Tecnocultura

El principio de algo nuevo: Del 15M hasta hoy

 

El principio de algo nuevo: Del 15M hasta hoy


Por Alicia Valeria Alonso Soldevilla.

 

Prohibido prohibir

El pasado 15 de mayo, miles de ciudadanos salieron a la calle para reclamar un cambio en el sistema económico y político actual, al que culpabilizan de la crisis por la que está pasando todo el país, y que ha llevado a engrosar las listas del paro al 20%  de los españoles, cifra que asciende a más del 40 % en el caso de la población joven. Las manifestaciones se repitieron de forma masiva tanto en la capital, como en otras muchas ciudades españolas como Barcelona, Zaragoza, Mérida o Palma de Mallorca. La plataforma Democracia Real Ya ha sido la instigadora de este fenómeno, que pretende representar a todos los ciudadanos, “personas normales y corrientes, de cualquier signo político”, cuyo único nexo de unión sea la indignación ante un sistema que dicen no representarles.

El bestseller ¡Indignaos! de Stéphane Hessel fue la semilla que hizo germinar este movimiento. La obra del escritor, diplomático y militante político francés argumenta que en la época de las grandes guerras y los sistemas totalitarios era muy fácil encontrar motivos para reivindicar. Ahora el enemigo es más difícil de identificar, pero anima a los jóvenes a “mirar a su alrededor para encontrar los motivos de su indignación”. Como buenos pupilos, los jóvenes españoles se han aplicado y han comenzado un movimiento que, ya no cabe duda, hará historia.

Las primeras propuestas que comenzaron a barajarse dentro de la plataforma Democracia Real Ya fueron la reforma de la Ley Electoral y el fin del bipartidismo. También se criticó duramente la corrupción  política y la hegemonía de la banca y el sistema financiero actual. En twitter, red social donde comenzó todo, empezamos a ver hashtags (etiquetas) tales como #nolesvotes, ya que el movimiento abogaba por evitar el apoyo en las elecciones  municipales y autonómicas a los dos grandes partidos que siempre se han alternado en el poder desde el inicio de nuestra joven democracia: PP y PSOE. Sin embargo, el resultado en las urnas el pasado 22 de mayo no trascendió de la misma manera para ambos partidos. La derrota del Partido Socialista fue estrepitosa, frente al espectacular triunfo de su opositor, el Partido Popular. Este hecho no pareció importarles demasiado a los indignados, quienes afirman buscar una reforma integral de la democracia, al margen de los resultados electorales, ya que como reivindican, “no vale sólo con votar cada cuatro años”. “Lo que ha pasado aquí es que el pueblo ha tomado conciencia. Nosotros no queríamos incidir en las elecciones, pero este resultado ha sido un efecto rebote de lo que está pasando”, señala una de las portavoces.

 

Interior Acampada Sol

El número de indignados comenzaba a crecer con paso firme y Democracia Real Ya dio paso a un movimiento más asentado y extendido, el 15M. Los días anteriores a las elecciones, la acción de los manifestantes se volvió frenética. La madrileña puerta del Sol, rebautizada como Plaza de la Solución, se convirtió en epicentro del movimiento. La gente comenzó a acampar y organizarse en pequeñas comisiones hasta convertir el céntrico enclave en un pequeño poblado. Días antes de las elecciones, la decisión de la Junta Electoral Provincial de Madrid de prohibir la concentración en Sol, alegando que podían “afectar a la campaña electoral y a la libertad de voto de los ciudadanos” reavivó la indignación. Las plazas de diferentes ciudades españolas comenzaron a ocuparse hasta teñir prácticamente todo el mapa, y el movimiento 15M adquirió aún más fuerza.

Desde entonces Sol se ha empapelado con pancartas, consignas y dibujos que reflejan una verdadera voluntad de cambio. Un enorme cartel publicitario de la marca L’Oreal que cubría la fachada de uno de los edificios que dan a la plaza, se redibujaba con gigantes insignias que se han convertido en el emblema de esta #SpanishRevolution, como se ha dado a conocer en todo el mundo. Una imagen de Himmler, líder de las SS nazis, con un símbolo del euro en la cabeza y una frase que reza “No nos Representan”; otra de dos niños jugando con el mundo convertido en balón de fútbol; o una tercera de la conocida pintura negra de Goya, Saturno Devorando a sus Hijos, con una alusión al “Capital Salvaje”, se han convertido en imágenes para la historia. Bajo este gigante cartel de presentación, se alza un poblado de casitas bajas fabricadas con lona y cartón, de tiendas de campaña, y sobre todo, de mucha ilusión. El campamento de Sol está muy bien organizado, y para poder trabajar de forma colaborativa, las diferentes comisiones se dividen en treinta y tres áreas perfectamente señalizadas. Legal, infraestructuras, extensión, alimentación, comunicación, derechos animales, enfermería, arte, respeto, feminismo, música, medio ambiente, biblioteca, o guardería son algunas de las zonas en las que se divide este pequeño poblado. Vecinos y comerciantes colaboran activamente con el campamento, suministrando comida, mobiliario, y materiales de primera necesidad. La vida en el campamento trascurre de forma tranquila, aunque la indignación y el espíritu revolucionario revolotean por el aire.

La acampada de Sol se convierte ya, no sólo en un movimiento reivindicativo, sino en un hervidero de nuevas ideas, propuestas, reflexiones… Al igual que en el mayo francés, los jóvenes y no tan jóvenes plasman sus ilusiones en proclamas o en propuestas que llevan a discusión en las asambleas que se celebran periódicamente. Sin embargo, las voces más críticas empiezan a buscar trabas a la organización del asentamiento. Dicen que faltan propuestas concretas, que la acampada está perdiendo fuerza y que es necesario seguir proponiendo nuevas acciones a través de internet que involucren a un mayor número de ciudadanos. Twitter vuelve a protagonizar algunas de estas posturas, y surge el hashtag #wiki15m, que reclama un consenso de mínimos y una mayor interacción de las redes sociales con el fin de que el movimiento retome su fuerza inicial. Los acampados en Sol, por su parte, subrayan la relevancia que ha adquirido el asentamiento como ágora, o foro de discusión donde tengan cabida todas las opiniones. “Esto sólo lleva dos semanas y en este tiempo es imposible administrar todas las propuestas que nos llegan. Queremos que todas las decisiones que salgan de aquí sean resultado de un consenso entre todo el pueblo”.

 

Asamblea Barrios 2 de mayo

Mientras, en la plaza se siguen reuniendo  padres, madres, abuelos, hijos… que comparten con sus iguales sus experiencias y deseos. Felices por “haber despertado ante una realidad que nos mantenía aletargados”, proponen soluciones para hacer de esta democracia un sistema más participativo que involucre al ciudadano en la vida política, convirtiendo a los gobernantes en “meros gestores de las demandas de los ciudadanos”. “Nuestro único objetivo es que haya políticos justos, serios y responsables. Les pedimos que realmente nos representen y se comprometan con el pueblo, porque la voz del pueblo es la voz de un país”, nos cuenta una de las portavoces del movimiento, quien también señala que “los que estamos en Sol reivindicamos lo que mucha gente, sea del PP, del PSOE o de cualquier partido. Se ha dicho mucho que aquí sólo hay grupos antisistema, pero eso ha sido fruto de la manipulación por parte de los medios, porque aquí no importa de qué partido seas, lo que importa es que nos une un sentimiento común de cambio”.

Finalmente, el miércoles 26 de mayo, los representantes del movimiento hicieron público un consenso de mínimos acordado durante su última asamblea general. Este reunía cuatro puntos que “reflejan la indignación ciudadana”. Democracia representativa, lucha contra la corrupción, separación efectiva de los poderes públicos, y creación de mecanismos de control ciudadanos, fueron las líneas de acción que englobaron las diferentes peticiones. A partir de este punto, el movimiento pretende seguir consensuando ideas a medida que comienzan a surgir nuevas demandas ciudadanas. De esta forma podrían acabar redactando “un manifiesto más completo, elaborado y coherente,  que sea viable en el marco legal”.

Los asentamientos en otras ciudades españolas  han comenzado a cobrar fuerza y los apoyos internacionales se multiplican. Comunidades de españoles en Bruselas, Grecia, Alemania o Francia se han adherido al movimiento y han comenzado a involucrar a la población autóctona. Ésta se siente identificada con las reivindicaciones españolas ya que se refieren a carencias, que según dicen, son comunes en todas las democracias europeas.

Sin embargo, la tranquilidad que parecía reinar en el ambiente se rompió el viernes de manera brutal cuando el Conseller de Interior de la Generalitat, Felipe Puig, ordenó el desalojo del campamento de la Plaza de Catalunya en Barcelona para evitar posibles altercados en caso de que los seguidores del Barça celebraran allí la victoria de su equipo en la final de la Champions League. Las violentas cargas policiales volvieron a reavivar el movimiento, que reaccionó manifestando su apoyo incondicional desde todas las ciudades españolas, donde se convocaron concentraciones con flores, como símbolo de resistencia pacífica. Además, se comenzaron a recoger firmas para pedir la dimisión del político catalán.

El siguiente paso es extenderse por los barrios y pueblos de Madrid. Con este fin se celebraron este sábado 28 de mayo más de 250 asambleas en todos los rincones de la comunidad, que pretenden involucrar a los vecinos en estos foros de discusión, haciendo de la política una “herramienta participativa y realmente democrática”.  La asistencia desbordó todas las previsiones, y los debates se centraron en la posibilidad de abandonar el campamento de Sol o mantenerlo como núcleo de gestión de las acciones en los barrios. Aunque la mayoría aboga por quedarse, la prolongación del asentamiento en el Kilómetro Cero madrileño puede ser foco de problemas, ya que las peticiones de desalojo crecen por parte de los comerciantes, cuyas ventas dicen hacer caído entre un 70 y un 80%  desde que comenzó la movilización ciudadana. Las presiones políticas también se acrecientan, tal como ha manifestado la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien señala que el 15M ha “secuestrado” la plaza y “ha quebrado el Estado de Derecho”.

 

Finalmente, en una la Asamblea General de ayer domingo se consensuó continuar acampados, a falta de decidir hasta cuándo y en qué condiciones. Otras acampadas como la de Plaza de Catalunya en Barcelona han decidido continuar con el asentamiento por lo menos hasta el martes. Fuera o dentro de Sol, epicentro del movimiento, el 15M no parece queda vaya a desaparecer rápidamente. Ya se han convocado asambleas en los barrios para la próxima semana y se está organizando una manifestación para apoyara a los parados y empleados precarios el 19 junio. Parece que el pueblo ha despertado, ha salido a la calle y se ha puesto a pensar. Será difícil volver a hacerles dormir.

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