. Es un buen regalo, para todos los lectores. No es, insistimos, un relato propiamente infantil, pero ya sabemos que, en palabras de Juan Ramón Jiménez, “los niños pueden leer de todo con las consabidas excepciones”.

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