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Piranesi en el San Pío V de Valencia

Por Cristina Chumillas
 

Desde el pasado 5 de julio se expone en el Museo de Bellas Artes de Valencia, el San Pío V, una magnífica muestra de 55 grabados del artista italiano G. B. Piranesi (1720 – 1778).Una exposición que se inauguró con polémica incluida tras el reciente nombramiento de Paz Olmos como nueva directora del Museo. Afortunadamente la polémica sólo salpicaba a las formas de proceder de dirigentes valencianos a la hora de ejercer determinados nombramientos, no a la excelente obra que allí se expone. No olvidemos que se trata de la segunda pinacoteca española, después del Museo del Prado, y los aguafuertes que aquí se exponen forman parte de una colección de casi 700 grabados que posee la Real Academia de San Carlos de Valencia (ya en 1994 nos mostraron una maravillosa selección del trabajo de Piranesi).

 

El grabado era una técnica usual y habitual durante el Barroco, considerada en Italia de interés secundario respecto a la pintura. dentro de las llamadas artes menores. Pero Piranesi, con esta técnica, logró mostrar los edificios de la Antigüedad con un aura romántica, muy diferente al Neoclasicismo en el que se formó el artista.

 

De la muestra, dividida en cinco secciones, es sobresaliente la primera de ellas, dedicada a las Carceri d’invenzione, esas prisiones mostradas como escenografías increíbles y terroríficas, de arquitecturas difíciles en las que la realidad y la lógica se funden con la fantasía más dura y extrema: pasadizos extraños, escaleras sin fin, galerías fantasmagóricas que se superponen unas con otras y todo bañado con luces y sombras tenebristas. En el resto de secciones, Le antichità romane, Vedute di Roma, Descrizione e disegno dell’emisario del Lago Albano y Antichità d’Albano e di Castelgandolfo, es donde mejor se refleja la labor pedagógica de Piranesi y su obra, ya que da a conocer los grandes edificios de la época romana y varios conjuntos sepulcrales, difundiendo así la cultura en un momento en el que era prácticamente un símbolo.

  

Piranesi contribuyó a la arqueología, mostrándola tal y como se veía en su época (donde no se le tenía ningún tipo de aprecio y el saqueo era algo habitual) por la pura necesidad de representarla, con una calidad exquisita y un intenso poder ilustrativo. Su gran trabajo se debe sin duda al excelente dibujo, conseguido por su labor de arquitecto, su sueño. Y aunque tan sólo llegó a diseñar un proyecto como tal (el de la Iglesia de Santa María del Aventino, en la que fue enterrado), son varios los aguafuertes que firmó como Piranesi architetto.

 

Esta exposición podrá ser visitada hasta el próximo mes de octubre, una fantástica alternativa para todos aquellos que, durante sus vacaciones, deseen realizar un viaje, esta vez en el tiempo, de la mano de uno de los mejores grabadores de la Historia del Arte.

 

 

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