Primeras impresiones sobre La Piel que Habito (2011)
Por Nuria Monvoisin Cano.
En la pasada 64ª edición del Festival de Cannes tuve la oportunidad de ver el último film de Pedro Almodóvar, La piel que habito (2011). A continuación ofreceré algunos detalles del arranque de dicha obra intentando no hacer “spoilers”, ya que la película no llegará a nuestras pantallas hasta el próximo septiembre.
Basada en la novela Tarántula de Thierry Jonquet, la película cuenta la historia de un hombre marcado por la trágica muerte de su esposa que murió calcinada en un accidente de coche. Este hombre, el doctor Ledgard (Antonio Banderas), es un cirujano plástico muy respetado por toda la comunidad de médicos por sus grandes avances en investigación sobre la creación de piel resistente a agentes externos.
Dicho cirujano se “obsesiona” durante muchos años en la creación de un tipo de piel resistente a las quemaduras. Finalmente consigue cultivar dicho tejido, lo que le lleva a experimentar en la transgénesis con seres humanos. Es quizás por ello por lo que, en su gran y espaciosa casa, tiene a una de sus pacientes encerrada en una de las habitaciones y vigilada las 24 horas. ¿Quién es esta joven paciente a la que no deja salir?
Vera (Elena Anaya) es esta misteriosa y atractiva mujer, paciente del doctor Ledgard y que convive con él y su criada. Ella está dispuesta a obedecer al doctor y a quedarse encerrada permanentemente, pero ¿por qué? Conforme avanza la historia y la trama de ambos personajes, ayudada por el resto de actores secundarios, vamos deshilachando los entresijos de esta interesante y misteriosa historia.
En La piel que habito (2011) Pedro Almodóvar cuenta con actores habituales en muchas de sus películas. Antonio Banderas interpreta al doctor Ledgard que consigue defender bien su papel durante todo el film aunque, desde mi punto de vista, queda en cierto modo “eclipsado” por la interpretación de Elena Anaya. Se trata de la segunda colaboración entre Elena Anaya y Pedro Almodóvar (la primera fue en Hable con ella (2002)) y funciona muy bien la dirección del director con la actriz principal. Ofrece una fresca y atractiva interpretación y consigue cautivar al espectador con una línea interpretativa algo distinta de los característicos personajes de Almodóvar.
En cuanto al resto de interpretaciones, el film cuenta con otros actores frecuentes en las películas del director como Marisa Paredes (Todo sobre mi madre (1999), Tacones lejanos (1991)), José Luís Gómez (Los abrazos rotos (2009)) o el propio Antonio Banderas con el que ya trabajó en ¡Átame! (1990), Mujeres la borde de un ataque de nervios (1988) y La ley del deseo (1987).
Lo mismo ocurre con en el plano técnico, pues el film cuenta con muchos de sus colaboradores habituales. El productor es Agustín Almodóvar, la música de Alberto Iglesias, la fotografía corre a cargo de José Luís Alcaine (con el que trabajó en Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), ¡Átame! (1990), La mala educación (2004) y Volver (2006)) y el montaje lo coordina José Salcedo (casi oficial en todas las películas de Pedro Almodóvar).
La piel que habito (2011), posee similitudes artísticas con el resto de las películas del director español: por ejemplo, continúa la predominancia de los vistosos coloridos en prendas, decoración, composiciones, etc. (aunque se observa una clara evolución hacia el refinamiento estético). Además, sigue alternando los personajes “aparentemente normales” con los personajes curiosos y extravagantes. Y también continúa la presencia de uno de los elementos que, personalmente, más me gustan: la introducción de detalles de la casa Chanel, que muchas veces incluye en sus películas (unas veces a modo de trajes de chaqueta y falda, o en gafas y bolsos, o, en este caso, en forma de maquillaje de la casa de diseño).
Sin embargo, ya no tanto desde el punto de vista físico, sino en cuanto a la estructura interna de la historia, La piel que habito (2011) es especial por la interesante manera en la que se desarrolla el guión. No puedo ofrecer muchos detalles para no hacer “spoiler” pero sí que puedo decir que la historia consigue “atrapar” al espectador y crear una intriga que me recuerda, personalmente, al desarrollo del guión en La mala educación (2004), Volver (2006), Todo sobre mi madre (1999) o Hable con ella (2002), en lo que respecta a los súbitos “puntos de giro” de sus guiones.
Con todo esto, pienso que con La piel que habito (2011), Pedro Almodóvar nos ofrece un film en cierta manera “diferente” del resto de su filmografía. Una obra que combina dosis de obsesión, locura, transformación,…altamente recomendable.
La piel que habito (2011) se estrenó el pasado 19 de mayo en el Festival de Cannes 2011, pero su estreno oficial en España no será hasta el 2 de septiembre de 2011.