`Elena´, de Laura Massolo
Elena me dijo que a ella la depresión le empezó cuando supo que lo suyo con Rodolfo era imposible. Que sí, sin duda, el origen fue emocional porque, de salud, hasta entonces, estaba bien. Se descompensó por lo de Rodolfo, porque el primer síntoma fue un inmenso cansancio que se le extendió por cada músculo y no tuvo más remedio que tirarse en la cama, días y días, sin saber de horas ni de fechas, ni de climas, ni de temperatura, ni de nada. Lo de la columna, seguramente, fue por la posición: siempre encogida, siempre tensa, boca abajo, llorando. Pensó que lo de los ojos era irritación, por llorar; pero no, ya le había aparecido la catarata. Claro, tan deprimida como estaba, ni pensar en operarse. Y, así y todo, la tuvieron que operar de urgencia de la vesícula. No se trató antes porque creyó que el malestar era por una úlcera provocada por Rodolfo. Úlcera también tenía. Pero lo que se le perforó fue la vesícula. Y encima, el electrocardiograma salió mal. Cuando la tuvieron que intervenir por el fibroma, entró al quirófano con pronóstico reservado, porque no sabían si el corazón le aguantaba la anestesia. Dos veces al cuchillo en los primeros seis meses. Pero todo a raíz de la depresión por Rodolfo. Difícil salir de un estado depresivo sin útero, con hernia de disco, con catarata, toda cosida y dolorida, sin un peso, llena de deudas y sin poder trabajar por el problema cardíaco. Hasta pensó en suicidarse y estaba tan obnubilada que le faltó coraje. Menos mal, por un lado, aunque ella dice que para vivir así… Al final, tiró todos los estudios a la basura y no le hizo caso a nadie. No le importaba nada, ni la osteoporosis, ni el colesterol, ni las descomposturas de intestinos. Total, todos le daban indicaciones pero Rodolfo jamás volvió para ocuparse de ella ni para ir a comprarle un solo remedio. Y eso que lo esperó años y años. Suerte que le dan las bolsas, que son carísimas, porque lo del ano contranatura es algo que no se puede ignorar. Y tan desagradable. De todos modos, ella dice que lo suyo con Rodolfo fue mucho más grave que lo mío con vos, porque a mí, aunque más no sea, me queda la duda de que me hayas querido, en cambio ella entendió que Rodolfo no la quiso nunca. Y eso resiente. Ella dice que vos me querías, pero mal, porque si no, hubieras entendido que yo tengo que ganarme la vida de esta manera, aunque sea por poca plata. A veces, también es importante tener la libertad de hacer lo que a uno le gusta. Y tiene razón porque yo al lado de Elena aprendo muchísimo. Ella dice que si vos no aceptaste las cosas como eran, mejor que te hayas ido a tiempo, porque después empiezan los rencores. Y ella se preocupa por mí. Todos los días, cuando la llevo por la plaza empujando la silla de ruedas, se da vuelta a cada rato y me mira; me pregunta si no me duelen los músculos o si no tengo ganas de llorar. A veces le digo que sí; entonces se pone enérgica y me reta, me dice que me fije bien en mi futuro, no sea cosa que me pase lo mismo que a ella y me derrumbe en plena juventud solamente por un hombre ingrato e insensible. Definitivamente, aunque te extrañe como te extraño y aunque hayamos sido tan felices, los hombres siempre terminan arruinándonos la vida. Y eso que me dice me da fuerzas.
Entonces la empujo, la empujo, la empujo hasta que el viento nos lastima la cara y las ruedas sacan chispas y las dos nos reímos como locas.
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Laura Massolo nació en Lomas de Zamora, Buenos Aires, en 1954.
Publicó los libros de cuentos Al borde y La otra piedad y los libros de poesía Afuera estaba el mundo (Buenos Aires), Y Amén (Valencia, España), Todas las muertes son más graves, (Madrid, España) y Desterrado ángel de la Guarda (Buenos Aires, 2010); además del libro de teoría literaria Armar un cuento, conjuntamente con Liliana Díaz Mindurry, 2da. Edición, Buenos Aires, 2009.
En Cuento, ha recibido el Tercer Premio Municipal `Ricardo Rojas´ y 12 primeros premios internacionales, entre ellos, el Premio Radio Francia Internacional del Concurso `Juan Rulfo´. En Poesía, los premios Juana Santa Cruz de México y, en España, los premios Encina de La Cañada, `Marc Granell´, Ayuntamiento de Motril, Ayuntamiento de Jerez de los Caballeros y Certamen Literario de Bargas. En Novela, Mención de Honor en el Premio Nacional de la Secretaría de Cultura de la Nación y resultó finalista en el Premio «Qué leer Wolkswagen”.
Coordina talleres literarios desde 1989.