Gérôme
Por Rocío Pastor Eugenio
El Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid presenta hasta el 22 de mayo la obra de Jean-León Gérôme (1824-1904).
Mujer circasiana con velo
Este francés, que en plena juventud se trasladó a París, cuna del arte y la moda, para cumplir su sueño, obtuvo su técnica del esfuerzo y del trabajo de toda una vida dedicada al estudio. Su inspiración estaba formada por cada retal de su existencia: sus viajes, la historia, la sociedad en la que vivía… Los gladiadores en Italia, el neoclasicismo, el estilo refinado, elegante, ligero y espiritual de París o el desierto le servieron como temas de sus obras.
Nombrado miembro del Conseil Supérieur des Beaux-Arts, obtuvo una medalla de honor en la Exposición Universal de París de 1878, donde expuso su primera escultura monumental, los Gladiadores. Su pasión por la escultura también se plasmó en su pintura.
Los gladiadores
A lo largo de la muestra, paseando entre las diferentes obras, podemos experimentar cómo sus pinturas -compuestas por trazos limpios, analíticos y perfectos– dejan ver el carácter de sus protagonistas, el entorno socio-cultural que las envuelve y la propia personalidad del pintor. Sus composiciones gozan de una perfecta armonía y de una pureza escenográfica adelantada a su tiempo, que sirvió como inspiración a muchas grandes producciones cinematográficas de Hollywood.
El Bardo negro o El Bardo africano
Su perfección, su experiencia y una visión capitalista del arte le permitieron exportar su pintura hasta Estados Unidos. Esta visión comercial del arte le hizo ser muy criticado en su época, a pesar de su fama, pero para él lo único que realmente importaba era la difusión de su obra.
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