Antropología Filosófica

Por Miguel Ángel Ruiz Jimeno.

Antropología Filosófica. José Ramón Ayllón. Editorial Ariel. 19 €. 320 pp

Antropología Filosófica se postula como un recorrido que no olvida la raigambre animal del hombre, pero que al mismo tiempo reconoce en él una multiplicidad de estratos de los que le es imposible desvincularse.

Las ramas de las ciencias humanas han crecido con su objeto de estudio, el hombre. Con el devenir de la historia, llegó un momento en que el hombre se convirtió en un problema para sí mismo, un momento en que se hizo vital la necesidad de autoconocimiento, de saber quién era, de encontrar su ubicación en un mundo cuyos límites crecían progresivamente.

Por otra parte, la historia del hombre tiene un comienzo incierto. La oscuridad de su inicio sólo es comparable con el contraste que ofrece la ciencia moderna, en la que el modelo experimental es capaz de ofrecer más información sobre un factum particular  aislado, de la que conocemos de ese incierto origen. Producto de estas incertidumbres fue el nacimiento de una nueva ciencia que pretendía dar cuenta no sólo del inicio sino de toda la historia del hombre: la antropología.

El desarrollo del hombre en la historia ha hecho de éste un conglomerado de dimensiones que abarcan lo biológico, lo cultural, lo religiosos o lo ético, pero también han mostrado cómo el hombre no se limita sólo a ser un cuerpo orgánico más que se desenvuelve pasivamente en un entorno, sino que, a diferencia del resto de animales, es capaz de participar activamente en la naturaleza transformándola.

Esta capacidad activa, transformadora, es, sin duda, la raíz del problema central de la antropología filosófica. Y es que el hombre no se limita a reaccionar mecánicamente ante la presión de estímulos externos e internos, sino que la respuesta ante éstos puede ser dirigida y consciente. Es así como el hombre es capaz de verse a sí mismo como un objeto más en la naturaleza, y de concebirse como un problema.

Pero el asunto se complica cuando la dilucidación del qué muestra un conjunto de capas constitutivas de las que es imposible desembarazarse y que pretenden legitimación y autonomía: hablamos de la biología, de la psicología, de la sociología… ciencias todas ellas que pretenden abarcar al hombre en su totalidad, pero que no son más que dimensiones suyas. Con este planteamiento, tan belicoso a veces, la antropología pretende mostrar una visión de conjunto que no desvirtúe ninguna de las dimensiones que constituyen al hombre.

Además, el problema se ha ido agravando cada vez más, ya que el hombre pasó de concebirse como un objeto en la historia a ser un objeto que, en tanto que activo, y llevando esto hasta sus últimas consecuencias, ha hecho su propia historia.