El bufón de repente fue ayer
Por Rocío Pastor Eugenio.
Y de repente fue ayer. Boris Izaguirre. Editorial Planeta. 575 páginas. 21 €.
De Semblanza parsimoniosa, tal vez heredada de su madre, Belén Lobo, bailarina de Ballet y danza contemporánea; su cuerpo (el de él, el hijo) se mueve con la cadencia de una dama de la corte, estirado y pausado recorre los pasillos con los brazos cruzados por delante, con una pasividad silenciosa acompañada de unos ojos vivaces y analíticos que sagazmente buscan la manera de desenmascarar pensamientos a la vez que ocultan los propios.
Admite tener un personaje que también forma parte de su persona, una persona es una pluralidad, es compleja, llena de matices y Boris Izaguirre es un claro ejemplo de ello.
Desenvuelto en el arte de la conversación, su postura se vuelve cercana cuando ve que la persona sentada frente a él no busca más que conocerle. Se toca las manos al hablar y juguetea con su anillo de boda. Su boda fue una de las primeras bodas gay que se celebraron en España.
Su mirada pícara y divertida enfatiza una sonrisa prominente cubierta por gruesos labios que besan con la misma dulzura que acarician los oídos de quién le escucha relatar una vida llena de glamour, exotismo, diversidad y lucha. Su sonrisa permanente contagia credibilidad y confianza.
Nació en Caracas un 29 de septiembre, en 1965. En sus 43 años ha pasado por momentos que dice, han marcado su vida. Ha trabajado como presentador de televisión, guionista, articulista y escritor.
Cercano y agradable, Boris, gran especialista en moda y tendencias, mantiene el mismo look- cabello engominado hacía atrás- desde que hizo su primera aparición en los medios de comunicación españoles, alcanzando su popularidad de la mano de Javier Sardá en Crónicas Marcianas.
Polifacético y controvertido, este showman no vio frenos en su carrera ni siquiera tras las polémicas actuaciones y provocaciones sexuales por las que toda España conoció su “micro-pene”.
Tras esto presentó, vestido, programas en televisión como El Anfitrión y Channel Nº 4. Participó como jurado en ¡Mira quién baila!. Ha presentado la Gala Drag Queen de Las Palmas de Gran Canaria y también ha dedicado su tiempo a la prensa y a la radio, escribiendo como articulista para el suplemento dominical de El País semanal, Fotográmas, Zero y MariClaire; y como colaborador en el espacio radiofónico La Ventana.
Su hablar pausado y sosegado, embauca al oyente entre notas musicales, sonrisas, guiños e historias alucinantes que provocan un deseo de seguir escuchando.
Y de repente fue ayer es el título de una de las novelas más impactantes de un escritor de vocación que siempre ha dedicado su vida a escribir aunque sin ser esta la actividad que más le ha caracterizado en España.
Le encanta hablar y lo hace sin mesura. En su cálido acento venezolano ya casi no se aprecian las “s” que se han sustituido por las “c” castellanas, producto de haber adquirido la nacionalidad española.
Cuando un tema le apasiona, olvida la pose seria e introvertida presentada al comienzo representándolo lleno de teatralidad, marcando los gestos. Esto es lo que sucede al hablar de sus libros, los cuales escribe siempre en referencia a otros escritores, éste último dedicado a Leopoldo Alas Clarín.
Devora los libros, en ellos se documenta y gracias a ellos y a las experiencias tanto profesionales como personales que vive, puede escribir obras merecedoras del premio Planeta.
“¿No tienes uno azul? Escribir en rojo me da yuyú” confiesa incomodo mientras sujeta el bolígrafo rojo apartándolo de sí, impaciente por deshacerse de éste cuánto antes. Manías que marcan una vida llena de dificultades y lucha.
Con su novela Villa Diamante, quedó finalista en 2007, donde dejaba ver su pasión por la arquitectura en una obra cargada de ambición y sinceridad que resalta la fragilidad humana.
Su última novela, Y de repente fue ayer, publicada en 2009, trata sobre el amor de una mujer y dos hombres y a su vez expone dos momentos clave en la vida de Latinoamérica, la revolución cubana y el nacimiento de la telenovela.
A la cuál Boris se encuentra muy ligado, tal vez debido a que su padre fue Director de la Cinemateca Nacional de Venezuela. Fue allí donde comenzó a trabajar como guionista para telenovelas como Rubí rebelde y La dama de rosa. El éxito de estas producciones fue tal en Televisión Española que se trasladó a Santiago de Compostela (España) donde colaboró en los guiones de programas de televisión como Inocente, Inocente o El Súper.
Su inteligencia siempre ha quedado patente aunque tal vez este personaje nunca haya gozado del respeto que ahora se está empezando a forjar gracias a la calidad de sus obras literarias.
Su pasado farolero oculta tras sus maneras excéntricas un alma perspicaz llena de valores que sabe transmitir, de reflexiones y pensamientos que van mucho más allá de lo “fashion” llegando a una madurez y a una calidad propias de los grandes a los que él admira.