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Archipiélago

Por Benito Garrido

 

 

 

La pasada semana se presentó en Matadero Madrid, la obra de Jerónimo Hagerman titulada ARCHIPIÉLAGO (Sistema modular dinámico hexagonal de islas vegetales).  Englobada dentro del proyecto cultural El Ranchito , Hagerman configura una intervención en plena calle Matadero con la que pretende básicamente confrontar al visitante con un nuevo espacio vegetal. Así, el montaje Archipiélago está compuesto por 20 hexágonos móviles de madera, que tienen diferentes tamaños y en los que se han plantado hasta 200 plantas trepadoras a modo de jardín móvil. La idea es que plantas y módulos hexagonales configuren ese nuevo espacio social con el que los viandantes van a interaccionar constituyendo una nueva realidad. De esta manera se reclama uno de los postulados del idealismo trascendental: “el sujeto cuando conoce la realidad no la deja intacta, la constituye”. Ese archipiélago de figuras geométricas invita al espectador a sumergirse en una nueva experiencia donde arquitectura, espacio público y comunidad se entrelazan.

 

Hagerman (Ciudad de México, 1967) vive y trabaja en México y Barcelona. Ha realizado exposiciones en México, EEUU, Canadá, Japón, Polonia, Rusia y España.  Su obra podría catalogarse como una mezcla entre el paisajismo tropical de Burle Max y la geometría de Carlos Cruz Díez. El artista que ratifica el manifiesto intervensionista de Buenos Aires (“El arte debe poner al hombre en relación directa con las cosas y no con las ficciones de las cosas) legitima la vegetación como recurso artístico para generar espacios que marquen nuevas dinámicas sociales.

 

Durante la presentación, todos los asistentes pudimos percatarnos realmente de esa interacción con el espacio: estudiantes que no dejaban de debatir sentados entre las plantas, niños que correteaban saltando de un módulo a otro, músicos que de manera natural utilizaban su música para adentrarse aún más en el ambiente, charlas distendidas. Y en general, supongo que lo que todos teníamos era mucha curiosidad por saber de ese nuevo escenario artístico, en el que de forma tan natural uno mismo se vuelve parte del montaje.  El artista, atento en todo momento a los que allí nos reunimos, seguro que quedó muy satisfecho del resultado de su paisaje de islas, pues finalmente se llegó a configurar ese espacio dinámico de socialización que con su obra perseguía.

 

Calle y Plaza Matadero

De martes a viernes de 16 a 22 h.

Sábados, domingos y festivos de 11 a 22 h.

Entrada gratuita.

 

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